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          |  | Contaba yo... |  |  | 
  
    |  -1. Cambio climático - 2. El pirómano - 3. Dando un paseo... - 4. Playa del    Desnaraigado o Torrecilla - 5.El paseo - 6. Aquella cocina caballa - 7. El Tarajal y su chiringuito - 8.La familia moderna -  - 9.Caracoles - 10.Un día cualquiera... - 11. El Monte - 12.Un día también fui jovén - 13.Las playas - 14. Jureles "oreaos" - 15. Pena "El Relente" - 16. Ceuta - 17. Apuntes de la pesca en Ceuta-
 18- Apuntes de la pesca en Ceuta II-19. Apuntes de la pesca en CeutaIII: El Marisqueo -20. Apuntes de la pesca en Ceuta IV: Las almadrabas -21. Apuntes de la pesca en Ceuta V. El Salazón -
 
 -22. Última singladura del Guadalete -23. El agua en el mundo-
 
 
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                  CAMBIO CLIMATICO        Últimamente, no hay medio de comunicación que un día sí y otro también,  no saquen a relucir el tema del “Cambio Climático”.Desde esta Web, quiero dar mi opinión sobre las consecuencias que podría  generar este fenómeno en nuestra tierra.
 El origen de los cambios climáticos, se debe al incremento de gases de  efecto invernadero en la atmósfera, considerándose como el principal elemento  contaminante, el dióxido de carbono (Co2), responsable del 55% del  calentamiento global del planeta.
 Un estudio sobre los cambios climáticos advierte que, para los próximos  100 años, desaparecerá el 50% de los glaciares de la tierra.
 El promedio mundial de emisiones de Co2 por habitante año, es de 4  toneladas. El índice de emisiones en España se sitúa en 6’5 toneladas. Mucho,  pero nada comparable a la de los americanos que se sitúa en 21 toneladas.
 Se considera que las emisiones, deberían reducirse a 2 toneladas por  habitante año si se pretende frenar el cambio climático.
 Con éste cambio, especimenes tanto animales como vegetales, cuyo hábitat  estaba limitado por el clima, unos, verían reducido su campo de acción y los  otros de zonas más templadas se irían extendiendo.
 Informes de la India y Colombia, detectan la llegada a 2200 metros de  altitud, de mosquitos transmisores de la fiebre dengue. Nunca solían superar  los 1000 metros dado el freno que suponía las bajas temperaturas.
 El calentamiento progresivo del planeta, podría causar la propagación de  enfermedades tropicales, tales como la malaria, a países que actualmente están  libres de ella.
 Según la preocupante advertencia de la OMS –ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA  SALUD--, enfermedades como la Esquitomatosis, la fiebre dengue, la  Lesmanihosis, enfermedad del sueño, etc. Además del riesgo de transmisión de  dolencias, prácticamente erradicadas en occidente, como la tuberculosis y la  lepra que asolan a millones de personas del tercer mundo, penetrarán en España  en pocos años. Mi amada Ceuta, desgraciadamente hará el papel de puente en ésta  Apocalipsis.
 Carlos Bueno, veterinario y biólogo de la  organización ecologista “Greenpeace”, no lo pone en duda. Este cambio  climático, crea condiciones favorables para los incestos que propagan las  enfermedades, permitiendo que se críen en mayor número y que vivan más tiempo.  En el caso de España, el riesgo es mayor dado su benigno clima por estar  situada en una peligrosa franja entre el frió y el calor.
 
                    Algeciras, 28 de febrero de  2009
 
                      José  María Fortes Castillo
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                  EL PIRÓMANO        Año tras año, las pantallas de televisión nos siguen mostrando imágenes  escalofriantes. Los incendios forestales que asolan los bosques del planeta.  Montes devorados por las llamas, perdida de fauna y flora --que tardaremos  muchos años en recuperar--, bomberos y voluntarios rompiéndose el alma y  entregando en algunos casos hasta la vida. Este es el resultado de la actividad  de unos seres indeseables que conocemos como “pirómanos”.Algunos los consideran locos o maníacos destructores. Nada más lejos de  la realidad. El pirómano actual es un fruto más de los países desarrollados.  Preñado de intereses económicos, con el único objetivo de obtener un beneficio  rápido que le aporte rendimiento a sus intereses, sin importarle el mañana ni  la calidad de vida que heredarán nuestros hijos.
 Si de verdad se pretende acabar con este grave problema de los  incendios, habría que plantearse quien o quienes se benefician con ellos.
 Al margen de los incendios provocados, para crear zonas de pasto para el  ganado. Es sabido, que los incendios generan gran cantidad de millones de  beneficio en múltiples sectores empresariales, como empresas dedicadas a la  fabricación de maquinarias pesadas. Después de los incendios, el coste de la  madera queda reducido a la mitad de su coste real. La industria del tablero  prensado de baja calidad y las papeleras, suele aprovechar la ocasión para  hacer grandes negocios a costa del desastre ecológico.
 Empresas dedicadas a la extinción de incendios, como las que se dedican  a la forestación se benefician notablemente de esta desgracia. Es indudable que  el incendio forestal es un negocio para un determinado sector de la industria.
 El caso es que la proliferación de incendios forestales en nuestro país,  continúa como algo desgraciadamente habitual, con un balance de decenas de  muertos e inmensas superficies de bosques destruidos por las llamas, con el  consiguiente efecto de desertificación, pérdida de biodiversidad y riqueza  forestal.
 El único país de Europa calificado por el Programa de las Naciones  Unidas para el Medio Ambiente –PNUMA--, de alto riesgo de pérdida de suelo, es  España.
 El 14 de octubre de 1994, más de un centenar de países firmaron el  convenio de la desertificación, acto celebrado en Paris organizado por el  –PNUMA--. En este acto, quedó reconocido el sureste de la Península Ibérica,  como el desierto europeo. Actualmente, alrededor del 35% del territorio  español, corre un alto riesgo de erosión, como resultado de los incendios  forestales.
 Hoy está muy de moda la frase “daños colaterales”, pues bien los  incendios forestales conllevan grandes daños colaterales.
 Los incendios de Galicia en el verano de 2006 originaron grandes  pérdidas a las familias que viven del marisqueo en las rías.
 Al desaparecer el matorral o la arboleda que hace las veces de paraguas  el terreno queda desnudo e indefenso. La lluvia arrastra en sus escorrentías  las cenizas del monte hasta el mar, depositándose ésta en el fondo de las rías,  creando una capa impermeable entre el medio acuático y la arena, ocasionando la  muerte por asfixia de todos aquellos animales que viven enterrados en la arena,  especialmente los bivalvos.
 En agosto de 2007, el Peloponeso -Grecia- arde por los cuatro costados.  El día 28 de agosto se detectan 57 nuevos focos –imposible que sea casual tantos  focos un mismo día--. El resultado fue que la afluencia de turismo, se redujo  en un 73% con respecto al año anterior. Las pérdidas económicas fueron  cuantiosas.
 Y  para terminar, quiero hacer un ruego a todo aquel que se digne a perder un  tiempo en leerme: ¡¡¡cuiden el monte!!!. Se decía que cuando los iberos  llegaron a la Península Ibérica, una ardilla podía atravesarla de sur a norte  sin bajar de los arboles ¿Qué hemos hecho de aquel vergel?
 Si sabemos que un árbol, origina el suficiente oxígeno por término  medio, para que respiren 10.000 personas y además somos consecuentes con la  importancia que esto tiene, no tenemos más remedio que reconocer, que es  obligación nuestra velar por la integridad de los bosques y ayudar a las  autoridades a descubrir al pirómano.
                              Algeciras, 28 de febrero de 2009  
                    
                      José María Fortes Castillo
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 DANDO  UN PASEO…        Ya ha pasado el temporal de levante que hemos tenido estos últimos días.  La tarde invita a dar un paseo por la playa y yo me presto a ello. Cuando piso  la arena, observo que está sucia, muy sucia. Este es el resultado de la  dinámica que ejerce el levante sobre nuestras playas. Todo cuerpo flotante que  se halla en esa zona es arrastrado a la orilla. El levante es uno de los  principales enemigos de los cuidadores de playas.Estamos finalizando marzo y se nota que los días son más largos. Absorto  en mis pensamientos, me topo con los restos de una patera. Sólo queda el espejo  de popa y un trozo de la borda de babor. El gran tamaño y el color azul oscuro,  claramente te dice el origen de la misma. Es la típica embarcación que se  utiliza en Marruecos para el traslado de inmigrantes a la península.
 Sigo con mi paseo, pero con la estampa de la patera en mi mente. Esos  trozos de madera ¿Qué odisea habrán vivido? Quiero hacerme una idea de lo que  pudo suceder y pienso que vendría cargada de subsaharianos o marroquíes, que el  temporal de levante los sorprendió cerca de tierra y el patrón ante el temor de  naufragar lejos de la orilla, puso proa a ella hasta encallar en la playa. Los  pasajeros alcanzarían tierra firme sin contratiempo y el patrón sin poder  dominar la patera por la fuerza de las olas, optó por abandonarla antes de ser  sorprendido por la vigilancia costera.
 ¿Qué modo de vida tiene esta pobre gente, que les empuja a jugarse la  existencia con el fin de llegar a nuestro país? Es indudable que los países  ricos lo son cada vez más y los pobres cada vez más pobres. En algún lugar leí  que: La riqueza determina la salud y la  salud determina la riqueza. El índice de enfermedad en los países pobres es  muy alto, por lo tanto el enfermo no puede desarrollar su trabajo y así nunca  puede superar la pobreza, al mismo tiempo que debilita la economía de su país.  Es sabido que el hambre engendra hambre.
 Antiguamente el hambre era una inseparable compañera de los pueblos,  pero sobrevenía por causas naturales. Hoy la tecnología ha superado aquel  jinete apocalíptico y  la desnutrición se  debe al comportamiento humano.
 Como ocurre siempre, las víctimas de las grandes desgracias son los  pobres y en este caso también. Ocho millones de personas mueren al año de  hambre o desnutrición y de ellas cinco millones son niños.
 Mientras tanto, los países ricos se dedican a incrementar los  presupuestos al ministerio de Defensa, olvidándose de la hambruna que ellos han  originado, por ejemplo en el continente africano.
 Durante años, las potencias mundiales han explotado África y no han  tenido el más mínimo reparo en asolarla para luego abandonarla a su suerte. La  tala indiscriminada de árboles, ha convertido un vergel en zona desértica. Al  no existir árboles, la influencia de lluvias es muy baja y cuando llueve es de  forma torrencial, teniendo como resultado el arrastre de la poca tierra fértil  que queda en el continente.
 Hemos condenado a varios pueblos a la pobreza y los países ricos tienen  la obligación de paliar este tremendo error, pero no lo hacen. La ayuda de los  grandes países a paliar el hambre en el mundo se ha reducido a la mitad desde  los años sesenta. Este dato también contesta de alguna manera, a mi primo  Manuel cuando me preguntó si la gente de los años cincuenta o sesenta -mi  juventud- eran mejor o peor que los de ahora.   Antes se era más sensible, más humano. Hoy se es más materialista y  cruel con el semejante. Hoy se utiliza una filosofía: «hagamos el amor y no  la guerra». ¡¡Qué tremenda barbaridad!!,  todos se abanderan con el pacifismo pero  miramos a otro lado cuando nuestros semejantes mueren de hambre.
 Ojala que todos los  que vinieron a bordo de aquella patera  encuentren un futuro mejor y que pronto, “la sensatez de nuestros  gobernantes”, los lleve a paliar totalmente el hambre en el mundo.”
       Algeciras, 27 de marzo de 2009
 
