POEMARIO

     

 

- Amanecer - Los amantes - Corazón de fuego encendido - Ese debatirme es mi vida - Bajo el azul inerme del cielo - Transfiguración en el amor - Sombras de luz por la palabra -

- Calla. No hables - Humanos - Misteriosamente - Presencia - Pura esencia - Todo es apariencia - Vive el vidrio - Tú, poesia - Barcelona Marenostrum - La musa de la noche -

18. Quién soy - 19.Tu mirada - 20.Cada uno de nosotros.Poema 20 - 21. Mis manos te doy - 22.El cuento del amor - 23. Bajo el viejo ciprés - 24. Minituras vegetales - 25.Bécquer -

- 26. Soneto al amigo - 27. Sera el sonido del viento tras los cristales - 28. Almas resplandecientes - 29. ¡Oh, eterno! - 30.Si pudiésemos retener... - 31. Roma - 32. Como un helado de turrón -

- 33. Estos días livianos de septiembre - 34. Nada - 35. En un hueco - 36. Río - 37.Una brizna entre tus manos - 38.¿Me amarás? -39.Triste poeta del amor - 40.Si yo fuera un poeta-

- 41.Lloran las rosas del jardín - 42. Mándame -

 

      

 

AMANECER


En los solitarios campanarios
de la aurora,
deja escapar la luz su cáliz infinito.
Alumbra difusa en los cielos
los rostros de todos los seres queridos:
olores, sabores,
colores tanta veces soñados
por hombres y animales.

El ancho mar guerrero Atlante
rompe su malla de cristal
y vomita lentamente el mundo,
arrancándoselo de sus entrañas.

Despierta silenciosa la luz dorada
en el tibio amanecer,
porque antes que ella la noche vencida
expele su último aliento de dolor.

Malaga, a 12 de Febrero 2009

José Luis Pacheco

 

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LOS AMANTES

 

Como la flor destila su aroma primordial antes de la muerte.
Como el pájaro trina agotado en la madeja del dolor impuesto

Como el viento golpea tras los cristales de las férreas ventanas
sin que nadie les oiga ni les vea.

Como ellos, como tú, transpiro el peso de los días con sus noches, y a menudo siento
vaciarse la sangre dentro de mis cansadas aurículas.

Una negra cortina de espuma palpita en mis ojos, llenos de sueños.
Y el tiempo inpertérrito, desgasta una y otra vez mi frágil coraza de alada carne 

Soy el que soy:
Apenas un contínuo flujo de eléctricos rumores, relámpagos neuronales
que ponen música a mi triste canción.

Cuando la mañana coquetea y  penetra en el jardín revuelto de mi cama,
imagino los labios inviolados de amantes febriles al atardecer.

Y al anochecer, en una alfombra mojada por la savia del amor,
los amantes, intercambian de nuevo sus abrazos sin saber por qué.

Y miran profundamente al cielo y se preguntan qué hacen allí: juntos y solos.
Y nadie les responde.

 

Málaga, 28-03-2009

José Luis Pacheco

 

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CORAZÓN DE FUEGO ENCENDIDO

 

Veo un corazón de fuego encendido
Alumbrar la noche oscura
Misterioso se abre paso con su lanza de luz
Recorre en vilo las estancias vacías
De los muertos amantes
De los perdidos olvidados y enajenados amantes
Ese corazón que busca incansable el amor
Derrama su haz de presencia
Sobre extintos cuerpos que acaso
Ya nadie recuerda
Borra las huellas de todas las vanas despedidas
Transforma los besos caídos
En ágiles palomas del tiempo
Busca bajo las losas de piedras yertas
Los últimos rescoldos de una pasión adormecida
Míralos ahora
Esa pequeña llama refulge en ciernes
Alzando su semilla delicada y frágil
Son ya carne enardecida
Iluminada carne renacida por la fuerza del amor.

 

 Málaga, 4-3-2009José

José Luis Pacheco

 

 

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ESE DEBATIRME ES MI VIDA

 

Cohabito con la llama viva                            
Que hay en mí                                                
También en ti                                                   
Se representa circunfleja                                
La misma e idéntica llama                             
Luce bajo mi camisa                                 
O dentro de tu blusa almidonada
Entre los espacios intersticiales                                           
Se cuela sin preguntar

Parece expresar                                                                                                                        
Lo compruebo en mí vivir diario                    
Una eterna esperanza                                      
De sobreexistencia                                          
De superación de las barreras que                         
Condenan a este cuerpo incrédulo
A levitar entre tinieblas.

Hablo eso creo
-las creencias se instalan entre los                                                 
pliegues de mi circunspecta razón-                                      
De ti por mí
Y de mí por ti

Y a veces solo puedo acogerme                       
A esa débil triangulación de datos
De que tú y yo estamos vivos
Y al mismo tiempo soñamos                                                 
Con que nuestros corazones
Transborden juntos al otro lado
Una escurridiza línea divisoria
Donde se transmutan las esencias.

