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        |  | DE  AYER Y DE HOY... |  |  | 
  
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    |   - Sueño de las siete colinas - Un hermoso cuento de Navidad - Canto a la amistad - Cazadores de sueños - Ciudad soñada - Tres momentos para Ceuta -   | 
  
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                    SUEÑO DE LAS SIETE COLINAS           Acodada  sobre siete colinas la ciudad vestía aún todo su azul radiante. El sol de  poniente ahogaba sus ascuas de luz en el verdinegro mar de mares. Relucían las  barcas hinchadas en su interior por la pesca generosa, y los hombres, con su  piel tostada, bruñidos y encerados por la sal de los días y las noches,  sonreían mostrando entre las comisuras de sus labios quemados la efímera llama  de un cigarrillo fumado a contraluz. Mientras  tanto, Dios lo contemplaba complacido, y maravillado, se decía a sí mismo: «Que  hermosa ciudad de muelles dibujados al atardecer, de río de gente laboriosa,  comerciantes de las cuatro culturas, de viejas y hondas raíces ancladas en el  tiempo. Si yo quisiera crear de la nada otras ciudades, tomaría esa noble  esencia, y en el yelmo eterno de mi divinidad, refundiría su molde  depositándolo después en mil tierras venturosas.»
 
        
          
            
              
                
                  
                    
                      En Málaga, a 5  de marzo de200                                                         José Luis Pacheco Díaz   
        
          
            
              
                
                  
                    
                      
                        
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   UN HERMOSO CUENTO NAVIDEÑO                        Ninguna rosa florecida sobre el viejo muro del jardín abandonado, deja  sentir hoy su aroma de otro tiempo. Sólo  queda el recuerdo borroso de una lejana época ya  pasada, como un perfume que escapara sin querer entre las delicadas manos del niño.  Aferrado al cálido regazo de sus  mayores  deseados,  deseante, el  joven –transportado, no se sabe cómo, a su más  tierna infancia- los  contempla aún como  seres bondadosos que llegaran de lejanos cielos.Aquellos a los que tantas veces acudió -al menor signo de inseguridad o  miedo – ya no están hoy cerca de él. Prisioneros de un sueño eterno, duermen para  siempre en el oculto desván de sus recuerdos; aunque de vez en cuando, alertados  por una angelical vocecilla, despiertan de sus ausencias para acogerle amorosamente  entre sus brazos; para contarle –ahuyentando así los fantasmas terribles de la  noche- un hermoso cuento navideño.
 
                                                                           Málaga, 25  de Julio de 2009
 José Luis Pacheco | 
  
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                                                               CANTO  A LA AMISTAD         Siempre presente en mi memoria todos mis  amigos. Mis mejores recuerdos para ellos, como tesoro blindado en el fondo de  mi corazón. Ninguna brizna de duda caiga sobre tan hermosa amistad, para que  nunca podamos perder el rumbo del a veces difícil camino de la vida. En  perpetua reserva y a salvo de insidiosos avatares; al abrigo expectante y  deseante de nuevas singladuras. Y si en mitad de la terrible marejada nuestro  buque es vapuleado por el duro oleaje,  quedo dispuesto a entregar la ayuda de mi  brazo que quiere ser fuerte: fiel en el afecto, para que podamos sortear juntos  todos los escollos que la insondable mar - metáfora de la propia existencia-  nos imponga. Brille preservado nuestro firme deseo de  llevar a la práctica tan elevado pensamiento, por humana y ética convicción.
 