              José María Fortes  Castillo   | 
  
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                      PLAYA  DE   DEL DESNARIGADO O TORRECILLA       Resulta curioso comprobar, una y otra vez,  como llaman a la playa de “Torrecilla”;   playa de la “Potabilizadora”. Todo debido a la chapucera planta que se  instaló en ese lugar por la década de los sesenta, con la misión de transformar  el agua salada en potable. Por lo tanto, su antigüedad no supera los cincuenta  años. Detalle que si cotejamos  con la  milenaria historia de nuestra ciudad, no deja en buen lugar a los que se  empecinan en llamarla así. En mi juventud, la conocíamos como playa  del Desnarigado. Denominación que fue perdiendo fuerza a partir de la  instalación de la desalinizadora que se ubicó en aquel lugar.
 Tuve a mi cargo la responsabilidad de las  playas ceutíes durante nueve años. No tuve más remedio que aprenderme como el  Padre Nuestro, todo el litoral ceutí, para no caer en la frivolidad de,  precisamente eso, llamar esa zona la playa de la “Potabilizadora”.
 Al principio la seguía llamándola “El  Desnarigado”, pero el denominado así es el castillo que al parecer servía de  cuartel al famoso pirata.
 La playa debe su nombre a la torrecilla que  su ubica en el acceso a ella.  Habitáculo  que servía al cuerpo que hacia la guardia en el antiguo camino de ronda de la  ciudad.  Lugar muy bello y desconocido  por gran número de ceutíes. Se accede con mucha facilidad a través de la  barriada del Sarchás, donde al finalizar la misma se puede dejar el coche. A  continuación un agradable paseo a través del bello litoral sur del monte Hacho,  nos hace contemplar –si las aguas están claras- un hermoso y extraordinario  fondo submarino que hacen del lugar, uno de los rincones más bellos de nuestra  ciudad. Al poco de empezar, podemos ver una bonita estampa de la pequeña  mezquita rodeada de arboles y como fondo el mar. Al final del agradable paseo y  antes de llegar a la playa de Torrecillas, veremos el tristemente famoso tajo  que conocemos como el “Salto del Tambor”.
 En Ceuta se dan varios casos de cambios de  nombre de lugares y ahora se me viene a la memoria, la conocida y popular  piedra del Caballa. Antes de estar instalado allí el Caballa, hubo una fábrica  de conservas de pescado propiedad de la familia Carranza. Por entonces la  piedra era conocida como “El Espigón” y otra que hay en el centro de la playa  –que el aporte de arena la ha cubierto-- que se dejaba ver con la bajamar era  conocida como “La Laja”, y he oído a muchos llamarla la piedra de la Ribera.
 Otra playa que se recuperó para el baño y  se oficializó en el año 1995, es la playa de Miramar, llamada por gran número  de ceutíes como playa de la Almadraba.
 Debemos de procurar mantener nuestra  historia y denominaciones, como la conocían nuestros antepasados, sin tratar de  disfrazar aquel legado tan hermoso.
 Aquellos bonitos nombres que recuerdo de  pequeño, como eran las calles de la Muralla, la Brecha, la Marina, el Rebellín,  Larga o Puente Almina, cuando nos lo quitaron, también nos robaron parte de  nosotros mismos, de nuestra historia.
       Algeciras, 1 de abril de 2009 
 José María Fortes Castillo
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                    EL PASEO       Me gusta pasear. Me gusta tanto en verano  como en invierno. Generalmente, cuando salgo de casa solo o como casi siempre  en compañía de mi esposa Rosi, suelo tomar la dirección de la playa de Getares,  siguiendo la ribera del río Pícaro. Cuando este paseo es preconcebido, suelo  abastecerme del pan sobrante que durante varios días, Rosi me guarda en una  bolsa. Cerca de la playa, existe un puente que me permite colocarme en el  centro del río y desde allí, comienzo a arrojar trozos de pan, durante pocos  segundos. El instinto de los animales cuando hay comida cerca es digno de  admirar. Antes de arrojar el pan, solo se ven deambular algunas lisas, pero al  momento de caer éste en el agua, salen lisas hasta debajo de las piedras,  siendo las primeras en acudir, pero no los únicos especimenes. De inmediato se  aprecia la presencia de barbos, pollitas de agua, ratas y hasta renacuajos.La riqueza de fauna en esta zona de la  desembocadura del pequeño río Pícaro, es maravillosa, pero ya se empieza a  notar la decadencia existente hoy con la que se apreciaba hace ocho años. El  lugar ha sido urbanizado y gente poco consiente, han hecho llegar sus desagües  al río.
 Recién llegado a mi nueva residencia, en  junio de 2002, cuando venía a este mismo lugar, la fauna era mucho mayor.  Incluso destacaba la presencia de peces de colores, de esos que venden en las  ferias, que personas poco consientes, depositarían en el río bien porque se  cansaron de tenerlos en casa o por el motivo que sea. El caso es que se  adaptaron bien, dada la riqueza de oxígeno en el agua, hasta que la influencia  de la presencia humana, deterioró esta medio fluvial, de modo que las aguas  empezaron a ser más sucias y contaminada y estos bellos peces desaparecieron.
 Continúo con mi paseo y durante el mismo,  no paro de preguntarme; ¿por qué somos tan destructores?, ¿por qué allá donde  vamos, siempre creamos el caos? No somos consientes, que poco a poco estamos  destruyendo nuestro hábitat.
 Sigo el curso de la ribera, hasta llegar a  la desembocadura, que con marea baja y dado el poco caudal que trae el río, no  llega directamente al mar, se lo impide una barra de arena, que hace de muro de  contención entre el medio fluvial y el marino. En la misma desembocadura, trato  de encontrar la presencia de algún cangrejo, que tan abundante eran, cuando  llegué la primera vez, y todo mi esfuerzo fue inútil. Solo distinguí la  presencia de algunos alevines de lisas y nada más.
 Decido hacer el recorrido de ida y vuelta a  lo largo de la orilla de la playa y de vuelta al atardecer, vuelvo a coger la  ribera del río que me lleva a casa.
 Se ha retirado el sol y pronto la noche con  su manto de tinieblas, hará acto de presencia. Pero dado que estamos á mediado  de primavera, aun queda un buen rato para que esto suceda y tengo el tiempo  suficiente como para continuar mi paseo, sin necesidad de darme excesiva prisa.
 Durante el camino, vengo notando la  presencia de molestos mosquitos y me paro a observar y compruebo la total  ausencia de murciélagos. Posiblemente esto se deba al tremendo incendio, que el  verano pasado azoló esta zona.
 Las pequeñas cuevas que sirven de refugio  a estos pequeños mamíferos voladores, se
 convierten  en hornos por culpa de los incendios y ante la imposibilidad de huir, estos  indefensos y benefactores animales, mueren por miles, a causa de que el  pirómano de turno, tuvo la “feliz” idea de prender fuego al monte.
 Somos tan pedantes y presuntuosos, que nos  autodefinimos, como animales racionales. La verdad, es que algunas veces me  siento avergonzado de pertenecer a la raza humana, que lleva por bandera,  poseer al contrario que los otros animales algo llamado “inteligencia”. ¿Dónde  está la inteligencia, si no nos damos cuenta, que somos a la vez, responsables  y victimas? Que un incendio no se apaga cuando finaliza el fuego. Que  posteriormente aparece lo que ahora se ha dado por llamar “daños colaterales”.  En este caso que les narro, las consecuencias probables sean que este verano  nos tengamos que hacer de mosquiteros, si no queremos ser blanco de estos  incestos y sus picadas.
 Los murciélagos, aunque sean unos animales  rechazados por muchos, no dejan de tener una gran importancia en nuestra  calidad de vida. Durante una noche, consumen cientos de kilos de incestos, en  especial mosquitos y cuando los depredadores de estos faltan, ocurre que la  población de estos molestos bichos, se incrementa.
 Ya llego al puente por el que se accede a  mi barriada. La verdad es que es bonita y acogedora. Se encuentra perimetrada  por el río, monte y playa Getares. Un lujo si no lo deterioramos.
         Algeciras, 23 de mayo de 2009 José María Fortes  Castillo
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                    AQUELLA COCINA  CABALLA        Acabo de ver en Tele Sur, unas jornadas  acaecidas en el pueblo de Barbate, donde se hace referencia a la importancia  que se le da en ese pueblo, a las almadrabas, al atún y a las diferentes formas  de prepararlo. Los comentarios y demostraciones visto por la “tele”, me han  hecho vivir de nuevo tiempos remotos Me han trasladado al final de la década de  los cuarenta y principio de los cincuenta del siglo pasado. Vividos en aquel  añorado patio número doce de la calle Sánchez Navarro1. Barbate respeta su historia. Sus  autoridades han conservado y velan porque el mundo del atún y las almadrabas,  sea parte directa de la filosofía del pueblo. El atún de Barbate se consume en  toda España y se exporta a varios países extranjeros. Pero al mismo tiempo, han  sabido generar una cocina propia alrededor de éste túnido. Pues bien, los  caballas también tuvieron esta clase de cocina, dado que la materia prima, la  conseguían sin tener que ir lejos; entre puente y puente. Las fabricas de  Carranza, Cabanillas, Lloret y Llinares, etcétera, abastecían de este producto  que era el deleite de quien lo consumía.
 El  chef barbateño, hace alarde de cómo se prepara el buche o la ventrecha del atún  y yo pensaba en mi abuela María o la tía Ángela o María la madre de Miguel que  mandaba el Lobo Grande aquel desgraciado doce de diciembre. Estas sí eran  verdaderas maestras en este arte.
 En aquellos tiempos, cuando el callejón del  Asilo Viejo, aún conservaba mucho de aquel arrabal de pescadores, el señor  Antonio que vivía en la calle Gómez Marcelo número diecisiete, se dedicaba a  vender las ventrechas, el buche y el corazón del atún, además de los corazones,  huevas y lechas de bonito. No se pueden imaginar lo que aquellas mujeres hacían  con estas excelencias del reino de Poseidón.
 Lo  lastimoso es, que al igual que hoy Barbate celebra las jornadas del atún, y  vienen chef de todo el mundo para aprender a prepararlo, Ceuta tuvo una cocina  basada en estos productos, que no hemos sabido conservar. Y pensar que hubo un  tiempo, que la conserva de atún más cotizada era “EL OCÉANO” del Consorcio  Almadrabero de Ceuta.
 En  la tienda de Narciso, calle Gómez Marcelo, catorce. Allí se degustaron  verdaderas cantidades de buches y morrillos de atún, que facilitaba Facio Artola,  hermano de Paco, párroco de San José. El amigo Facio, era jefe de cocción de  la fábrica de Carranza que estaba ubicada donde hoy está el Club Natación  Caballa. Este notable caballa, periódicamente facilitaba este manjar que mi  madre, como alumna de mi abuela, sabía preparar magistralmente para que en la  tienda del mencionado Narciso, se diera buena cuenta de tan estimado plato.  Entre trago y trago de vino. Los comensales, solían ser los mismos que  acostumbraban a echar sus partiditas de cartas todos los días, entre los que  recuerdo a: el mencionado padre Artola, mi padre, Ángel Benítez, Ricardo de  León, Pepe el zapatero, Paco García, Pepe Acosta –maestro de Villa Jovita—y  algunos más.
 La  verdad es que aquellos tiempos, no tan lejanos, nos hace pensar en el paso  atrás que hemos dado. Aquellos productos tan nuestros, nos hicieron felices y  nos ayudaron a soportar y sobrellevar unos años de penuria. Y hoy, que hemos  sabido salir de aquellos tiempos de restricción, no hemos sabido conservar  nuestra filosofía, nuestro modo de vivir. Hemos cambiado la fritura de  pimientos tomates y cebollas con corazones de bonito, por la hamburguesa. La  ventrecha en salsa en amarillo, por la pizza. De verdad os digo, que a veces,  sueño despierto con una de aquellas fuentes que preparaba mi abuela de huevas y  lechas de bonito. Lo mismo estaba de exquisita frita que aliñada en  ensaladilla. Esa eran delicias de mi tierra. Así vivía el CABALLA, el que tuvo  la suerte de morar entre puente y puente y nació y se crió de cara a la mar.
 Yo no he llegado a conocer la pequeña  almadrabeta2, que montaba mi abuelo frente al Agujero de la sardina,  Pero mi padre me contaba, que una vez saturado el mercado ceutí, navegaban  hasta Algeciras o Tarifa, para vender la pesca. Debió de pasárselo bien, dada  la pasión que ponía haciendo referencia de los viajes que daba a la Península  cargando atunes de trescientos  y  cuatrocientos kilos.
 Aquella almadrabeta, llegó un año que no le  permitieron montarla, porque los Carranza se habían hecho con todos los  derechos almadraberos de Ceuta y Marruecos, dando de nuevo razón al refrán; que  el pez grande se come al chico.
 A  mis primos Fini y Manolo, les quiero proponer, abrir una página en la Web de  Ceuta en el corazón, al objeto de tratar de recuperar el mayor números de  platos caballas por excelencias, con el fin de que las amas de casa y los  aficionados a la cocina, se deleiten el paladar recuperando de nuevo aquellos  exquisitos manjares.
 Afriquita López, es  posiblemente la que posea más recetas de aquellas, tan marineras y entrañables,  como lo eran la gente de mí barrio.
       Algeciras, 1 de junio de 2009  
                      
 José María Fortes Castillo
   ________ 1   Sánchez Navarro, la calle primitiva se  llamaba  Calle Misericordia
 2   En  Ceuta siempre hemos conocido como almadraba, a la bella barriada ubicada en la  bahía sur, y
 almadrabeta el laberinto de redes para  pescar.
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   El  TARAJAL  Y SU CHIRINGUITO        Con la oportunidad que me ofrece  la web de «Ceuta en el corazón»,  trato por todos los medios, recordar y contaros lo maravillosamente distinta  que era nuestra ciudad, en los años de mi niñez. La poca disponibilidad de medios económicos  en las décadas de los cuarenta y cincuenta, nos limitaba los desplazamientos de  tal manera, que teníamos la playa de los domingos que era el Tarajal y del  lunes al sábado -que entonces era un día laboral como otro cualquiera- el  Chorrillo.
 El Tarajal,   debe su nombre  posiblemente a la  abundancia de un arbusto en toda la cuenca del arroyo del mismo nombre,  conocido como taray en español  y taraje en árabe; y  tuvo sus años de esplendor en esas décadas  antes citada.
 Su arena de pizarra, acogía  fundamentalmente los domingos y días de fiesta, a cientos de ceutíes, ansiosos  de darse un chapuzón y luego tomar un tinto en aquel añorado chiringuito que  regentaba Chiclana.
 Solíamos ir a este lugar, porque tanto mi  tío Miguel como mi padre, mantenía una gran amistad con el dueño. Nunca supe su  nombre, dado que todo el mundo lo conocía como Chiclana. Lo recuerdo como de  estatura más bien baja, regordete y con cara de bonachón. Era famoso también,  porque en  las ferias del muelle del  Cañonero Dato, él era el primero en montar, de manera que casi todos los  feriantes y trabajadores, solían ir al bar Chiclana -como era conocido- a  calmar la sed del agotador trabajo que originaba la instalación del recinto  ferial. Los primeros “bolaores secos” del año, se comían en aquel bar, mientras  montaban la feria de agosto. Aquellos racimos del exquisito pez, con un cartón  atado, donde se indicaba su precio: una peseta la unidad.
 Volviendo al tema de la playa, trato de no  reiterar en ese afán que me caracteriza, como paladín defensor de aquellos  tiempos pasados. La verdad es que me resulta imposible. ¿Qué niño ceutí, tiene  hoy la posibilidad de tirar de la jareta de un copo?, ¿os imagináis la  ilusión  que nos proporcionaba tirar de  aquel boliche?, pero no eran solo los niños, allí ayudaban casi todos los  bañistas para regocijo del dueño del arte, que sabía que los domingos de  verano, no le era preciso contratar arreadores. De aquel copo, se abastecía  Chiclana para preparar aquellas fuentes de pescado frito, que ofrecía a los  clientes y estos devoraban con avidez, como pensando que aquellos años  acabarían pronto y desaparecerían como también aquellos manjares.
 A raíz de la independencia de Marruecos, la  zona se convirtió en frontera entre los dos países. A Chiclana, como a todos,  los años le obligaron a retirarse y en aquel lugar, instalaron un varadero y la  playa poco a poco fue perdiendo aquel encanto que tuvo.
 En mis tiempos de funcionario, responsable  de playas, en alguna ocasión me visitaron miembros de la Asociación de Vecinos  del Príncipe, con el fin de que les habilitara el Tarajal como zona de baño. Me  fue imposible, dado que la Ley prohíbe oficializar  si el lugar no está a más de quinientos  metros del puesto fronterizo. En desagravio, me comprometí en habilitarles la  playa de Miramar -Almadraba.
 A veces, pienso que hubiera sido  maravilloso recuperar esa zona de baño, mas por nostalgia que por otra cosa,  pero la razón se debe imponer al corazón. Luego razonas y te das cuenta que  prácticamente era imposible. La ubicación de la frontera, parte por la mitad la  playa y hubiera sido un problema tratar biológicamente una zona y la otra no.  La zona no tratada, mantendría siempre contaminada a la otra.
 Finalmente, deciros a todos los que no la  habéis conocido como zona de baño, sepáis que era la única playa ceutí de la  cuenca mediterránea, sin vertidos residuales al mar. Lo que garantizaba en una  época muy lejos en el tiempo de los análisis bacteriológicos, que a pesar del  nulo cuidado que se prestaba a las playas, el Tarajal era merecedora de una  bandera azul en caso que hubieran existido.
   