Pero tú y yo sabemos
Al mismo tiempo
Con la misma incertidumbre
Que la duda navega por nuestras venas
Que nuestras mentes presienten
Que están conformadas
Para más altos destinos. Pero…

Y solo en esa lucha de titanes
Entre la razón dominando ecuánime
Y la emoción dirimiendo sensual
Me debato
Y ese debatirme es mi vida.


Málaga, 09-03-2009

José Luis Pacheco

 

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BAJO EL AZUL INERME DE ESTE CIELO

 

 

                                             Bajo el azul inerme de este cielo,
                                             tu corazón el vidrio esquivo abrace;
                                             pues sin amor ninguna llama nace,
                                             ni el alma roza su inmortal consuelo.

                                             Ahuyente tu esperanza mi recelo.
                                             Fulgor divino que en tu olvido yace, 
                                             que por mis venas el dolor renace,
                                             sombra en tu piel y luz en mi desvelo.

                                             Que mi razón duerma en lugar proscrito.
                                             Que nadie esta maldita voz escuche.
                                             Que mi clamor se funda con tu grito.

                                             Que si otra pluma acalla ya lo escrito
                                             y guarda su secreto en fiero estuche:
                                             la muerte al fin he de buscar contrito.

                                                                                    
                                                                         
                                Málaga, 20-01-2009.

                                                                      
                                                                                   José Luis Pacheco

 

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TRANSFIGURACIÓN EN EL AMOR

 

En la incierta hora del atardecer
profundas llagas se ciernen sobre el cárdeno horizonte.

La libélula mortecina del amor
sobrevuela y liba paciente los anillos dorados de tu desierto.

Luego rumia y esconde la cabeza
y dulcemente se duerme entre las praderas de mi corazón.

Una llama flota en el vacío, me alcanza y exprime su aliento de fuego
sobre tu húmedo vientre que renace al instante.

Arcano es el sueño y frágil y ebria mi alocada boca.

 

En Málaga, 20 de febrero de2009.

                                                     José Luis Pacheco

 

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SOMBRAS DE LUZ POR LA PALABRA

 

A veces, los poetas inventan
frases ininteligibles para la mayoría
De los mortales
Rumian un canto extraño,
Oscuro, oculto acaso
En las fuentes virginales de la conciencia.

              Además de suspirar por sus amadas,
A menudo emprenden un viaje iniciático,
Arduo y misterioso.
Allí, en el fondo oscuro de la Gran Caverna,
Donde todo pervive impregnado
De materia de sombras,
Recogen si pueden,
Cuando pueden,
Y como pueden,
El brillo laminar de sus imprecisos perfiles:
Esa realidad, o tal vez
la pura fantasía les convoca.

              Se integran en el mundo
Proyectado pero mágico
De las sombras
Y aplican el delicado alambique
Imperfecto del lenguaje:
Ese frágil crisol evanescente
En el que se mecen, entre mil ascuas,
Las ideas.

No estamos, no vivimos
Sino en un mundo vago
Y turbio de sombras.
Somos en ese azogue,
Apenas un reflejo instantáneo:
Sombras de luz por la palabra.

          

   
Málaga, 30-05-2009.

               José Luís Pacheco

 

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                                      CALLA; NO HABLES

 

    Calla. No hables. Cierra tus ojos y déjalos fluir sobre las aguas de ese río soñado. Imagina el dulce canto de las aves de un lejano paraiso. Llévate tu corazón a la montaña y habla con los viejos árboles que sólo saben de silencios. Luego, acaricia de una rosa sus suaves pétalos a punto de marchitarse. Así es la vida, aparentemente maravillosa e ingrata a la vez; mas desconfía de cualquier engañosa afirmación. Déjate mecer por la fresca lluvia que mojará tus sienes; aunque más tarde debas habitar en los desamparados labios del dolor. Oye la voz de esos miles de corazones que laten sobre el asfalto: escucha de sus bocas sus más íntimos secretos  Y si te sientes triste, desliza tus ojos sobre el fino arco de una nube y vuela sobre ella a lomos de la intangible realidad.

 

     Málaga, 27-09-2009 

                                                                           José Luis Pacheco

 

                                                  

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    HUMANOS

 

Blanca la nieve nieva
sobre el blanco pilar de mi corazón.
Y beso dulcemente tus labios
y contemplo esos ojos negros
de un oscuro carbón vegetal.
Emigrantes del mundo sobrecogidos
bajo un extenuante azul de cielo.
Inquietos navegantes
de los mares del amor,
ligeros en la frugalidad de la vida
templados en las delicias del vivir;
orgullosos de ser humanos,
humanos sobre todas las cosas.
Creados directamente de la carne,
de una carne que incorrupta aspira
a caminar sobre las aguas,
como Cristo, nuestro Señor,
en el Mar de Galilea.
Yo os invoco en un supremo
signo de auténtico amor humano,
como humano es mi espíritu,
nunca condenado por los siglos,
de los siglos ardiente buscador
del sentido último de la Vida