                                                    Málaga,  14 de septiembre de 2009.
   José  Luis Pacheco Díaz
 
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                                           CAZADORES  DE SUEÑOS
 
                    Allí se sentaban cada noche,  a la orilla del río desbordado de las palabras, cerca de las fuentes virginales  del enigmático futuro; y sus mentes, sintonizadas como aquellos pequeños  transistores de la época, iban componiendo sin cesar toda suerte de mágicas melodías  construidas con las notas del pensamiento. Se creían, sin duda alguna, dueños  absolutos de sus jóvenes destinos, y ningún obstáculo tenía poder suficiente  para frenar la energía vital en la que se consumía la impetuosa hoguera de sus pasiones:  el arte, la literatura, la filosofía…, todo hallaba cabida en aquellas almas  primerizas, abnegadas, plenas del más puro altruismo. Y ya más tarde, el  creciente relente de la medianoche invernal, depositado sobre el ágora central  que constituía el llano de los Pabellones de la J.O.P, acababa rindiéndoles su virtual tributo de  despedida, como si fueran angélicos seres, amantes deseosos de alcanzar la  cristalina luz que la sabiduría concede sólo a los más elegidos. Allí permanecían expectantes, sólo por breves  instantes, antes de darse el adiós y regresar a sus casas, sintiéndose en su  titilar cada uno de ellos, todos a la vez, cazadores de sueños. 
                      Málaga,  1-10-2009
 José  Luis Pacheco  Díaz                                      | 
  
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 CIUDAD SOÑADA
 
 
 
      En estos trozos de cielos caídostus ojos imprimen cierto carácter de  ausencia.
 Refieren un mundo cancelado hace algún  tiempo:
 la niñez que yace oculta en la memoria  colectiva
 dormida en una vieja ciudad de  encrucijadas;
 como barco que en el estrecho ha de  navegar siempre,
 bajel de una historia de éxodos y  batallas,
 de rayos de sol extendidos, de dos  cuerpos sobre la arena,
 ciudad defendida por murallas  abrazadas
 tendida singladura marinera sobre  siete colinas sustentada.
       Mas tú, no me preguntes cómo me siento  ahora,pues casi extranjero soy en tierra  hermana.
 Y puedo comprender a otros muchos  hombres
 que antes que yo fueron vencidos  también,
 y sobre ligeras estelas de metal
 la metralla de su ayer les alcanzó;
 les hizo viejos en una nueva tierra,
 y tras las paredes de piedra de la  negación,
 a espaldas de aquel imposible amor  vivieron:
 -porque el amor es ave huidiza que anida  en algún cielo-
      Y ahora tú pretendes que yo también  comprenda,que me autoexcluya de cierta biografía  ya pasada,
 -auque bien sabes que sin pasado no soy  nadie-
 Porque aunque el viento traiga hoy  aires nuevos,
 dulces uvas de esta vida de promisión,
 yo sé bien que soy casi extranjero en  tierra hermana;
 como barco que en el estrecho ha de  navegar siempre,
 bajel de una historia de éxodos y  batallas,
 de rayos de sol extendidos, de dos  cuerpos sobre la arena,
 ciudad defendida por murallas  abrazadas,
 tendida singladura marinera sobre siete  colinas sustentada.
 
 
     Málaga, 07/04/2001                                          José  Luis Pacheco                          | 
  
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 TRES MOMENTOS PARA  CEUTA
 Ausencia:
 Ni el sol de tus ojos,  luminariasDe aquel atardecer de  poniente,
 Logrará redimirme
 De esta incansable melancolía.
 Evocación: Estoy echado sobre la  balaustrada Del paseo de Las Palmeras
 Contemplando el puerto,  silencioso,
 Dormido entre somnolientas  barcas;
 Más tarde, parado en el  Revellín,
 La mirada absorta,
 Viendo pasar los transeúntes
 Mientras te espero:
 Tú, vienes hacia mí
 Con aquel fino, elegante  andar,
 Calle Real abajo,
 Los cabellos desenvueltos,
 Grácil la ingrávida figura.
 Una historia ya escrita:Un chico y una chica
 Unidos para siempre;
 Algunos años juveniles
 Pintados de azules amaneceres,
 Nocturnos cielos de verano
 Que nunca podré olvidar.
 Exaltación: Hoy, mis raíces al finSe retuercen puras, fundidas
 Bajo la cálida tierra de  nuestra vieja ciudad:
 ¡Oh, querida Ceuta!   Málaga, 15-03-2012.
 
 José Luis Pacheco
 
 
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