                      Algeciras, 8 de junio de 2009  
                                                                                   José María Fortes Castillo
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                    LA  FAMILIA MODERNA       Es indudable que el estilo de vida  familiar, se ha ido deteriorando con los años. Aquel respeto hacia los mayores  y aquella consideración a los padres y abuelos, ha ido sufriendo una  metamorfosis negativa, de tan lamentable resultado, que con ello, nadie saldrá  ganando. Hoy lo sufren los abuelos, mañana los que hoy les toca ser padres y  finalmente lo sufrirán los de hijos, cuando en el futuro les llegue la vejez.¿Por qué se ha llegado a esta situación?  ¿Dónde fueron aquellos valores que cultivaban el amor familiar? La respuesta  que me viene a la mente es la educación. Considero que nuestros padres,  supieron educarnos mejor que nosotros a nuestros hijos.
 De mi niñez, recuerdo que mi abuelo Joaquín  era el patriarca de la familia. Su palabra era ley y cuando él hablaba, todos  escuchábamos. La verdad es que tenía una personalidad fuera de lo común y le  hacía ser la persona más respetada de la familia. El día grande era el de su  santo. En San Joaquín, unos días previos, se abastecía de vino y comida en  abundancia de manera que toda la familia nos concentrábamos en su casa al  objeto de rendir honores al mejor abuelo del mundo. Pero repito, nos reuníamos  toda la familia. Eso hoy es un imposible, dado que si no está enfadada la cuñada,  es el hermano quien no se habla con el padre, etcétera.
 Considero que cuando falta la educación, se  minimiza la tolerancia y desgraciadamente los responsables de aplicar medidas  correctoras, las aplican mal. En mi época de estudiante, recuerdo que algunos  profesores se pasaban un poco a la hora de educar a los alumnos y aquella  famosa y manida frase: “Las letras con sangre entran”, las llevaban hasta  extremos increíbles, pero afortunadamente eran los menos. La verdad es que hubo  profesores que se pasaban generando un ambiente violento, al que los alumnos  les temían, sin embargo otros, supieron ganarse el cariño de ellos sin dejar de  ser rígidos. Don Luis Luna, fue uno de ellos, que sin ser violento, sabia  llevar a buen puerto a su alumnado.
 Está claro que la educación en el colegio,  se refleja luego en casa, en la vida familiar. Pero si pasamos de lo expuesto  anteriormente a todo lo contrario, como agredir a los profesores, este cambio  de un extremo a otro, no es bueno. Si la violencia se le extirpa al  profesorado, para facilitársela a los alumnos, es una formula equivocada. Antes  el respeto era para la familia, los ancianos y sobre todo para los profesores,  pero si la dinámica moderna nos dice; que somos totalmente libres, que los  padres, no pueden dar un cachete a un hijo, porque corre el riesgo de que lo  denuncien o que un profesor no puede ser rígido en la educación a sus alumnos,  para no verse también denunciado, ¡¡apaga y vámonos!!. ¿Dónde está la  disciplina? A mí me dieron bofetadas de todos los colores, y no recuerdo ni una  sola que no mereciera. A mí me llegó a dar un cachete, el “santo varón”, más  bueno que ha pasado por Ceuta; don Martiniano Pastor y posteriormente me pidió  perdón casi llorando. Cuando aquel buen hombre, se vio forzado a agredirme,  solo demuestra que por aquel entonces, yo, era un “rebelde sin causa”
 Los niños, no saben valorar el daño que  pueden originar en algunas ocasiones con su comportamiento. Algunas veces son  crueles hasta con sus hermanos o mejores amigos. Es por eso, que precisan de  una buena educación ambientada en el amor, fundamentalmente familiar. Cultivar  los valores de la familia, dignifica al individuo, pero tristemente, esos  valores se han perdido en el tiempo. Hoy se ama a lo que has engendrado y te olvidas  de los que te engendraron a ti. Amas a tus hijos, como sangre y carne que son  de ti, pero olvidas que al igual que tú, ayer existió un matrimonio que te  trajo al mundo y depositaron en ti, el mismo cariño que hoy tú tienes a tus  hijos, que  te tienen como espejo donde  mirarse. Igual que tú trates a tus padres, debes esperar ser tratado mañana por  esas personas que mas amas en el mundo, tus hijos.
   
                      Algeciras, a 21 de julio de  2009 
                        Pepe Fortes Castillo   | 
  
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 CARACOLES       A mediados de julio, salimos a dar una vuelta  por el paseo marítimo de Getares. Son las nueve de la tarde y aún hay bañistas  que se resisten en abandonar el líquido elemento. De verdad, la tarde es  calurosa e invita al baño y a pesar de que el ocaso está cercano, debe ser  reconfortante sentir el abrazo fresco de las aguas del estrecho de Gibraltar,  después de sufrir este tórrido día del verano andaluz.Completamos todo el recorrido y de regreso,  mi nieto José Manuel –conocido por nuestros primos de Cádiz, como “el  rubiales”- le pide a su abuela que le invite a caracoles. Rosi, que se  caracteriza, porque es incapaz de negarle nada a sus nietos, no tarda en decir  –oye Pepe, ¿nos tomamos una cerveza y unos caracoles?, dicho y hecho. A los pocos  minutos estamos Rosi, Rosa Mari, José Manuel y un servidor, dando buena cuenta  de tan exquisito molusco gasterópodo.
 Durante la degustación de tan  extraordinario manjar, pregunta Rosi; esto no es muy común en Ceuta ¿verdad?  Actualmente no sé. Cuando dejamos de vivir allí, no recuerdo que hubiera ningún  bar especializado en ello. En cambio, en la década de los cuarenta y cincuenta,  en Ceuta se podía degustar de los famosos caracoles de Ketama. El bar  caracolero por excelencia era la bodega de Pagán, que estaba ubicada por encima  del colegio Lope de Vega. Además de Pagán, existían algunos restaurantes que  sin tener la fama tradicional de éste, los hacían algunas veces y muy  exquisitos como eran casa Rejano, casa Julián y Berlanga. El primero se hallaba  subiendo la escalera de acceso a la Plaza Vieja, el segundo en la calle  Cervantes, donde últimamente estaba Blasco y el tercero en playa Benítez.  También los he comido en “el Gallo” y arriba del Recinto en el bar conocido como “El  Ahorcao”;  y digo Ahorcao y no ahorcado, porque nunca he  oído a nadie que lo pronuncie con “d”.
 Falto de Ceuta los últimos ocho años, por  lo tanto no puedo opinar si hoy se consume o no los caracoles, pero sí puedo  afirmar que, en mi patio, en casa de mi abuela y de Ángela, se  hacía arroz con caracoles y en casa de mi tía  Fina, la Yaya los guisaba con patatas. Sería importante que nuestro Webmaster,  abriera pronto un apartado dedicado a facilitar aquellas recetas antiguas, a  nuestros lectores, con el fin de no perder esta herencia y al mismo tiempo  saborear aquellos apetitosos platos que hacían nuestras abuelas.
 En Ceuta desgraciadamente se han perdido  muchas cosas. Nadie se ha interesado en preservar nuestras costumbres y desde  aquí, hago un ruego a todo aquel que tenga una receta, del plato que sea de  aquellos tiempos, tenga la gentileza de remitírnoslos y nosotros lo pondremos  en nuestra Web, con el nombre del remitente. ¡¡¡Animaos!!! A recuperar los  máximo de aquella Ceuta perdida.
 
                        Algeciras, 27 de julio de  2009-07-27 
 José María Fortes Castillo      | 
  
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 UN DÍA CUALQUIERA...       Estoy sentado en una especie de atalaya en  un saliente de Punta Carnero. He decidido dar un paseo, después de tantas  semanas de tan intensas lluvias. Ya era hora de que el cielo dejara de llorar y  nos regalara un día como hoy, con una ligera brisa del suroeste. Es el tiempo  que conocemos en Ceuta como vendaval. Igual que ahora luce un sol esplendoroso,  puede estar lloviendo dentro de un rato.   Mirando al frente, distingo la silueta inconfundible del Monte Hacho  allí en la otra orilla del estrecho. Sin saber por qué, de mi interior me sale  un ‹‹Ceuta de mi corazón››. Esto, me hace pensar y llego a la conclusión de lo  acertado que estuvo mi primo Manolo, al ‹‹bautizar›› la web, como CEUTA EN EL  CORAZÓN. Creo que todo buen ceutí, al recordarla, notamos el mismo sentimiento  o algo parecido. La llevamos muy dentro.Qué bonito y claro se ve el estrecho. Es  una estampa bellísima, observar el elevado número de barcos que entran y salen  de nuestro mar Mediterráneo.  Que  distinta panorámica a la de estos días atrás. Con este tiempo ‹‹decía mi  abuelo››, es cuando el cielo presenta el azul más bello. Los días de lluvia,  las gotas de agua arrastran en su caída, todas las partículas en suspensión que  hay en la atmósfera, y cuando el cielo se abre con la retirada de las nubes,  conseguimos ver el azul del éter en su más clara expresión.
 Me sonrío cuando recuerdo mis tiempos de  vecino de Madrid. Allí se llenan la boca con el cielo de la capital.  Posiblemente sería muy bello hace muchos años, porque yo lo miraba y lo veía de  un color gris-amarillento. Entonces pesaba y sigo pensando, que el que diga  eso,  no ha visto el cielo del estrecho  con tiempo de vendaval.
 Ya que estoy de lleno, metido en el cotejo  de mi tierra con Madrid. No tengo por menos que considerar que allí lo tienen  todo, menos un bello paisaje. En la capital del reino, te das una vuelta de dos  horas o tres en coche, y no ves más que hormigón. A diferencia de mi tierra  ¿Quién puede dar un paseo en Ceuta de cinco minutos sin ver el mar? ¿Qué marco  es comparable, al que posee mi prima Fini en su propia casa? Se asoma a la  terraza y contempla la incomparable panorámica del reino de el Pineo; la bahía  sur. Debajo Fuente Caballo y la playa de la Peña. A la derecha la playa del  Chorrillo y más al fondo, las playas marroquíes de La Restinga y Cabila y allá  en el horizonte cabo Negro. No para de escribir y es lo más lógico. Es una gran  escritora y en su propia casa tiene, el mejor escenario para la inspiración, ya  me contarás.
 Todo esto que estoy pensando, en la atalaya  de Punta Carnero, a ver si consigo memorizarlo y lo escribo. Mi primo se me  queja diciendo que llevo muchos meses sin hacerlo, con toda la razón y quiero  complacerle. Espero que este escrito sirva como punto de arranque para una  segunda etapa.
       Algeciras, 23 de marzo de  2010   
                    