 

Malaga, 8 de noviembre 2009

                            José Luis   Pacheco     

                                  

 

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MISTERIOSAMENTE

 

Misteriosamente, cabalgo
sobre la recia espalda de un dios
mecido por las alas del viento de poniente.
Ninguna voz osa romper el velo del aire,
solo suspiros. Blancos suspiros inocentes
prendidos entre los sueños de un niño.
Esa angelical criatura,
habitante de la luz primera, me habla.
Y por eso comprendo,
y puedo invocar por sus nombres secretos,
todas las cosas
que ahora pernoctan en mi frágil memoria.
Ya sé,
lo presiento,
de dónde proviene el verbo virginal,
que me conduce
hasta el laberinto atrio de las ideas;
de dónde, a su vez,
brota el millar de ocultos labios
que rinden mensaje en mis oídos.
Ya sé cuál fue mi origen,
cuál mi extinción y cuál
mi esperanza de renacimiento.
Pero llegado a este punto crucial,
una dulce voz irrumpe en mi conciencia,
me desvela, y me dice cautelosa:
«Sueñas, porque la vida es sueño;
pero los sueños, sueños son».

 

Málaga, 15-11-2009

José Luis   Pacheco     

                                  

 

 

 

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  PRESENCIA

 

Igual que un sueño
tejido entre mis sueños,
te enrocas en cada miligramo
de mi desnutrido cuerpo.
Como una vieja y desarbolada nave
varada en mis profundos mares,
levitas, respiras, crujes
a través de mis solitarios atrios.
Y ya reina en la negra madrugada,
supuras en mí el espeso zumo
de todos tus renacimientos.

¿Pero quién eres en verdad?
¿Desde dónde reclamas mis sentidos?
¿Por qué extraño designio
anidas en este vano universo?

 

 
Málaga,  6 de Septiembre de 2009.

 

                          José Luis Pacheco

 

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        PURA ESENCIA

 

Sin ninguna apariencia impuesta
a mis jóvenes ojos te ofreces;
sin tan siquiera yo esperarlo,
sin exigirme nada a cambio,
vuelves tu rostro perfecto a mis sentidos.
Oh belleza nacida de todas las fuentes virginales,
engendrada por la primigenia naturaleza:
como la templada rosa entre los vientos,
la violeta azul de las efímeras praderas,
o el jazmín en los oscuros jardines perfumados.

Tú, heredera de los  siglos que ya han sido,
antes que mis pies hollaran la tierra,
preexistes en un sueño no marchito
sin principio ni final previsto:
preeminente, equivalente y cíclica,
pura esencia de todo lo que ahora toco,
convoco, exhorto e invoco
en ésta vida mortal.

 

 Málaga, 15-04-2009.

                                 José Luis Pacheco

 

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     TODO ES APARIENCIA

 

    Todo es apariencia; todo vanidad.
La dura roca con el paso del tiempo
en arenisca se convierte.
Y redondeados, sus cantos suaves
recuerdan la fiera masa de piedra
que albergó su mineral sustancia.
Yo fui inocente y niño;
y ahora, anciano, extenuada mi carne,
canto a la efímera tersura que creí eterna.
Todo fluye, todo pasa;
todo entrega su transitorio manto
a la perecedera Tierra.
Y ya que del polvo de la Vida
todos estamos hechos:
cantemos, cantemos pues
a la madre Naturaleza y pidamos;
pidamos sin más
regresar a sus cálidas entrañas.

 

   Málaga, 22-01-2010.

                         José Luis Pacheco

 

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                        VIVE EL VIDRIO

 

    Vive el vidrio sumido en sus vegetaciones de carbón
nacidas de lo profundo de la tierra. Arcilla sedosa
de la que están hechos todos nuestros huesos.
Toco el vidrio animal de tu carne,
lámina indemne sin arista alguna
transida por una juventud caduca. Y recuerdo,
en ese circuito luminoso de sutiles venas,
La experiencia acumulada que hoy se desvanece.
Tú te reposaste tranquilamente en mis ojos
y en mis manos rugosas plegaste tu alma
como una hermosa paloma blanca.
Y no por eso es el vidrio más bello que el agua
sobre la que se refleja mientras
dura el largo día sin retorno alguno.
Y ya que todo está consumado antes de nacer
-Experiencia ingrata de la vida-
Yo te hice a mi imagen y semejanza;
y por eso vas muriendo lentamente,
irremediablemente como yo:
artífice que no sabe contemplarse más que en ti,
su celeste criatura.

 

Málaga, 15-12-2009.

