Pelayo, el medico de los pescadores...

 

     

Pelayo, jugaba a las cartas y al domino, y tomaba sus vinos en el Bar El Estrecho, en Manuela la Valenciana, en el bar de la Cofradía o en cualquiera donde sus amigos, los pescadores, le invitasen a compartir con ellos un rato de su tiempo...

Pelayo, era un medico de los necesitados, de los pobres, de los que estan- como dice Antonio Machado- desnudos como los hijos de la mar...

¡Oh, Pelayo, Dios te haya recompesado tu generosidad y tu compasión hacia nosotros, los humildes...!

¡Pelayo,en tu bondad, no nos abandones y ven junto a nosotros, cuando estemos en su presencia...!

 

 

EN RECUERDO DE UN MEDICO, PELAYO: EL MEDICO DE LOS PESCADORES

 

 

            Hoy quiero recordarlo después de tantos años que hace que falleció, como ese  padre bueno, humano y humilde que fue.
Me llamo Manuel Castellano y soy el hijo de Pelayo el médico de los pescadores (no don Pelayo, no doctor), el quería que lo tutearan para estar más próximo de los que le hablaban. Hoy he querido, después de escuchar tantos elogios hacia su persona y que todavía lo tienen presente en sus recuerdos, escribir estas líneas sobre el padre y el médico.
Mi primer agradecimiento hacia mi padre, es por haber sido tan humano y tan humilde, y lo recuerdo cuando a cualquier hora, bien de día o de noche atendía a tantas personas necesitadas que venían a mi casa solicitándole que fuera al domicilio  de un enfermo. En aquellos tiempos tan difíciles, no había ni “112”, ni ambulancias con equipo móvil, para atender enfermos como hoy. Él se levantaba rápido y salía de la casa a cualquier hora del día o de la madrugada, para prestar auxilio a ese ser humano que lo precisaba, al que cuando lo necesitaba les daba dinero para comprar las medicinas que se requerían para remediar sus dolencias y enfermedades.
En segundo lugar quiero agradecerle aquellos consejos que me dio y resaltar uno, que me recomendaba que en la vida, lo primero que tenía que ser es HUMANO Y HUMILDE con todas las personas, sin mirar ni estatus, ni su dinero. Qué diferencia papa, con el día de hoy, donde lo que impera es el materialismo, la insolidaridad y la poca humanidad que se respira. Tú hoy no podrías haber vivido como eras.
Por último quiero recordar las enseñanzas que a lo largo de su vida me regaló, con sus pros y sus contras, con sus virtudes y defectos (que los tuvo), pero las llevo guardadas con mucho cariño y orgullo de ser su hijo.
Hoy miro al cielo y le envío una oración al Padre Eterno para que lo tenga en su gloria, echando esas partidas de carta, que tanto le gustaba, con sus amigos los pescadores y la gente humilde que sabía que allí estaba Pelayo su médico, dispuesto a atenderles y escucharles.
Los que quedamos aquí en la tierra, tu hermana, tu hijo, nietos y biznieto nos sentimos orgullosos y honrados de haberte tenido como padre y abuelo, y hoy en el año 2008, llevo tu nombre con cariño y respeto, presumiendo de haberte tenido como padre, y doy las gracias por haberme enseñado que hay otros valores que supera el materialismo, la vanidad y el egoísmo que nos rodea, en estos tiempos.

       

En Algeciras, a 25 de mayo de 2008                                                        

 

Manuel Castellano- hijo de Pelayo-

 

Pelayo, atendia a los pescadores y a sus familias de manera atenta y preocupada, y a veces, de manera generosa, como tambien hiciera Sanchez Prado, dejaba algo de dinero en aquellas familias faltas de protección social...

Pelayo, sobre todo se señalaba, porque gustaba del trato cercano, cordial con los más necesitados. En este caso, los más necesitados eran sus amigos los trabajadores del mar, los pescadores...

     

 

Manuel Castellano, al fondo a la derecha junto a Rosi y Aurora; delante, Tere y Fina.

 


Ceuta en el corazón, Manuel, te da la enhorabuena por tener un padre llamado Pelayo...

 
<---Volver