                      José María Fortes Castillo   | 
  
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                    EL MONTE       De nuevo estoy caminando. Esta vez, mi lugar  elegido ha sido el monte. Probablemente añorando aquellos paseos que, con  cierta frecuencia y en compañía de Carmelo -‹agente forestal de la Ciudad  Autónoma de Ceuta-, dábamos por los montes de nuestra querida ciudad. Es inevitable que me venga a la memoria,  algunas de las anécdotas que hemos vivido juntos. En una ocasión, en uno de los  cortijos existente en García Aldave, se estaba haciendo una reforma del mismo,  por medio de unos musulmanes venidos de Castillejos. Uno de ellos, dándose  cuenta de que en aquellos alrededores, se detectaba la presencia de conejos,  trajo varios cepos que colocó en aquella zona.
 Cercano al cortijo, están ubicadas unas  pocilgas militares, que con alguna frecuencia, dejaban en libertad a los cerdos  para que corrieran y retozaran en aquel lugar. En una de aquellas ocasiones,  uno de los cerdos,  pisó un cepo y el  animal berreaba de tal manera que salieron todos los encargados del cuidado de  los animales. El incidente, se puso en conocimiento del SEPRONA y este nos lo  trasladó a la Concejalía de Medio Ambiente. Cuando nos personamos en el  cortijo, nos dijeron que el musulmán conejero, ante la movida que se organizó,  se asustó y huyó a Castillejos. Así que nos encontramos sin saber, el número de  cepos ni el lugar de ubicación. Lo peor del caso es que estábamos a mediado de  noviembre, a dos semanas del día de la mochila. No quisimos alertar a nadie y  decidimos batir la zona, de manera que antes del día que tantos ceutíes se lo  pasan en el monte, todo el lugar quedara peinado, con objeto de evitar algún  accidente. De manera que bajo la dirección de Carmelo -el mejor conocedor del  monte ceutí-, y varios guardias del SEPRONA, al mando del por entonces sargento  León, nos pusimos mano a la obra y así estuvimos más de una semana. Al final se  lograron cuatro o cinco cepos más.
 Me  ha venido esta anécdota a la memoria, porque aunque no en gran abundancia, sí  veíamos algún lagarto o serpiente con alguna frecuencia y hoy en este lugar  sito en los montes de Getares, lo único que logro ver son incestos y  especialmente saltamontes. El lugar es bellísimo, con una panorámica de la  bahía de Algeciras y el estrecho de Gibraltar maravillosa. Pero tristemente no  veo vida, algún pajarillo pero no la riqueza faunística que debiera.  Probablemente el incendio de hace dos años, devastó el lugar y aunque el  matorral se ha recuperado bien, la fauna no ha corrido la misma suerte.
 En tiempos de mi juventud, cuando en  compañía de Mariano y Salvador Marcos, Pepe Torres, Quina, Pepín y Alfonso  Gómez, Paco de León, Manuel Rodríguez Lara, etc., visitábamos los montes de  Ingenieros, Hacho o García Aldave, la abundancia de lagartos y culebras, erizos  y otros animales en el campo era abundantísima, pero poco a poco, el hombre  moderno, el más terrible y despiadado depredador que jamás ha conocido el  planeta, ha ido eliminando especies tras especies por el único placer de matar  por matar.       He presenciado a algunos  cazadores que, aburridos por la falta de piezas a quien tirar, se han distraído  matando culebras y lagartos, sin valorar el daño que hacen a la fauna y a ellos  mismos, dado que a la hora de criticar, se suele englobar a todo el gremio como  carniceros, cuando entre ellos, también existen   caballeros de la escopeta.
 Algeciras, 25 de marzo de 2010
 
                      
                        José María Fortetes                   
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 UN DÍA TAMBIÉN  FUI JOVEN…         Yo también fui joven y tuve la suerte de  serlo en Ceuta. Aquella Ceuta de las décadas de los cincuentas y sesentas.  Cuando en Plaza de África nos reuníamos un grupo de amigos, en un ambiente tan  cordial como entrañable. Donde la amistad imperaba sobre los credos e ideas. Mi  convivencia y amistad con Mariano y Salvador marcos, Pepe Torres, Pepín y  Alfonso Gómez, Francisco López, Juan José Rodríguez, Enrique Blanco, Francisco  de León, etc., todos fieles creyentes y católicos, no impedía, que Maimón  Hardejala, «musulmán» y vecino de la calle Larga como Alberto Alfón, «judío» y  cuya vivienda se ubicaba encima del bar Sin Nombre, no se incorporaran cuando  querían al grupo, como uno más de nosotros. Más tarde, hubo tres incorporaciones  a mi larga lista de amigos, que fueron Luis Amuedo, el malogrado Paco Méndez y  José Luis Aguilera.  El grupo de chicas, lo componían las  amigas de mi hermana, hoy ya casadas y algunas hasta con nietos.  A todas las recuerdo con gran cariño. Aquel  grupo que formaban Pili y Pachi Morales, Anita Torroba, Loli Mateos, Mari  Carmen, Titi, etc, por un lado y el otro grupo formado por Mari Tere de León,  Meme Torres y Mari Carmen, no puedo negar que impactaron sobre mí de tal  manera, que hoy aun añoro aquellas felices vivencias que pasamos juntos. Pero  entre todas, hay una por la que siempre sentí un grandísimo cariño, Tere  Bárcena Celis, a la que considero como una verdadera hermana.
 Al final de los cincuentas y principio de  los sesentas, para salir con una chica, tenías que cortejarla con sumo cuidado.  Si ella vestía calcetines, no te atrevías arrimarte a ella dada su situación de  niña y algunos esperaban pacientemente a veces días, otras veces semanas o  meses, hasta que por fin llegaba el día que se colocaba medias. Este paso, era  el mudo cartel que anunciaba que la niña se había convertido en mujer y ya no  te rechazaría por ser muy joven. Ahora cabía la posibilidad de que te rechazara  por feo.
 La verdad es que algunas veces, la  atracción que se generaba entre un chico y una chica, era tal, que les daba  igual vestir calcetines que medias. El amor y más si es juvenil, no entiende de  barreras. Así que paseando por aquel bonito lugar, los veías cogidos de la  mano, mirándose a los ojos y exteriorizando en aquellas miradas, todo el amor  que sentían aquellos corazones jóvenes.
 El caso es que era bonito, lo pendiente y  atentos que estábamos los chicos en aquel Paseo de las Palmeras, de cuando la  chica que nos gustaba, cruzaba esa barrera que dejaba atrás la infancia y la  transformaba en una linda muchachita.
 De verdad es que en aquel paseo, en las  décadas de los cincuenta y sesenta,  se  reunían las niñas ceutíes, paseando arriba y abajo su belleza y convirtiendo  aquel lugar en una gigantesca pasarela. “¡Qué bonito era!”.
 Por parte nuestra, también teníamos  nuestros obstáculos. Este consistía en el cambio del pantalón corto al largo.  Pero entre uno y otro, estábamos forzados por la costumbre, de vestir entre  ellos un bombacho. El mío lo recuerdo como si fuera ayer. Era un traje gris y  la diferencia es que el pantalón se sujetaba a los tobillos con un elástico. Un  pantalón incómodo, que te dejaba marcado los tobillos como si fuéramos presos.  Y presos éramos. Presos de unas costumbres tradicionales que cultivaban el  romanticismo, presos de unas obligaciones obsoletas como las de estar en casa a  las nueve las chicas y a las diez los chicos y presos de esperar días y días  hasta que por fin le dabas el primer beso. Ese beso que nunca se olvida y que  aun a pesar de los años transcurridos, mantienes fresco en los labios.
 Estas costumbres, que no se decir si las tuve que padecer o disfrutar,  fueron mis vivencias de joven. Si la cotejamos con las actuales, seguro que  cualquier joven a quien le pregunte dirá –menuda lata—. Es verdad, hoy no se  pierde tanto el tiempo, la chica se quita los calcetines cuando quiere y como  quiere, los chicos ya no visten el pantalón corto y ¡¡¡cualquiera sale hoy a la  calle con un pantalón bombacho!!!, sería el hazmerreír de todos. Las chicas  usan el pantalón como nosotros y además, al igual que los calcetines, se los  quita con una facilidad de espanto. Todo va más rápido y más directo, sin  importar a quien abraza ni con quien se besa. Por eso yo prefiero mantener  fresco en mi mente y mis labios el primer beso y aquellas viejas costumbres de  aquella vieja Ceuta.
 
 
     Algeciras, 2 de noviembre de 2008  
                    
                      José María Fortes Castillo   | 
  
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 LAS PLAYAS       Ya estamos en puertas del estío. Es en  Semana Santa, cuando se ven los primeros morenos en el sur de la Península. En  primavera y verano, se incrementa la necesidad que tenemos de  contactar más directamente con la naturaleza.  Es posible que este año, ese deseo o necesidad, se multiplique debido al otoño  e invierno de lluvias que hemos padecido.La temporada estival, está a pocas  semanas vista, y ya sentimos esa sed de sumergirnos en las templadas aguas  sureñas. Como no hay regla sin excepción,   mis primos; Manolo y Teli, no precisan del verano para disfrutar las  playas gaditanas. Les resulta igual enero, julio o diciembre. A las primeras  que luzca el sol, allí los tiene en la playa de la Victoria, introduciéndose en  el reino de Poseidón. La verdad es que Cádiz, es una ciudad que vive muy de  cara a sus playas. La playa es parte directa de la ciudad y los gaditanos la  disfrutan cada vez que pueden. En ello influyen las características físicas del  bello litoral gaditano y contar con un ayuntamiento que hace una fuerte  inversión en el cuidado de ellas. Si a esto unimos que Manolo es la  reencarnación de El Pineo, sacamos la conclusión  de que quién quiera ver a mi primo, tendrá  que buscarlo en la playa, sin pararse a pensar en la estación que estamos. Se  pega largos de quinientos y mil metros. Lo que os digo, un tritón.
 En España hay unos 2000 kilómetros de  playas, el 25% de la longitud del litoral español. El tercio de la población  española, reside en estas playas y de cada cinco turistas que nos visitan,  cuatro eligen la playa para sus vacaciones. Al mismo tiempo, es una importante  fuente de ingresos. De ahí la responsabilidad de las autoridades a mantenerlas  limpias y en buenas condiciones bacteriológicas.
 En el Boletín Oficial del Estado (BOE), por  Real Decreto 734/1988 de 1 de julio se establecen normas de calidad de las  aguas de baño. La Ley de Costas 22/1988 de 28 de julio, en el capítulo III  referente a las competencias, recoge en el artículo 115, apartado D, que es  competencia de los municipios, el mantener las playas lugares públicos  de baño, con las debidas condiciones de  limpieza, higiene y salubridad.
 Las playas pueden se urbanas o  extraradiales -también conocidas como  semiurbanas-. Las primeras, de mayor afluencia de bañistas, precisan un buen  servicio de limpieza física, biológica y de vigilancia.
 Las extraradiales, están abandonadas a su  suerte. Dependen del grado de educación y sensibilidad de todos aquellos que la  visitan. Por estar alejadas de la ciudad, porque frecuentemente no pueden  acceder las máquinas limpiadoras o por no violentar el ecosistema, dado que;  muchas especies de aves se alimentan de la micro fauna que viven el la orilla  del mar y allí también suelen poner sus huevos. El caso es que el grado de  civismo de los usuarios, cataloga la playa de apta o no para el baño. Las  actividades incívicas, son más notables en las playas que soportan un público  de fin de semana. Estos suelen ensuciar más que el turista, que generalmente se  aloja en un hotel y no come en la playa. Lo contrario que el dominguero.
 La colaboración del bañista es  fundamental y debe entender, que proteger su lugar de ocio, tiene como  resultado protegerse a si mismo y a su familia.
 La playa no es ningún coto privado de  nadie y sí un patrimonio de todos los ciudadanos que debemos cuidar y respetar  al mismo tiempo que lo disfrutamos.
 Deseo paséis un feliz verano, que yo  trataré también de sacarle el máximo en compañía de mi esposa y nietos y  explotar la mejor droga veraniega: paseo, baño y tinto con sardina “asá”.  ¡¡Josder!! que bien se vive en Andalucía la baja.
 No quiero finalizar, sin rogaros por  favor, seamos respetuoso con el entorno, dado que poseemos un tesoro que  valoramos muy poco: NUESTRAS PLAYAS.
     Algeciras,  30 de marzo de 2010
 
 
 José  María Fortes Castillo
 
 
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 JURELES “OREAOS”
  El pasado fin de semana, coincidiendo con la  festividad de Nuestra Señora del Carmen, mis abuelos Pepe y Rosa, se  desplazaron a Cádiz, para pasar un par de días con los tíos Manolo y Teli.
 A  estas visitas siempre me suelo apuntar. Disfrutar de mis primos Joaquín, Jesús,  Fran, Yasmina y Azahara, “me mola un montón”.
 Como  es natural, cuando se reúnen mi abuelo y el tío Manolo, el noventa por cien del  tema de conversación, va dedicado a la Web: “CEUTA EN EL CORAZÓN”, y como en  esta visita, mis abuelos llevaron una bolsa de jureles oreados -un delicioso  bocado- para que los asara mi tía Teli. El tío Manolo apuntó, que esa receta  debería estar en la Web, dado que cuando no tengamos junto a nosotros a mi  abuelo, ese plato típico, de los marineros del Viejo Barrio del Callejón del  Asilo de Ceuta -especialmente del “Chache José”-, se perderá para siempre.
 Los  lazos que me unen, a mis abuelos maternos son tan grande, que tengo claro que  si ellos son “asileños”, yo también lo soy, por lo tanto, pensé: yo le pido la  receta a mis abuelos y como   casi nunca  me niegan nada, cuando la tenga escrita, se la mando al tío Manolo para que la  incluya en la página, y así me puedo considerar un miembro más de la Web.
 Según  mis abuelos, la receta es la siguiente:
 “Se eligen jureles  grande, cercanos al kilogramo de peso. Una vez limpios, se  abren -al estilo antiguo de los voladores-.
 Se meten en sal durante  cuarenta o cincuenta minutos.
 Luego, se enjuagan  bajo el grifo y se van depositando en la red.
 Se tapan con la tela  de tul, con el fin de evitar que le piquen las moscas.
 Y se tienden al sol,  durante todo el día.”
     Mis  abuelos, poseen un aro de aproximadamente ochenta centímetros de diámetro, con  una red tensa en su interior y ahí ponen los jureles para que se oreen.Casi el ochenta por cien del  cuerpo de los peces, es agua. Cuando lo asamos, los tejidos se cuecen en su  propia agua. Con este proceso del oreado, reducimos el agua casi a cero, por lo  tanto, cuando lo asamos, bien a la parrilla -como los abuelos-, o a la plancha,  como tía Teli, el sabor es muy diferente. Que pregunten al tío Manolo y verán.
 Posiblemente,  es esta la primera receta que se publique en la Web, y aunque no sepa nada de  cocina, ser el primero en algo tan importante como la Web: “CEUTA EN EL  CORAZÓN”, me llena de orgullo.
     Algeciras, 23 de julio de 2011                                                     José Manuel García Fortes
 