                                     José Luis Pacheco  

         

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            TÚ, POESÍA

Llamarada que refulges radiante
Iluminando la esperanza dominada
Por el aciago porvenir de nuestros días

Luz que ante el vacío del mundo
Muestras la bandera enarbolada
De todos los inalcanzables ideales

Vuelve hacia mi tus ojos
Y serena mi mente torturada
Y líbérame de los fantasmas de esta vida

Haz de tu voz en mi garganta
La ciega paloma cautivada
Que vuele hasta el árbol herido de mi corazón

Tú, poesía que yo siempre quise conquistar
Y entre mil llamas abrasada
De mis desconsolados labios escapó

 

 José Luis Pacheco         

                   Málaga,  a  2 de febrero de 2010  

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BARCELONA MARENOSTRUM

 

Hay una verticalidad de aire infinito
Dentro del inmenso cielo abierto
Con el mar al fondo
Árboles y lluvia
Lluvia y pequeños pájaros
Que picotean y retozan en la hierba litoral
Veo nubes grises en lontananza
Amenazando descargar agua biodegradada
Rozo con mis pupilas la dura piel gris
De los edificios al fondo
Miro a mí alrededor
Y encuentro el carril bicing
Rojas y blancas aparcadas
Sobre el coloreado cemento
Me escorzo ligeramente y leo:
Playa de Bogatell-Barcelona
Por fin sé donde me encuentro:
En un exacto punto solar
A la orilla del Marenostrum.

   Barcelona 18-09-2010.


                José Luis Pacheco       
    

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   LA MUSA DE LA NOCHE

 

    La musa de la noche
Sin quererlo me visita.
Extiende ante mi un orgiástico velo
De inmaculada espuma blanca
Y me muestra en envoltorios
Cuidadosamente expuestos
Sus mercancías más preciadas:
Abalorios coleccionados con paciencia
Desde tiempo inmemorial;
Vasijas de insospechadas formas,
de cristales pulcramente tallados,
Que guardan en su interior
Extraños brebajes y polvos varios,
Que por arte de magia hace explosionar
Disipando su melífica carga en el aire.

     He oído decir
Que la musa de la noche
Escoge con placer a sus víctimas amantes
A las que subyuga e inocula sin piedad
El agridulce zumo de la inspiración.

Málaga, 20-09-2010.

                               José Luis Pacheco 
      

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    QUIÉN SOY

 

Clamo a la luz
Y la luz ignora mis clamores.
Siento que habita en mí,
Desde hace demasiado tiempo,
El mundo crepuscular de las sombras.

Busco a tientas el pesado núcleo
De la materia primigenia,
Y éste se resiste a ser prendido.

La luz, escurridiza,
Entre átomos cambiantes,
Sólo deja percibir su sutil corporeidad
A través de las angostas puertas
De la insólita materia.

Si soy materia,
No soy luz;
Y si en luz me transformo,
La  materia se diluye entre mis manos.

No puedo estar presente
Y dejar de estarlo a un mismo tiempo;
Ser y no ser a la vez:
He aquí mi dilema existencial.


    Málaga, a 24-09-2010

                          José Luis Pacheco
             

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TU MIRADA

 

No tiene tu mirada sublime
ningún color definido
todos los colores le pertenecen
Durante el amanecer reside en la propia luz
y cuando la mañana avanza
de la luz se dispersa en multicolores rayos
Tu mirada de brillantes átomos inexplorados
viaja con la luz y en la luz se remansa
No reluce esmeralda ni azul índigo
ni en amaranto se transforma
conforme la tarde muere
Ojos de color azabache al anochecer
piedra oscura del cielo infinito
que palidece aunque vibra
su ardiente fuego en el interior.

                                                                                                                                          Málaga 21-07-2008

                                                                                                                                                                    José Luis Pacheco             

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     CADA UNO DE NOSOTROS

              P  o  e m a    20


Cada uno de nosotros trae al mundo
Un ápice de nuestra ancestral humanidad;
De una humanidad que aspira a derrotar
A los poderosos jinetes del abismo, señores
De los desvastados páramos del desamor.

Por eso acerca hasta mí tu pecho:
Ese gramo de amor que tienes;
Esa bocanada de pequeño gorrión
Que busca en el aire su canto de libertad.
Tú, hijo de la madre Tierra,
Nacido también de mujer y madre,
Desnuda tu luminosa carne
Y entrégate en un acto de inquebrantable fe
En defensa de los desheredados:
Hombres, mujeres y niños náufragos
En el inmenso mar de la desolación.
Tiéndeles tu mano fuerte y escucha
El doloroso llanto de sus almas desahuciadas.
¡Ay, de aquella estrella
Que brilló en Belén un día lejano!
¡Ay, de ese rayo de luz capaz de destruir
La férrea coraza de tanta crueldad!

Por eso espero de ti todo;
Espero, que codo con codo, juntos,
Con tus brazos, con mis brazos, logremos expulsar
Para siempre de este mundo
Al dios perverso de la iniquidad y la muerte.