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  PEÑA “EL RELENTE”
       Hace  unos días estuve en Ceuta, y me llevé la grata sorpresa, de la existencia en  ella de una nueva peña, conocida como la peña “El Relente”. Uno de sus componentes, mi viejo amigo y  exvecino, Manolo Celaya, me dio pelos y señales del sentido de esta simpática  sociedad. Al mismo tiempo, me explicó el porque, la presencia de la placa con  su nombre y del socio fundador, en una de las columnas del Paseo de la Marina  Española.
 Me contaba Manolo, que cierto día, acertó a  pasar por allí el presidente de la ciudad; Juan Vivas. El presidente preguntó,  a que se debía el elevado número de vecinos de avanzada edad, que allí se  congregaban. Luego de las explicaciones pertinentes, Juan Vivas quedó  complacido por la originalidad de aquel grupo de vecinos y para inmortalizar el  nombre de la simpática peña y su socio fundador, ordenó instalar una placa en  el mismo lugar donde se congregan.
 Yo he sido hasta mi jubilación, funcionario  municipal primero, y de la asamblea posteriormente, lo que me ha hecho vivir de  cerca la vida política de mi ciudad, vida de la que me he llevado más  desilusiones que alegría, por eso me congratula conocer noticias como esta.
 El detalle del presidente, quiero verlo  como un gesto que me hace ver la cercanía de Juan con sus ciudadanos. Vivir el  día a día junto a ellos, respirar el mismo aire, pisar el mismo suelo y sufrir  o disfrutar los mismos problemas, es ganarse el cariño y respeto de su pueblo.  Este mismo pueblo que le ha vuelto a demostrar su confianza, últimamente en las  urnas.
 Que diferente comportamiento el de nuestro  Alcalde-Presidente,  al de otros  políticos, que a diferencia de Juan, miran al pueblo desde una atalaya,  creyéndose como el “futbolero” de moda; el mas guapo, rico y el que mejor lo  sabe hacer. Al final les ocurre como al futbolista, que campo que pisa es  blanco del las iras, insultos y odios de los espectadores.
 Este problema de autosuficiencia y olvido  de quienes lo han votado,   lo sufren  buena parte de los políticos de nuestro país; y en el caso que nos ocupa, en  nuestra ciudad, algunos  consejeros que parecían bellísimas personas  antes de llegar al poder, una vez instalados y acomodados en la poltrona,  padecen   una metamorfosis tan aguda, que  su trato antes tan cordial y cercano, pareciera, ahora, que jamás nos cruzamos  una mirada, o que fuimos vecinos del mismo barrio… Son cosas, como no iba a  decirlo, de falta de sencillez y de entrega al cargo público que te ha sido  entregado, cargo público, que como no puede ser de otra manera, debe de estar,  cercano, junto, al lado del pueblo, de los ciudadanos…
 Quiero felicitar a Juan Vivas Lara,  presidente de la Ciudad de Ceuta y que vive el día a día, codo a codo con sus  ciudadanos, viviendo sus vivencias, interesándose como respira su pueblo, para  él respirar igual. Sin subirse a pedestales y verlo desde las alturas. No sería  extraño que dentro de unos años -que sean muchos-, luego de su jubilación, lo  vean por la peña “El Relente” y señalando la placa, diga: esta placa, un día  ordené yo que la instalaran. Así se hace presidente.
     Algeciras, 22 de diciembre de 2011. 
        
          
            
              
                
                  
                                                                                                José María Fortes  Castillo  
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 A CEUTA
 Tiene dos enamorados,mi entrañable tierra amada.
 Unos es el Astro Rey, que la adora;
 otro es el Estrecho, que la idolatra.
 El Sol, eligió salir por el este,porque al despuntar el alba,
 lo  primero en vislumbrar,
 es su  amada recostada.
 Tendida entre dos mares,por el norte, el Estrecho es quien la baña,
 y por la bahía sur, las aguas mediterráneas.
 Hacia allí, el sol dirige sus rayos,que al llegar hasta su amada,
 la libera con ternura, del rocío que la  enfriaba,
 Ya se despierta la niña, entre sus sábanas cálidas.
 Esbozando una sonrisa,
 que aun la hace mas guapa.
 Por el norte, el enamorado Estrecho.Que entre olas y mareas,
 besos, besos y mil besos, hasta la orilla  lanza,
 que allí en su orilla, con la espuma de las  olas.
 bañarla de sal alcanza, impregnando de  salitre,
 los pies de su bella amada.
 
        
          
            
              
                
                   Algeciras, 9 enero 2011.
 
        
          
            
              
                
                  
                    
                                                                                                  José María Fortes  Castillo     | 
  
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              APUNTES DE LA HISTORIA DE LA PESCA EN CEUTA - I
         Ceuta  a pesar de su gran vocación marinera y pescadora, no tuvo nada fácil esta  práctica hasta los últimos años del siglo XIX. Tras la firma del tratado de  Wad-Ras en 1860 -donde a la ciudad se le permite ampliar su territorio-, se  inicia un periodo de paz, que finaliza con los largos años de asedio a la que  estuvo sometida A partir de aquí, las limitaciones que atenazaban a la  población marinera finalizaron, y los hombres de mar vieron notablemente ampliado  el escenario donde faenar sin peligro y, a la vez, varar sus embarcaciones.La topografía de Ceuta no es la más  apropiada para el varado de botes. Si nos imaginamos lo que éramos cuando el puente  levadizo del Cristo nos aislaba del resto del Continente, encontramos que la  pequeña playa del Cristo y la Ribera, eran los únicos lugares aptos para tal  menester. También estaba la playa de San Amaro, pero quedaba lejos y se corría  el riesgo de que cualquier incursión marítima por parte de los aguerridos beréberes  -solían hacerlo algunas noches al amparo de la oscuridad-, te quedaras sin  barquilla.
 El lugar más apropiado eran los bajos del  Puente Almina, pero aquí se varaban los botes de desembarco que utilizaba la  Compañía de Mar de Ceuta que a través de estas embarcaciones, arribaban a  tierra toda la mercancía y pasaje que llegaba a la ciudad.
 La técnica de pesca que se utilizaba hasta  entonces era muy limitada. Imperaba la “jábega” y su hermano menor el  “copo”.  De día se calaba y recogía en  las playas de San Amaro y de Los Mártires, como medidas de seguridad, dado que  de noche era arriesgado. “La calá del albón” se solía hacer en la playita del  Cristo con la marea en el “llenante” y deribando el “calao” un poco al  “levante” para salvar la piedra que existía frente a la playita y que fue “volada”  aproximadamente en el año 1955 por los submarinistas del CAS. Tuve el honor de  participar en la destrucción de la piedra, causante de muchos encalles.
 Tras el antes mencionado tratado de  Wad-Ras, los pescadores ceutíes y sus jábegas, pudieron desplazarse al Tarajal  y Benzú ampliando de esta forma sus pesqueros.
 La jábega es un arte de cerco y tiro que  se cobra desde la playa. La red se cala por medio de un bote -también llamado  jábega” Una vez calado el arte y cuando el patrón lo decide, se cobra desde  tierra por medio de los pescadores -que se ayudaban de un estrobo*- (A) y ayudantes accidentales  que eran obsequiados con un rancho de pescados.
 
 
  Arte de Jabega "jalado" a la playa por pescadores
 
 Existían desocupados ceutíes que  siempre estaban alerta al cobrado de las jábegas, Acudir a “echar una mano” era  equivalente a llevar a casa un rancho de sardina, caballas, boquerones o -jureles,  siempre bien recibido en cualquier vivienda.
 Por estas fechas da comienzo la  denominación “caballa”. De ir en  busca de unas caballas, pasa a  ir en  busca de “los caballas”, para tirar  del copo y traer algo a casa.
 La jábega embarcación, era simplemente un  bote “tirado” a remo. Lejos del policromado de las jábegas que conocemos de la  Costa del Sol.
 Junto a las jábegas, el sardinal también  tenía su protagonismo. Se empleaba un barco de seis a ocho metros de eslora,  cuya característica principal era la pronunciada caída del mástil a proa y su  larga antena. La proa era recta, formando un ángulo de 90º con la superficie de  la mar, a semejanza del Llaut mallorquín. Por el contrario, el codaste de popa  era curvo, de forma que el timón poseía también la misma curvatura, ayudando a  resaltar la bella estampa marinera de la embarcación. Navegaba a vela latina y  aunque poseían remos, estos eran solo utilizados para maniobrar. Caso contrario  a la jábega que solo utiliza los remos. Otra variante era que poseían cubierta  e imbornales de desagüe.
 
 Solía llevar una tripulación de  cuatro a seis hombres más el patrón. Estos pescadores fueron los primeros en  utilizar la “fijación o quedada” -la  fijá o quedá-, poniendo en prácticas la triangulación con puntos fijos en la  costa. Costumbre que aún perdura en Ceuta y que conocemos como “marcas”.
 Hasta poco antes de mediados del  siglo XX, fueron las embarcaciones más utilizadas en las  costa españolas y norte de África
 
 
                                           Sardinales frente a  Ceuta
 El arte del sardinal, consiste en varias  piezas rectangulares de red unida por sus lados verticales a través de “metafiones” **. Casi  como todas las artes, llevan corchos en la parte superior y plomos en la  inferior. Este arte se caracteriza porque además de la corchera tradicional, a  cada seis o siete  brazas aproximadamente   de la relinga de la red,  posee otro racimo de corchos o boyas que, a  través del cabo que lo sujeta al arte, se puede regular la profundidad del  calado. Este arte se calaba a la deriva y solían medir de treinta a cuarenta  brazas*** de largo y cinco o seis de alto.
 
 
  Sardinal
 
 Por entonces, la técnica de pesca  utilizaba en Ceuta era “la espera”. Lugares como la muralla del jardín de San Sebastián,  murallas del puente del Cristo, “El Mirador” -donde hoy se ubica el Caballa-, o  el saliente por donde se bajaba hace años a la Playa de la Ribera, se utilizaba  como atalaya y el pescador o pescadores se pasaban las horas muertas esperando  divisar la “mancha”, el “arda” o el revolotear de los pájaros que le indicaba  la presencia de un cardumen o banco de peces.
 Si han observado, casi toda la actividad  marinera se desarrollaba entre los Puentes del Cristo y  Almina. Es así porque casi todos estos  hombres de mar, vivían en esta zona. El arrabal de pescadores se ubicaba en la  Brecha y sus aledaños. La calle de la Misericordia donde estaba el Asilo, o la  de la Tahona, o Malcampo etcétera, era la residencia de estos hombres de mar.
 Cuando los pescadores observaban desde  sus atalayas, el resto de ceutíes que pasaban le solían preguntar si esperaban  a las caballas. De esta forma y poco a poco, aquellos hombres fueron haciéndose  con el sobrenombre de “caballas”. Me contaba mi abuelo paterno -también hombre  de mar-, que al principio, el apodo no caía nada bien, más bien lo recibían con  disgusto hasta tal extremo, que los “caballas” se defendían llamándoles a los “almineros” -la Almina era el resto de Ceuta tras el Puente de su mismo nombre-, hijos de  presos. Luego con el tiempo, la zona dejó de ser el arrabal de pescadores, pero  la expresión caballa perduró y paso a generalizarse para todos los nacidos en  este rincón de mi alma.
 En la primera década del siglo XX,  pescadores del Sur y Este de la Península, atraídos por la riqueza piscícola de  nuestras aguas vinieron a Ceuta. Encontraron que la pesca era abundante, pero  al mismo tiempo el mercado no invitaba a establecerse dado que el número de  habitantes en la ciudad era muy bajo. No llegaba a 14.000.
 Generalmente los pescadores foráneos,  solían hacer la temporada -la “temporá”-, que solía durar entre tres y cuatro meses, para luego regresar a sus lugares de  procedencia.
 Esta poca demanda, invita a los hermanos  Martín Moreno -hijos del conocido Pepe “vinagre”-, a montar dos barcos a motor;  el “Africano” y “Voluntad de Dios”. Estos dos barcos, se hacían cargo de la  pesca no vendida y con ella a bordo, navegaban hasta Algeciras, Gibraltar,  Tarifa o donde creyeran oportuno, donde la  vendían a mejor precio.
 Quiero resaltar, que todos estos  pescadores venidos de Torremolinos, Estepona, del mismo Málaga, Almería, Las  Negras, Garrucha, Cabo de Gata, San José y hasta de la costa levantina como  Santa Pola, etcétera, dieron en llamar a los nativos de Ceuta los  “africanitos”.
 En el año 1912, se procede a la supresión  del penal y se instaura el Protectorado Español de Marruecos en la zona Norte.  La necesidad de facilitar la comunicación con Tetuán, obliga a construir  carretera y vía férrea. A la vez dan inicio la construcción del Puerto y  algunas obras importantes más como el Palacio Municipal y la sede de Ibarrola.  Esto demanda una mano de obra enorme, que en pocos años logra que el censo  ceutí aumente considerablemente, lo que garantiza a los pescadores la venta de  sus pescas, sin tener que navegar hasta la Península ni depender de terceros.
 Mi abuelo que desde casi una década,  hacía la temporada en Ceuta, decidió establecerse aquí definitivamente y la  primavera del año 1912, llegó con toda la familia para establecerse a vivir en  el número 12 de la calle Misericordia, en el conocido Patio de la Ramblilla.  Toda la familia vino a bordo del barco de su propiedad llamado Ntra. Sra. del  Carmen. A este barco le apodaban “El Lobo”
 dado que en el puente llevaba una  metopa de un lobo en bronce. Años más tarde montó el Nuevo Lobo y en el año  1941, botó el Lobo Grande que se hundió el 12 de diciembre de 1949 junto al  Isleo de Santa Catalina. Posteriormente fue rescatado del fondo del mar,  reparado y vendido a un armador de Barbate.
 Estos pescadores que se establecieron en Ceuta,  poseían técnicas mucho más avanzadas que los nativos y poco a poco lo fueron  desplazando a un segundo término. En las provincias de Málaga y Almería nació  una verdadera “fiebre” por la pesca en Ceuta, y fueron cientos de familia las  que se desplazaron a nuestra ciudad, al objeto de vivir una vida más cómoda que  en sus lugares de residencia. La abundancia de pesca en nuestras aguas, “enguaó” a todos estos marineros que hoy  son los padres y abuelos de muchos de nosotros.
 Muchos ceutíes que hoy se apellidan;  Sempere, López, Fortes,  León, Sánchez,  Mira, Rodríguez, Andujar, Ramírez, Ezcámez, Fuentes y un largo etcétera, son  descendientes directos de aquellos valientes lobos marinos, que no dudaron  en abandonar las tierras que les vieron  nacer, para venir a vivir al otro lado del Estrecho, como ellos decían, a  tierras de Berbería., a tierra de los africanitos… Valga este capítulo y los  próximos, como homenaje a su memoria.
             Algeciras, 22 de julio de 2012.                                                                                    Pepe  Fortes Castillo.  ________*  El estrobo consiste en una bandolera rematada con un cabo de 130 centímetros,  que termina en un corcho o trozo de madera que se lía al tiro de la jábega de  manera que el trabajo se reparta en todo el cuerpo y no solo en las manos.
 **  Metafiones son unos cabos finos cosidos al filo de las redes o de las velas que le sirven  para unir los diferentes paños y telos. *** Braza es una unidad de longitud náutica, usada generalmente para medir la profundidad  del agua. Se llama braza porque equivale a la longitud de un par de brazos extendidos, aproximadamente  dos metros, ó 6 pies en el sistema de medición anglosajón. Actualmente es  considerada arcaica e imprecisa.En diferentes países la braza tiene valores distintos:
 
        
          
            
              
                
                  
                    
                      
                        Una braza       española vale 1,6718metros = 2 varas. Una braza       inglesa, llamada fathom en inglés, equivale a 1,82878 metros  ó 2 yardas (6 pies).  
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 APUNTES DE LA HISTORIA DE LA PESCA EN CEUTA – II
 
 "In Memorian del Teniente de Navío D.Ángel Pardo y Puzo"*
 
 Los  nuevos pescadores llegados del sur y este de la Península, aportaron a la flota  ceutí nuevos y más modernos sistemas de pesca. Embarcaciones como faluchos,  jabegotes, traiñas, marrajeras o palangreros, almejeros y de arrastre, fueron  llegando a Ceuta. Aquí también  se  construyeron  nuevos  barcos de manera que, en la década de los  cincuenta, poseíamos una de las mayores flotas pesquera de bajura de toda  España. Todo este auge perduró hasta una década después de la independencia de  Marruecos.
 
 El falucho era una copia agrandada  del sardinal. La única variación notable era el codaste de popa, que si en el  sardinal es curvo, en el falucho es recto pero caído un poco hacia proa. El  objetivo del falucho es poder embarcar y calar un arte mayor que el sardinal, a  la vez que su mayor envergadura, les permite alcanzar pesqueros más  lejanos.
 
  Dos sardinales y un falucho en la Playa de los Mártires
       El jabegote es una jábega de mayor porte  y dotada de mástil. Si el falucho es un sardinal grande, casi es el mismo caso  del jabegote con la jábega. Dotado con mástil y vela latina pero con menor  antena que el sardinal. El jabegote logra alcanzar pesqueros que la jábega a  remos no puede lograr.
 
  Jabegote
      La traiña es un barco de mayor eslora que  los anteriormente tratados. Dotadas de motor y auxiliadas por un bote llamado  “cabecero”, utiliza la pesca del cerco. El arte del cerco, posee relinga  corchera flotadora en su parte superior y de plomos en la inferior. La relinga  emplomada tiene unas  anillas en toda su longitud  y a través de ellas, pasa una veta llamada “jareta”. Al calar el arte, el  cabezal pasa a bordo del bote -de ahí el nombre de cabecero- y el resto del  arte se va arrojando al mar  a la vez que  el barco traza una circunferencia hasta volver al punto de partida donde le  espera el cabecero. La maniobra inmediata es tirar de la jareta, de manera que  las anillas del fondo se unan formando una bolsa. El próximo paso es tirar de  la relinga de corchos hasta que al final solo queda en la mar el poco arte que  contiene la pesca. De inmediato se procede a subir el pescado a bordo, labor  que se denomina “copejea”                                                                                                                                                                         
 .jpg) Traiña  “Nuevo Lobo”
 
 Varios años más tarde a este arte de  pesca, se incorporó el “bote lucero”. Consiste en un nuevo bote algo mayor que  el cabecero y que lleva instalado entre tres y seis lámparas de parafina que  funcionaban con gasolina a presión. En Ceuta les llamaban “Petromax”.
 Los cardúmenes son atraídos por esta  potente luz y una vez que el patrón lo considera oportuno
 se procede a la calada. Esta se  lleva a cabo rodeando el bote lucero que tiene bajo sus luces concentrado a los  peces.
 
  Arte de pesca al cerco
       La marrajera recibe este nombre debido a  que de tiempos ancestrales, el objetivo de la pesca con palangre de superficie  era el marrajo. En Ceuta se practica desde comienzo del siglo XX, especialmente  por pescadores temporales de Málaga y Almería, hasta que la gran mayoría de  estos se afincaron en nuestra ciudad.
 
  Marrajeras atracadas en el Muelle de Pescadores
 
 Cuando era un niño y en compañía  de mi abuelo o el tío Jesús, visitaba la primitiva lonja -donde me viene a la  memoria la presencia de grandes mesas de granito-, recuerdo que tantos marrajos  eran igualados o superados en capturas por “agujas palá” -pez espada.
                                                               .jpg)                                                                   Peces  espadas (aguja palá)
 En mi juventud las marrajera solía ser de menor eslora que las traiñas. Como éstas,  siempre las he conocido dotadas de motor, pero cuando llegaron y se afincaron  en Ceuta, la mayoría eran faluchos que navegaban con vela latina.
       El palangre de fondo tiene como objetivo  la captura de espacies como el besugo -conocido por los ceutíes como “goraz” o  “voraz”-, merluza y pintarroja. Esta última durante los años cuarenta, se consumía  seca, al estilo de “volaores” y bonitos. Pero eso lo dejaremos para más  adelante, que llegaremos al salado y secado de especies. En cada extremo de los palangres dos  boyas indicaban el lugar donde se ubicaban, y de noche, se dotaban de un farol  de petróleo fabricado de hojalata y con los cuatro lados con cristales. Estos  faroles se fabricaban al final de la calle Misericordia, igual que los  “jarrillos” de lata, en un taller   propiedad de Enrique Pato y su socio Paco Jiménez.
 Los almejeros o barquilla almejera que  llegaron a Ceuta, lo hicieron desde Málaga. Era un sardinal adaptado, que en  vez de utilizar el arte de red, pescaba con rastrillo. En la cubierta de la  parte de popa, se adaptaba un cilindro de setenta centímetros de largo, con cuatro manerales en los extremos que se  accionaba entre dos marineros utilizando piernas y brazos. Se denominaba  molinete y con él, a través de una veta, se recogía un rastrillo que había sido  calado en el fondo. Queda claro que era preciso fondear con anterioridad el  barco por proa.
 Este tipo de pesca se utilizaba sobre  bancos de arena y su objetivo era la pesca de bivalvos y “cañaillas”. Existen  varios tipos de rastrillo, pero ni que decir tiene, que estos marineros  utilizaban el malagueño. De inicio, en la playa de los Mártires, encontraron un  filón que sólo finalizó con la construcción del puerto.
 Mi padre me contaba, que de niño iban a  esta playa a coger almejas y navajas. Utilizando solo las manos, cogían grandes  cantidades.
 Para finalizar este capítulo comentaremos  otro tipo de pesca introducida en Ceuta por pescadores de Santa Pola. Consistía  en arrastrar por popa una gran red de copo. De ahí que sea conocida como pesca  de arrastre*. Recuerdo  que le llamaban pesca al “Bou”, o también,  la  “baca” o “vaca” según la ortografía del  autor.
 
 Si la jábega es arrastrada por  pescadores desde la playa, con este sistema es la embarcación la que hace la  labor.
 
 
   Arrastreros a vela
 Los primeros barcos propulsados a  vela, veían limitado su faenar cuando el viento no soplaba con la suficiente  fuerza, como para hacer navegar el barco arrastrando el arte. Para minimizar  estos inconvenientes, se buscó la formula de hacer la misma labor con dos  embarcaciones. A este sistema se le llamó “arrastre por parejas”.
 
 
  
 Arrastre por parejas
        Hoy los barcos son propulsados a motor y  autosuficientes como para arrastrar por si solos grandes artes, que aprovecho  para apuntar que son tan destructivas en el lecho marino, que deberían ser  prohibidas. Con esta breve historia de la  pesca en Nuestra Ciudad, CEUTA EN EL CORAZÓN quiere rendir un emotivo homenaje,  a todos aquellos hombres de mar que de una forma u otra, vivieron su existencia  recibiendo golpes de mar en nuestro Estrecho o Bahía Sur. Otros perdieron la  vida ganándose el sustento, como los marineros del Lobo Grande, Los Mellizos o  San Carlos o aquellos otros que la dieron sirviendo a la patria, como los  marinos del Guadalete.
                   Algeciras, 25 de julio de 2012
 Pepe  Fortes Castillo
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 *   La  pesca del Bou se realizaba con dos barcas a la pareja a finales del siglo XIX,  y se denominaba de esta manera porque se  realizaba la faena de pesca de tal modo que  recordaba a las faenas agrícolas, cuando los bueyes tiraban de un arado para  apartar la tierra e ir dejando los surcos preparados para sembrar. También  otros estudiosos atienden a otra interpretación aludiendo que para sacar o  meter los barcos en la mar desde la playa donde se varaban, la fuerza de  tracción para ejercer estas faenas eran realizadas  por grupos de bueyes.
 La denominación de “baca o vaca”, tuvo  lugar ya entrado el siglo XX, cuando la fuerza motriz de las embarcaciones  cambiaron de la vela al motor, y además con el descubrimiento y construcción de  las puertas reflectoras que, al colocarse delante de los artes posibilitaban la  apertura de sus bocas sin necesidad de ser abiertas desde la separación que  ofrecían los tiros anclados a las maquinillas de dos embarcaciones( bous).
  **   Como no puede ser de otra manera, es de  agradecer la labor de investigación y recopilación de las artes, embarcaciones  y técnicas descritas en la “Cartilla del Pescador” (Conocimientos útiles á los  pescadores) que, D. Ángel  Pardo y Puzo, supo  plasmar en su obra, hace ya más de un siglo… En la lectura de su trabajo hemos  pasado largos ratos disfrutando de sus descripciones técnicas y de sus  magníficos dibujos de las artes empleadas a principio de la centuria anterior.  Y como manifiesto reconocimiento a su preocupación y labor didáctica en pos  de  los humildes y  siempre sacrificados pescadores, hemos dejado  constancia de algunos de sus únicos y soberbios dibujos que, realzaban, aun si  cabe más , a la cuidada redacción de sus textos… 
 