    José Luis Pacheco               

                               Málaga, 31-10-2010

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MIS MANOS TE DOY

 

Mis manos te doy;
Mis manos que tanto te buscan.
Toma mis manos
Que son tus manos;
Nuestras manos ya unidas,
Yo te doy.
Mis manos que quieren ser
Tus manos;
Y tú,
Las tuyas me entregas
Para siempre entre mis manos.

¡Ay de mí!,
Si no encuentro
Tus manos.
Mis manos que tanto te buscan,
Cautivas de las tuyas,
Te buscan desesperadamente;
Y no hay tierra mar o cielo
Que pueda detenerlas.
Tus manos,
Que rozan levemente
Mis manos,
Que coquetean con las tuyas.
Esas manos,
Otras manos unidas
Que parecen vibrar
Con las nuestras.
Por todos los océanos,
Tierras o cielos
Viajan mis manos,
Hasta donde tus manos están.
Tus manos,
Que son mis manos,
Por siempre unidas
Contigo,
Conmigo van.

 Málaga, a 6 de diciembre de 2008

              José Luis Pacheco  Díaz    
                

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EL CUENTO DEL AMOR

Sin fuerzas en el corazón
Me presento ante ti
Te invoco
Te convoco
Te imploro
Te exploro
Borro mi rostro
Borro tu rostro
Me fundo
Me confundo
Y dejo de ser
nadie en mí
Y así
Descanso de mí
Descanso en ti
Que me quieres
Que no me quieres
Que no me quiero
Ni te quiero
Que me hieres
Que te hiero
Y por eso
Me presento
ante ti
Me represento en ti
Y finalmente
Me miento
Me desmiento
Con este lamento
con el que me siento
con el que te siento
Porque todo gira sin fin
en un oscuro laberinto de espejos
que  nos  envuelve
como en un cuento
El cuento del amor

Málaga, a 12 de agosto de 2008

         José Luis Pacheco  Díaz



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BAJO EL VIEJO CIPRÉS

Mañana, amor mío,
Bajo el viejo ciprés, veremos
Renacer de nuevo el sol;
Y mis manos fugitivas,
Pájaros de tu cuerpo,
Hallarán las tuyas en su corto vuelo.

Dirigiré mis ojos hacia tus ojos,
Y sobre los campos rosas de tus labios,
Lanzaré veloz
La escuadrilla de mis besos.
Entonces tú, clara luz en mi alma,
Me abrirás,
Como una fresca flor del mediodía,
Tu rojo y dulce corazón.

Mañana,
Amor mío,
No te olvides…,
Bajo el viejo ciprés.


Málaga, 20-11-2010

José Luis Pacheco   Díaz 
   
         

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MINIATURAS VEGETALES


Del árbol de la canela hice
Tirabuzones trenzados para su pelo
Y del blanco manto florecido
Un delicado collar para su pecho.

Con la pequeña corola de la prímula
Pinté de rojo carmín sus dulces labios
Y perfumé de aroma de azahar
Su grácil cuerpo nacarado.


Málaga, 12 de diciembre 2010

                     José Luis Pacheco  Díaz 
        

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HOMENAJE A BÉCQUER

 

Ví caer las hojas del otoño
en los olvidados árboles del parque,
mientras los pálidos reflejos de la luna
por el aire ondutaban sobre el río.

Ví la sombra de un hombre con su capa
de enlutada silueta transeúnte,
que su faz sobre el asfalto iba dejando
en la noche de mil átomos repleta.

Ví al poeta, encendido por los versos,
de una lira que aún palpita enmudecida,
a lo largo de los años trasnochados
por un fuego consumido entre cenizas.

Y ví el amor, por la amada poesía,
a las ánimas en leyenda de doncellas,
y el misterio que desvela los sentidos
de un lejano universo que a la luz se abre.

Málaga, 26-10-2000

José Luis Pacheco    

 

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 Para mi querido amigo Manolo:
Almirante del buque insignia,
“Ceuta en mi corazón”.
    Con todo mi afecto. Su amigo,


                   José Luis.

 

          SONETO AL AMIGO


Un soneto nuestra amistad me manda
Escribir en los aleros del cielo;
Un soneto, que en mi pecho se agranda
Y en mis labios provoca su desvelo.

Versos que quiero compartir contigo:
Rostros, tiemblos, palabras de añoranza
Que cantan madrugadas…, que al amigo
Fiel remito en las noches de templanza.

Un soneto cargado con mis sueños:
Sobre el azul del mar, mil barcos quietos
Duermen en un puerto de encrucijada.

Siete colinas, siete mis empeños:
Voces de niños que juegan inquietos
Oyendo navegar la marejada.

  Málaga, 10-03-2011

                      José Luis Pacheco Díaz


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SERÁ EL SONIDO DEL VIENTO TRAS LOS CRISTALES

 

Golpean repetidas veces las ventanas:
“Será el sonido del viento tras los cristales”

Será…
El batir de las alas distantes
de una frágil mariposa en vuelo 
O el leve bostezo del ángel de un niño
atravesando las paredes de su habitación
Será el paso agitado de un amante
que camina feliz al encuentro de su amada
Los primeros besos…
de dos adolescentes experimentando el amor
El aleteo de una multitud de pájaros traviesos
anunciando la inminente primavera
O el zumbido de los aviones viajeros
cortando las nubes bajo el cielo azul
Será el latido de un corazón enamorado
clamando desde imprecisos confines
Será…

“Será el sonido del viento tras los cristales”
-dice una voz en off resonando en mi conciencia-

      Málaga, 21-03-2009

                                       José Luis Pacheco
                  
   

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ALMAS RESPLANDECIENTES


Almas resplandecientes,
Por el camino blanco que serpea,
Dijo el gran poeta;
Que ninguna de ellas sabe,
Por qué el amor
En el centro del corazón anida.
Esas almas que en el fuego habitan:
Vibran, crepitan, sueñan
Bajo la sagrada gruta
Donde la luz se esconde.
Ruedan como ríos jóvenes
Camino de la Mar:
Esa mar magnánima,
Madre al fin,
Que otro poeta cantó.

Dónde, tan sigilosamente te escondes,
Amor, que oculto ante mis nublados ojos estás;
Que aunque te presiento cerca,
No logro nunca verte.
Tantas almas, tantas
En busca de la madremar de la existencia:
Ruedan como ríos jóvenes
Camino de la Mar;
Vibran, crepitan, sueñan
Por el camino blanco que serpea,
Dijo el gran poeta.

    Málaga, 26-04-2011.

                       José Luis Pacheco            

 

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      ¡OH, ETERNO!


Cercado por tus largos brazos,
Ahogado por lo ignoto
Que habita siempre en Ti,
Me muevo como barquilla
En tierra batida por las olas;
Vibro un momento, mientras contemplo
El mar que por estribor me vapulea, y a babor,
Bajo la luciérnaga mortecina de la noche,
Sueño con Tus impertérritos ojos;
Y aguzo la linterna de mi corazón;
Y Te hostigo con mis labios;
Y no llego a adivinar más que
Esa inmensa e infinita sustancia
Que habita siempre en Ti,
Que en mi sobrevive,
Y a duras penas renace  
Ahora que ya estás más cerca:
¡Oh, Eterno!

   Málaga, 29-04-2011

             José Luis Pacheco Diaz 
            

 

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SI PUDIÉSEMOS RETENER…


    Si pudiésemos retener los momentos,
estos momentos en que la luz
taciturna de la tarde…
entre las verjas y callejas
de los alrededores de la judería
en torno de la catedral de Málaga,
respiraríamos tranquilos...

Podríamos descansar en paz
por creer que hemos vivido
y vivido bien
al socaire del cielo infinito,
bajo la luz de una ciudad mediterránea.

Pensar que la vida es un suspiro
y pasado el soplo…
no nos queda otra cosa
que el descanso eterno.
Pero mientras tanto,
como dice la máxima latina:
“Carpe diem”.


    Málaga, a 12 de junio de 2011        

              José Luis Pacheco

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      R    O    M    A

 

Nada, absolutamente nada,
Nos pertenece.
Todo nos ha sido concedido en usufructo
Merced al dedo divino del Creador.
Nacidos y muertos,
Vivos y fenecidos:
Reyes, emperadores, papas
Y demás criaturas del orbe;
Todos graciosos regalos de Dios.

Calles prodigiosas de Roma
Repletas de pobres y ricos,
Asalariados, aristócratas,
Mártires, pecadores, conversos,
Santos de este universo de espejismos:
A todos he visto desfilar por la Ciudad Eterna.

Un rayo de luz
Que penetra por mi ventana;
Un sol que palidece;
Un cielo gris o azul
Que se asoma y desaparece
Frente a las piedras de la colina capitolina.
Desde el Foro al Vaticano,
La ciudad impertérrita exhala
El recuerdo hecho polvo de su pasado:
Las cadenas que aquel Pedro arrastró
Son las mismas que hoy
Apresan las manos de cualquier ángel
Caído en un rincón de la Piazza del Pópolo.

Pronto, una limosna, Señor,
Para este hombre,
Esta mujer con su niño en brazos,
Clamando frente a la Fontana de Trevi.

Hay tantas Romas
Como corazones latiendo al compás;
Como almas distintas transpirando el mundo,
Brillando bajo la luz zenital del Espíritu.
Nada somos sin el dedo Creador
Y nada sin su halo lograremos alcanzar:
Él nos insufló el alma y consumida nuestra carne
A Él deberemos regresar.

  
  Roma 23, Málaga 26 de Septiembre de 2011.