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                 APUNTES DE HISTORIA DE LA PESCA EN CEUTA.EL MARISQUEO         Una  práctica casi desaparecida de Ceuta es el marisqueo. Siempre fue una de mis  grandes hobby. Esta afición me viene de muy pequeño, cuando en casa de mis  abuelos veía que mi tío Jesús, en compañía de su primo Cayetano López y el  cuñado de éste, Antonio González, llegaban al Patio de la Ramblilla cargados de  erizos, otros días, lapas y, otros, mejillones.... Deseaba crecer para poder  hacer lo mismo y nunca olvidaré el día que mi tío me llevó a su casa en la  calle Simoa número ocho, nos hicimos de un par de formones y una bolsa y me  llevó al bello roquedo que hay tras la playa de San Amaro. Era una bella tarde  de verano, por el año 1950. Mi inexperiencia no fue óbice para disfrutar de  aquella hermosa tarde junto a mi querido tío Jesús. Pocas lapas y mejillones  fueron arrancadas de  las piedras por mi  formón, pero mi tío, en este terreno era autosuficiente y el solo se bastó para  que la mariscada fuera fructífera. Era típico en Ceuta -hasta bien entrada la  década de los sesenta-, la presencia de los mariscadores  visitando los bares de tapeo, ofreciendo  marisco listo para consumir. Provisto de una cesta de caña y un caballete, con  los brazos en jarra -al estilo de los “cenacheros” de Málaga-, iban ofreciendo  el producto. Recuerdo que en Ceuta eran dos señores, los dedicados a este  menester. Siempre vestían chaquetilla blanca y ofrecían; gambas, “cañaillas”,  percebes, cangrejos reales, nécoras, huevas y lomos de bonito, camarones,  solían llevar también  ristras de  jurelitos secos, etcétera. Su zona de venta se relacionaba con el entorno de  los bares de aquella época como; Casa Julián, Casa Rejano, Vicentino, La  Campana, Sede Social de Caza y Pesca, Bar Niza, La Vinícola y Cafetería de  Florentino. La misma zona que lo hacían los dos músicos, uno con la batería y  el otro con el acordeón que hacían las delicias   de transeúntes y clientes de los bares. Entrañable recuerdo de dos  estampas muy ceutíes y que desgraciadamente hemos perdido.
 Los chavales de Plaza de África solíamos ir  a mariscar a la “Goraza” o “Coraza”, que son las piedras que se hallan en la  parte del poniente del Mirador de la Carretera Nueva. Este mirador que era  patrimonio del pueblo, hoy está ocupado por el restaurante del Club Natación  Caballa. Ya podrían nuestras autoridades, gestionar el tema de forma que este  entrañable lugar sea devuelto al pueblo ceutí, de manera que disfrute como yo  tuve la suerte de hacer en mi juventud de algo tan nuestro.
 Volviendo a la “Coraza”, he de decir que en  mi niñez, he pasado ratos inolvidables en ese rincón de mi barrio. Era muy rico  en “bulgaos”, “cañaillas de piedra”, lapas y cangrejos “pelúos”, que con un  alambre y un trozo de pescado, lográbamos que salieran de sus cuevas, para  atraparlos. El inconveniente era que si te descuidabas y te agarraba con una de  sus pinzas, el mordisco era tremendo.
 También llevábamos salabares que cebábamos  con media sardina y atrapábamos camarones. Esta pesca con salabares, era más  fructífera en las escolleras del Muelle de Pescadores, porque además de los  sabrosos camarones, también “entraban al aro” centollos y algunas castañuelas.
 Los domingos de verano, solía acompañar a  mi padre y tío Jesús a la “corriente” -Foso Real-, a coger almejas. Eran muy  abundantes y variadas. Había concha fina, coquinas, corrucos, chirlas,  etcétera. Tanto mi padre como mi tío, traían el bote del “Nuevo Lobo” más la  pala y el rastrillo de expandir el hielo y eso lo utilizaban para extraer la  riqueza que por entonces existía en ese lugar. Yo era joven y si por entonces  no era práctico en ese tipo de marisqueo. Aquellas vivencias junto a mis dos  maestros tan queridos, me sirvieron como escuela para años mas tarde, ir  enseñando a todos mis primos.
 Me gustaba tanto coger almejas, que  recuerdo que una mañana estando en la pequeña playa del CAS, Don Juan Bravo,  que había estado reparando el regulador de sus botellas de aire comprimido, me  dijo si tenía inconveniente en probarlas, dado que se tenía que marchar. De  inmediato me hice con un saco de arpillera y fui directo al lugar de la  “corriente” que sabía eran más abundante. A la hora aproximadamente regresé con  más de medio saco lleno de conchas fina y corrucos. Estando en ello, pasó por  el lugar, los QUECUTESA”, empresa de fotografías, muy vinculada al CAS y que  formaban los señores; Querol, Cuellar y Tete. Como siempre llevaban la máquina  predispuesta, tomaron una instantánea de aquel momento.
 Esta afición no ha menguado con los años,  En la última etapa de mi vida en Ceuta, en primavera solía ir algún sábado o  domingo a Cala Mocarro o Punta Blanca, a coger erizos -Strongilocentrotus franciscanus-, que consumía con mi mujer y con  mi  hija Rosa Mari en la misma playa.  También nos llevábamos un envase de mermelada vacío, que llenábamos con la  hueva de este sabroso equinoideo. Estas huevas enriquecen notablemente el sabor  de un arroz a la marinera.
 La ciudad en la que vivo, Algeciras, sus  costas es muy rica en lapas. Hay más y más grandes que en Ceuta. Hasta hace un  par de años, he practicado la actividad de “lapero” en la costa de San García  con muy buenos resultados. ¡¡¡Ah!!! pero siempre respetando la patella ferruginea. Mis años en la  Concejalía antes y Consejería después de Medio Ambiente en Ceuta, me sirvieron  para cargarme de responsabilidad sobre el Medio que nos rodea -por algo fui el  primer funcionario adscrito a esa Consejería-. La lapa ferruginea es endémica del Mediterráneo occidental y está en  peligro de extinción. Últimamente un proyecto del Consejo Superior de  Investigaciones Científicas -CSIC-, ha logrado su reproducción a través de  fecundación artificial. Este proyecto se lleva a cabo en las Islas Chafarinas  con resultados óptimos y abre un mundo de esperanza para la salvación total de  este espécimen tan ceutí.
 Algo que no hice jamás en Ceuta, lo hice en  Algeciras, ir a coger ortigas. La ortiga es una anémona -anémona sulcata-, con tentáculos urticantes y no muy popular como  alimento. En mi niñez, recuerdo de su consumo en una vivienda del patio donde  me crié. Aquella señora tenía fama de prepararla muy bien. Se llamaba Ángela y  estaba casada con un hermano de mi abuela paterna. También la consumían en el  “Patio de los Boguitas” y en algunas casas más, siempre de familias  relacionadas con la mar. Poco a poco, esa costumbre fue desapareciendo a la vez  que aquellas familias marineras. La verdad es que en Ceuta nunca fueron muy  populares. Siempre fue un alimento inusual y poco frecuente fuera de la zona  “caballa”, la comprendida entre los Puentes del Cristo y Almina. El pueblo  ceutí no se ha caracterizado jamás por mantener las tradiciones y costumbres.  De hecho el consumo de lapas, erizos u ortigas, ha desaparecido como seña de  identidad nuestra, al contrario que en la provincia de Cádiz, donde estos tres  productos del mar, son santo y seña de su cocina. Si existe algún producto con  puro sabor a mar, es indudable que es la ortiga.
 Otra afición que adquirí en Algeciras, es  la pesca del berberecho. Este bivalvo de la familia de los moluscos conocido  como Cerastoderma Edule, es un rico  manjar preparado al vapor. Provisto de mi rastrillo y mi bolsa de red y  acompañado por mi mujer y mi nieto José Manuel, hasta hace tres años, algunos  días me dirigía a la Playa del Rinconcillo, concretamente a la desembocadura  del Río Palmones. La presencia de esta bivalvo es tan abundante, que sin gran  esfuerzo te puedes hacer de varias decenas de kilos. La última vez que fui a  pescarlos, me traje a casa unos  buenos  puñados.  Para mi era un placer sentarme  al día siguiente, rodeado de mi familia, todos prestos a devorar las cuatro o  cinco fuentes que mi esposa había preparado.
 Hay muy pocas felicidades que sean eterna,  y un día apareció por casa mi primo Manolo, acompañado de su esposa y su hijo  Fran. El día anterior habíamos ido a pescar y disponíamos de un buen stock de  berberechos, y él, haciendo valer su condición de funcionario de la Inspección  Pesquera, me hizo saber que el marisqueo sólo lo pueden capturar los  mariscadores profesionales, que acrediten tener al día la expedición de sus carnes;  y que además hay que examinar que la zona de producción de moluscos en ciernes  se encuentre libre de toxinas y acta pata la recolección y el consumo humano.  Aquel pequeño discurso oficialista y engranado en la Administración, bien  pudiera ser lo correcto; sin embargo,  para  mí significaba algo más que una norma más en un ajado boletín oficial,  significaba  largar amarras con todos los  recuerdos de mi infancia, junto a mis padres, a mis tíos y mis primos, en aquel  bote cabecero del “Nuevo Lobo”…Significaba decir adiós definitivamente a la  niñez…  Y he de deciros que  he dejado de ir a mariscar tan rico manjar,  aunque a veces me dan ganas de coger de nuevo el rastrillo cuando en los  supermercados, veo que una bolsita de un kilo, cuesta seis euros.
 Y, ¿por qué?, yo me pregunto y a la vez os  pregunto, ¿por qué la vida no puede transcurrir con la sencillez y la  originalidad con que transcurría en las horas de nuestra infancia?… ¿Por qué...?  ¿Por qué   no pueden volver y no marcharse jamás las  horas amables, placenteras, doradas, sin  tiempo, de la niñez… ¿Por qué…?
      Algeciras, 11 de agosto de 2012                                                                                       Pepe  Fortes Castillo______
 Rastro (CP)Fig.9.- Pertenece al grupo de artes varios. Es un instrumento  formado por un triángulo isósceles, cuyos lasos son de madera  y cuya base es de hierro dentada, llevando  además fija  una bolsa de red. Rastréase  á mano con este arte por las playas arenosas en la disposición que indica el  número 1 de la figura 81, cogiendo con las manos los lados mayores del  triángulo y llevándolo verticales en el agua, retrocediendo de espalda á la  playa á medida que se rastrea, y ayudándose en la faena con un trapo ó cuerda  que lleva amarrado el instrumento en los citados lados y que se espalda por la  espalda o cintura. A  medida que se camina sobre los fondos de la playa, el marisco –almejas finas,  coquinas, chirlas, etc.-, se va introduciendo en el copo. Y así también, se  pescan, principalmente,  peces como  lenguados, rodaballos y otros peces planos. CARTILLA DE PESCA. Ángel Pardo y Puzo.
 Rastro (DHAPN)Fig.10,15.- La significación de esta voz entendida generalmente  en nuestro castellano  denota el  resultado, que un cuerpo movido según  su  gravedad  específica, imprime  ó dexa en ciertas superficies por donde pasa.  Nuestros pescadores  en el dialecto particular adoptado ó reducido  de las acciones de las cosas ó de sus efectos, apropiaron el nombre  de semejante resultado á la causa ó  instrumento  de que procede, y desde luego  tradicionalmente  conviniéron  en que con la palabra Rastro se significaban  varios armazones  de distintas hechuras,  compuestas de diversos materiales,  las  cuales arrastradas sobre las playas extraen   las diferentes especies de mariscos y otros peces, que se crían en  ellas, y ocultan en la arena.
 Pero los Rastros son tantos, y  entre sí  tan diversos, que exigen  bastante extensión, y harían molesto este artículo, si  por otra parte no conociésemos , que para la  pesca de ciertos peces llanos como Lenguados, Rodaballos, y otros que se quedan  escondidos en los arenales al baxar  la  marea, como asimismo  las conchas que  nacen y se crían en ellos, son instrumentos adecuados, y no es posible dejar de  explicarlos  por el efecto que producen  con utilidad  de los pescadores; á pesar  de que difieren notablemente  las  aplicaciones  según los tiempos, parages  y peces.
 En su variada diversidad sirven unos para  rastrear dentro del agua sobre playas ó arenales: otros fuera de ella en las  playas mismas: y otros finalmente para rascar, arrancar ó roer de las peñas los  mariscos pegados a ellas, y así á este tenor.
 Armado con efecto con efecto del modo  referido, los pescadores empuñan el Rastro con las dos manos que afirman  en los palos, y echando a la espalda la faxa, andan hacía atrás  por las playas con agua á las rodillas,  arrastrando semejante máquina, y procediendo   con movimientos alternativos para remover la arena  ó cieno, y que –el marisco- los peces al querer huir entren en el saco o  bolsa  de la red.
 Esta es una pesca de las más fatigosas,  puesto que los que ejercen  sobre estar  todo el día  metidos en agua, necesitan  ser hombres muy robustos  por el continuo  esfuerzo que exîge el manejo del Rastro en la forma que manifiesta la  Fig.9 y Fig.10, cuyo pescador A. desempeña semejante duro trabajo. El pescador  B. extrae el marisco que fue recogiendo   el saco de su Rastro, y algunos   lenguados y rodaballos,que  suelen entrar freqüentemente.
 Pero como el marisco suele salir mezclado con  piedrecillas  y fragmentos de conchas, se  ve  otro pescador C. con una criba en la  mano (que todos tienen á propósito) limpiar y escoger el que ha cogido, y que  debe de llevar a la  venta pública.  DICCIONARIO DE LOS ARTES DE  LA PESCA NACIONAL. Comisario Real  de Guerra de Marina, D.Antonio Sañez Reguart.
      RASTRO  MANUAL (A pie) Fig.11,12.- Es aquel que  se manipula andando por la orillas de ríos, caños, etc., contra la  dirección  de la marea o de espalda, metidos  en el agua hasta la cintura.  El arte  consiste en un armazón rectangular con enrejado de acero inoxidable, separadas  entre sí por una distancia que va en función   de la especie a capturar. Puede llevar los dientes soldados a una  pletina en bisel, o bien de forma semicircular   con un copo.El mariscador se sujeta el rastro a su  cintura, asiendo firmemente el mango con las dos manos, y comienza a caminar  hacia atrás, metido en el agua hasta la mitad del cuerpo. Realiza con el palo  ligeros movimientos, ascendentes y descendentes, para que la pletina o los  dientes no queden clavados en el fondo. Fig.11 y Fig.12.
     RASTRO  ARRASTRADO (Desde embarcación) Fig.13.- Se denomina Arrastrado cuando el arrastre se realiza con maquinilla movida por  el motor principal de la embarcación. La maniobra de fondeo y arrastrado del  arte es igual que en el arrastre manual.   Una vez que el barco se encuentra en el caladero, el Rezón o Gavilan se fondea por pro o  popa del pesquero, según la faena se realice manualmente o con maquinilla,  quedando señalizado por una bolla. A continuación se navega a la zona de  trabajo, a remo o con motor, para calar los rastros, bien por popa o por proa  del buque.   Según su capacidad se puede  calar de 1 a 6 rastros.Finalmente, se comienza a Halar  el cabo del rezón o la Garga del  gavilán con el torno (de mano, o mano y pie) o maquinilla. Así se produce el  arrastre y el desplazamiento del barco hacía el rezón o gavilán y el avance de  él o los rastros en el fondo.
 