                                  José Luis Pacheco     


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COMO UN HELADO DE TURRÓN


Como un helado de turrón
Servido con un chorrito de whisky
La vida puede ser
¡Que maravillosa veleidad!
¡Que breve estancia en tu boca!
Que te invade de sensaciones
Desde tu nariz a tu lengua
Jugosa enarbolación del fino placer
Sabor embriagador  mezclado
Con una pizca de alcohol
Que enerva y a la vez adormila tus sentidos
Y te turba y te conduce al más allá
Sin perder contacto con el más acá
Una tentación que mora en la puerta de tu casa
Recorriendo indolente tu carne
Por entre tu nariz y tu lengua
Un solo sorbo capaz de transportarte:
¡Oh, a la eternidad!

    
    Málaga, a 20 agosto 2011


                                    José Luis Pacheco

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ESTOS DIAS LIVIANOS DE SEPTIEMBRE


     Estos días livianos de septiembre
Prodigio de un otoño anunciado
Llegan hasta mí desvaídos e inertes
Como vencido carruaje sin auriga
Para traerme el dormido recuerdo
De otros tantos otoños
Por los que mi vida pasó.
Atado a la nave de mis deseos
En pos del inalcanzable amor
Pertrechado de mil aventuras
Que este caduco Universo
Inventa para el ocio de los hombres
Viajo con todo mi fuego dentro.

    Pero no somos más que eso
Aves migratorias de paso
Que entonan su dulce canto
Bajo el arbitrio indolente del caos
Que ordena las cosas siempre
A su omnisciente capricho.
Y acaso sin saber por qué
Por mi racionalidad echa carne
Fluye a veces el bálsamo fugaz
De las fervientes emociones
Aunque yo sé que estoy solo
Solo frente al insalvable espejismo
De estos días livianos de septiembre.

    
     Málaga, 15 septiembre 2011

                           José Luis Pacheco

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  N  A  D  A

 

Nadie puede sentir
Nada;
Nada hablará
De Nada;
Nada no existe
Más que
En lo Más profundo del corazón;
Nada despierta
Los secretos del ser humano:
Arde sólo
Dentro de los corazones puros.

Desliza pues tu frente
Y elévate hacia Nada;
Sólo en Nada te hallarás
Incólume, perfecto, eterno
Y fiel
A la naturaleza íntima del Universo;
Porque nadie
Puede sentir Nada,
Sólo en lo Más
Profundo del corazón.


      Barcelona, 03-07-2011.

                         José Luis Pacheco 

 

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   EN UN HUECO


En un hueco
De tu mágico corazón
Quisiera habitar para siempre
He abierto un pequeño pasadizo
Y por él me acomodo dentro
A tu dulce resistencia enfrentado
Contemplo como repliegas tus fuerzas
Hacia postreras posiciones
Garante y altiva
Desde la cima de tus murallas
Me lanzas la élite de tus tropas
Combativas defensivas
Invadidas por este fiero amor
Que al fin tu alma me prodiga
Pero yo sólo deseo desearte
Regalarte un millón de besos
Que esculpan delicadamente
La piel de tu sedosa geografía  
Danzando soñando
Cantando una ardiente sinfonía
Que grave a fuego en nuestros cuerpos
La música de su efímero pentagrama.

   Málaga, 28-11-2011.

                               José Luis Pacheco
              

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             R   Í   O

Llamaré a ese río por tu nombre
Río de crecidas frente al alba
En que abrazo a duras penas tus recuerdos
Deshilados y caídos entre mis manos

Buscaré a ese río en las espumas
Que acarician hondamente tus mareas
Socavando las arenas de sus aguas
Donde excelsa tu imagen se refleja

Río en el curso ardiente del verano
Que pintó la primavera con mil pájaros
Templo erigido a la inmortalidad de tu alma
Con sus luces oscuras del invierno

Que  cantó tantas veces a la noche
Vestido con su traje de añil y plata
Que hirió con su lanza de guerrero
La débil armadura de mi corazón.

  Málaga, 22-12-2011

                                José Luis Pacheco Díaz

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UNA BRIZNA ENTRE TUS MANOS


Una lluvia de besos
Navega hacia ti desde mi boca,
Mientras vivo cautivo de tu cuerpo
Sumido en este mal de amores
Que me sigue a todas partes;
Un resplandor, unas luces
Que a tus ojos se asoman,
En los que han quedado grabadas
Las palabras de amor que un día te dije;
El sueño de dos cuerpos fundidos
Frente a la roja lumbre,
Bajo las cálidas sábanas
De nuestra olvidada cama,
Oyendo llover fuera
Los dulces sucesos de la vida.

Unos labios, amor, tus labios;
-Salino mar donde ayer mi alma se bañó-
Labios que debo abandonar
Ahora que amanece y me llama la vida,
Nos llama a departir
El mundo y sus circunstancias.
Pero añoro tanto esos labios…
-Fino acero clavado ya en mi corazón-
Que los elegiré siempre
A pesar de estos tristes momentos
En los que muero;
Aunque sé que apenas un instante
Ha de durar sólo
El  recio chasquido del metal
Prendiendo una brizna entre tus manos:
Mi carne consumida por sus llamas.

          
    Málaga, 15 enero 2012

                          J.L. Pacheco Díaz

 

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    ¿ME AMARÁS?


- ¿Me amarás? – quise preguntarle.

(Miré la luna redonda
mientras rielaba
sobre las oscuras aguas
de la mar en calma.)

- ¿Cuando ya sea viejo
y no quede de este cuerpo
mas que el ajado recuerdo
de lo que fue?

        *************

-¿Me amarás?  –volví a pensarlo.

Y la luna,
como era de esperar,
no me contestó;
sólo tuve por respuesta
el profundo silencio
de aquella mar en calma.

    Málaga, 31-1-2012.

           José.L. Pacheco  Díaz
      

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TRISTE POETA DEL AMOR



Triste poeta del amor,
Tus manos son mimbres hechos de fuego
Y en tu corazón late una voz de paloma.
Tú, poeta, que naciste
De la espuma de los ríos jóvenes;
Que lograste subir a las nubes
Montado en tu efímero halcón,
Mírame, y dame de nuevo tu palabra,
Pues en el cielo brilla una estrella
Que quiere alumbrarme.
Poeta, triste poeta
De los mansos valles y las dulces veredas,
Lucero de la eterna madrugada,
Muéstrate tal cual eres:
Nadando entre las olas esmeraldas
De profundos mares,
Tu pecho tatuado regaló su aliento
A las almas de todas las flores.
Triste poeta de la desolación interior,
Déjame contemplar tu rostro:
Flujo y reflujo de las vastas mareas,
Cabalgas de nuevo en tu blanco corcel
Dispuesto a vencer iniquidades.
Poeta de la triste figura del amor,
Envíame tu pájaro mensajero
Que viaja siempre por los altos cielos,
Y tráeme la buena nueva;
Pues palmo a palmo, sueño a sueño,
Has llegado hasta mi casa
Y ahora no puedes abandonarme;
Ahora que mi corazón es presa
Del tiempo suicida que habita en mí,
Deshace con tu mano este pesado yugo
Para que suavemente se abra y de él brote
La  palabra alada a la que aspiro:
¡Amor… Amor… Amor…!


     Málaga, 23-5-2012.

                      José Luis Pacheco   Díaz        

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SI YO FUERA UN POETA

                    
    Si yo fuera un poeta,
quisiera parecerme a ti;
y cantar como tú cantas
a las cosas del corazón:
a la roca viva,
a las plantas que saben bailar a solas al compás del sol;
y a los animales todos, amigos de nuestras almas.
    Si yo fuera un poeta, cantaría al reflejo de luz
que crepita dentro de cada ser humano: "in aeternum",  
para siempre jamás…  
    Y me quedaría dormido  a la fresca de la tarde,
taciturno en el recodo de un olvidado camino,
esperando esa mano que alivie mi hombro y me diga:
¡Levántate y anda!

     Málaga, 2-11-2012.
                                     José Luis Pacheco Díaz

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   LLORAN LAS ROSAS DEL JARDÍN

Lloran las rosas del jardín, porque tú no estás.
Y la luna alta extiende su cristalino aliento
Para darle nueva voz a la noche desolada.

Se oye el canto melodioso del ruiseñor sobre el  bosque,
Agotándose loco en su vano intento,
Porque tú no estás.
Te has ido por oscuros corredores donde reina el silencio,
Un silencio que huele a campo olvidado,
A flores marchitas sin dueño,
A tierra árida que el frío viento bate sin cesar.

Y yo estoy aquí solo,
Enfrentado al largo invierno de mi alma;
Rodeado de árboles secos y sin pájaros;
Preso en las mazmorras del ocioso tiempo;
Dispuesto a escarbar en todas mis heridas,
Por hallar acaso allí la sombra de tus huellas.

¡No hay estrella alguna que brille tan alta
Que mis manos vacías no puedan rozar!
Por eso camino a ciegas en este vasto universo,
Buscando la luz de tu rostro iluminado.

     Málaga, 30-10-2012.

                                    J.L. Pacheco  Díaz            
    

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MÁNDAME


Mándame clavar tu espada
En mi costado,
Que corra el río de mi sangre,
Limpia salte de mi alma
Al suelo;
Que quiero derramar contigo
Mis desdichas,
Mis pecados más sinceros.
Húndeme en la tierra
Con tus manos;
Átame al limpio espejo
De tu inmortal consuelo;
Llévame hasta aquel río
De cuyas aguas bebimos juntos,
Oímos cantar
Una vez a los pájaros.
Y acuérdate de dejar
Junto a mi lecho
Un poco de tu agua fresca
Para que calme mi sed.

   Málaga, 28-04-2013 

                     J.L. Pacheco       

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