 RASTRO REMOLCADO (Desde embarcación) Fig.14..- A diferencia del Arrastrado,  el rastro se larga por  popa y la acción mecánica  de arañar los  fondos limpios se consigue con la misma marcha del barco y no cobrando cabo del  rezón o garga del gavilán. Cada lance de arrastre suele durar una medía hora.  LAS ARTES DE PESCA EN EL LITORAL GADITANO.  Diputación Provincial de Cádiz. Hemos de  significar que,  los dibujos de redes y  pesqueros  de este libro ,fue realizado  por D.Juan José Carreiras Romero, y la dirección de este histórico y necesario  trabajo  de recopilación de artes y  embarcaciones pesqueras,  por nuestro  entrañable amigo, D. Jesús Padillo Rivademar.
 
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 APUNTES de HISTORIA de la PESCA en CEUTA IV. ALMADRABAS
      Hablar de Ceuta es hablar de mar,  de playas, de algas, de salitre, de sardinales, traiñas, faluchos y como no, de  almadrabas. Almadraba es una voz andalusí que significa lugar de golpeo y  lucha.
 Aunque la palabra almadraba venga  del árabe, no es menos cierto que predecesores a ellos como fenicios, griegos y  romanos, llegaron a Ceuta en busca de sus ricos caladeros y en algunas de sus  playas instalaron bases para el tratamiento de salazones. Ni que decir tiene  que es una de las artes de pesca más antiguas del mundo. Los caballas la  llamábamos “almadrabeta”, dado que  para nosotros, la Almadraba es la barriada que hay junto a la playa de Miramar.  Aquellas almadrabas diferían bastantes de las actuales. Se denominaban de vista  o tiro. Algunos historiadores también la llamaban “jabetón” por su similitud con la jábega que aún gozan de  popularidad en nuestra Costa del Sol.  Lo  de “tiro” viene porque se cobraba desde tierra al estilo de la jábega, pero  carecía de la bolsa final de esta y el tiro se producía con cuatro sirgas o  sogas, dos de corcho y dos de lastre.
 La operación de la pesca se inicia  avistando el bando o cardumen de atunes, que solían navegar cerca de las  playas. Una embarcación salía a su encuentro con las redes a bordo, dejando los  extremos de dos sirgas en la playa. La barca, a la vez que remaba en busca de  los atunes, va “largando” las sirgas fijadas en tierra, hasta que las dos se  unen a través de un gran paño de red. La barca rodea el cardumen para de  inmediato poner rumbo a tierra, a donde llega con los dos extremos de las  sigas. Acto seguido se procede al cobro de las cuatro, que a la vez arrastra el  paño de red que las une y donde los atunes quedaban atrapados y arrastrados  hasta la orilla.
 Por las características del fondo submarino  de Ceuta, me imagino que estas se calarían en las Playas de San Amaro, de los  Mártires, el Tarajal y Castillejos, donde estarían exentas de enredarse en  piedras.
 De estas antiguas almadrabas romanas en  aguas ceutíes y de las costas andaluzas y levantinas, se remitía a todo el  Imperio el famoso “garúm” que se realizaba con caballa y atún y tanto gustaba a  la alta sociedad romana. Los primeros en comercializar esta exquisitez, fueron  los helenos aunque los romanos se lo atribuyen como propio. La palabra “garum”  proviene de “gáro” que significa en griego caballa.
 Alonso Pérez de Guzmán, conocido como  Guzmán el “Bueno”, por su heroica defensa de Tarifa, el rey Sancho IV -años más  tarde lo ratificó su hijo Fernando IV-, le concedió los derechos de pesca de  las almadrabas de Conil en 1299 y de Chiclana en 1303. Los duques de Medina  Sidonia que sucedieron a Guzmán el “Bueno”, disfrutaron de esta gracia hasta  principio del siglo XIX, que pasó a manos de empresas.
 En el Siglo XVI, la mayoría de los  trabajadores de las almadrabas en la Andalucía Atlántica, eran filibusteros,  pícaros, condenados a galeras y gente de mal vivir, que huyendo de la justicia,  se enrolaban en ellas librándose de esta manera de la detención. El mismo  Miguel de Cervantes en su “Ilustre Fregona” hace referencia a ellos como el  “Finibusterre de la picaresca”
 A mediados del siglo XII se impone una  nueva técnica que se denomina almadraba de buche, que es un arte de origen  levantino y vino a sustituir la ya obsoleta de tiro o vista.
 En este campo como en casi todos, existen  contradicciones entre unos historiadores y otros. Voy a resaltar un párrafo de  un informe sobre Ceuta Presidio Mayor, que relata Pascual Madoz en 1845 y del  que no voy a opinar en principio, prefiero que antes ustedes lean el  párrafo.
 Haciendo referencia a la almadraba de buche  que se cala en la ribera del SE. de Ceuta, escribe que la pesca que esta  produce, no es atún como en la Península, sino el bonito, pez torácico del  género escombro, que no pasa regularmente de 8 a 10 libras de peso y que  pertenece al propio género.
 El bonito pasa periódicamente el Estrecho y  su pesca dura desde el mes de junio hasta septiembre u octubre. Hace años solía  hacer otra por la primavera, al pasar dicho pescado al Océano, en cuya época se  tendía la almadraba en la ensenada de San Amaro, pero los accidentes a la que  estaba expuesta por la rapidez de las corrientes, obligó a los armadores a  contentarse con la temporada de verano, durante la cual establecen las redes en  la ensenada al SE. de Ceuta.
 La multitud de individuos que componen  estas tribus de peces, en su perenne viajes, es tan prodigiosa que muchos días  suelen sacarse de 10 a 12.000 bonitos, que se exportan curados para Cataluña y  Valencia, de cuyo último terreno, y muy especialmente de la provincia de  Alicante, suelen ser los pescadores que con un cortísimo jornal, se emplean en  esta trabajadorísima pesca.
 La almadraba es propiedad del Gobierno, que  tiene unas miserables casillas para las albercas o chancas en que se hace la  salazón…
 Ustedes opinen como les parezca mejor, pero  pensarán como yo, que decir que no se pescaban atunes en aguas de Ceuta, es una  tremenda barbaridad.
 La almadraba de buche consiste en un  laberinto de redes que conducen a una piscina final, que se denomina “copo” y  de donde son extraídos. Son las que aun siguen prestando servicio en las costas  de Marruecos, Italia, Andalucía y el Levante Español. Existe otro tipo de  almadraba muy similar a la de buche que se denomina de monteleva.
 El objetivo de las almadrabas es la pesca  del atún rojo -Thunus thynnus- pero no se desaprovechan las capturas de  bonitos, albacoras, melvas, pez espada -aguja palá-, etcétera.
 Los atunes permanecen durante el invierno a  lo largo y ancho del Océano  Atlántico, y  cuando se acerca la época del desove, que coincide con la llegada de la  primavera, emprenden un largo viaje que les lleva hasta el Mar Mediterráneo.  Aquí bordean las costas andaluzas, levantinas y del norte de África donde  encuentran aguas de más altas temperaturas y de más alto índice de salinidad,  que favorece la fertilización de los huevos. La pesca en aguas del Estrecho da  inicio en el mes de abril y dura hasta agosto.
 En el tiempo que acceden al Mediterráneo se  conoce como “de derecho” y cuando retornan al Atlántico se le llaman atunes “de  revés”. En la época “de derecho” los atunes son más grandes y se han llegado a  pescar individuos de más de 700 kilos.
 Solamente las almadrabas de Ceuta y  Barbate, realizaban capturas denominadas “de revés”. Además la única almadraba  del Mediterráneo con incidencia de atún rojo era la de Ceuta. Según  estudios   realizados por COPEMED -Coordinación de Apoyo a la Ordenación Pesquera  en el Mediterráneo Occidental y Central-. Lo que viene a contradecir a Pascual  Madoz en 1845. Lo triste, es que en Ceuta, como otras tantas cosas, han ido  desaparecido aquellos paisajes que la  identificaban y la daban su clásico sabor antiguo, añejo y único -diría yo-,  dejando, por poner quizás el ejemplo más  paradigmático,  la Bahía Sur, en época  estival, sin su santo y seña “la almadrabeta”.
 No hace muchos años, junto a nuestra almadrabeta, se instalaron unos  corrales, donde se engordaban  atunes  capturados “de revés” -en el periodo de salida al Atlántico-. Tuve varias  veces  la suerte de ver de comer a los  atunes, acompañado por Manuel Bolorino o Jerónimo León. Un mes de agosto  aprovechando que estaban mis primos en Ceuta de vacaciones, logré que me  acompañaran. Todos quedaron impresionados. Cuando los túnidos alcanzaban el  peso ideal, eran sacrificados, congelados y trasladados al mercado de Tokio.
 También he tenido la suerte de conocer en  su gran esplendor el auge de la pesca en Ceuta, incluyendo   también el de las almadrabas. He llegado a  conocer tres caladas en la Bahía Sur. En el Agujero, Chorrillo y entre Mira Mar  y Tarajal. También siete fábricas de conserva de pescado, que si la memoria no  me falla, eran las siguientes: en el Agujero estaban las de “Lloret y  Llinares”, “Manolo Baro” y “Cabanillas”. En la Ribera donde hoy se ubica el  C.N.Caballa estaba “Carranza”. Pasada la curva de la barriada de Juan XXIII  “Folque y Ferias” y en la barriada de la Almadraba estaban el “Consorcio  Almadrabero” y “Benito la Morena”. Estas fábricas generaban muchos puestos de  trabajo y recuerdo cuando era la hora de salida, la cantidad de mujeres que  empleaban para la manipulación de aquella rica conserva que siempre se fabricó  en Ceuta. Se decía hasta en la Península, que la mejor conserva de atún la  manufacturaba el Consorcio Almadrabero y se llamaba “Atún Océano”. La verdad es  que era en Ceuta de los pocos lugares que envasaba atún rojo auténtico. En mis  años de residencia en Granada la solía comprar en un supermercado, el solo  hecho de ver “Consorcio Almadrabero” Ceuta, me llenaba de satisfacción.
 Durante la segunda y tercera década del  siglo XX, mi abuelo montó una almadraba frente al Agujero de la Sardina y mi  padre me contaba que de joven llevaba atunes de 400 y 500 kilos a Tarifa. Esto  duró hasta que la familia Carranza se hizo con el monopolio de estas aguas y  alegando que cortaba el paso a la almadraba del Chorrillo que era de su  propiedad, prohibió que mi  abuelo la  calara. Varios años después se comprobó que no afectaba una a la otra y  permitió el calado, pero ya mi abuelo había tomado otros derroteros.
 La conserva del pescado en aceite data del  siglo XIX. El emperador francés Napoleón, consideraba que las guerras las  ganaban los ejércitos mejor alimentados, de ahí, que ordenó se investigara la  forma de conservar la carne y el pescado, de otra manera que no fuera en sal ni  seco, que hasta la fecha eran los sistemas conocidos, pero que causaba mucha  sed a los soldados.
 Nicolás Appert descubrió que el aceite era  bueno para conservar el pescado. Al principio el pescado en aceite se  conservaba en envases de vidrio, hasta que el inglés Peter Durant recurrió a la  hojalata.
 Finalmente para   acabar este artículo  puedo contar lo que me aconteció con un atún  allá a finales de los años cincuenta… Y convengo en recordar que, de  muchacho,  la pesca submarina  constituía una pasión tan arrebatadora, que  sólo el sumergirme y nadar entre las algas, las arenas, y los fondos rocosos del  lecho marino, experimentaba tal goce de libertad y belleza en ese silencio  acuático, que no podía, como en una atracción de imposible huida, dejar de  volver  a sentir la sinfonía  que el mar produce para aquellos que,  trastornados, tenemos la sensibilidad para sentirla…
 Este  amor por el mar era compartido  con mis  amigos Mariano y Torres; y era tal la pasión por este mundo subacuático que nos  vimos en la necesidad de construirnos construimos una embarcación: la Ayola,  con la navegábamos por todas las aguas cercanas a Ceuta  y al Estrecho; sumergiéndonos en busca de las  mejoras piezas ictias, que otro día narraré con el propósito de entreteneros…
 Y ocurrió que, algunas tardes, yo esperaba  la llegada del pez limón, que se alargaban por toda la rabera que finalizaba en la playa del Chorrillo, para capturar a  los peces que deambulaban entre las mallas de las redes. Y allí, agazapado, con  el fusil armado, yo los esperaba para pescar dos  o tres de aquellos sabrosos peces.
 Y estando en ello, desde el fondo del lecho  marino, se me vino una sombra azul, que se agrandaba por momentos, y que pasó  junto a mí, produciendo un fuerte remolino y un tropel de burbujas que me  dejaron sin aliento.
 Sin apenas tener tiempo para reaccionar, y  presa del miedo, agarre la relinga de los corchos y, de un salto, salí del agua  y me pasé al otro lado de las redes; luego, tras reponerme del susto, nadé  hasta la orilla, me descalcé de las aletas, arroje el tubo y la careta, y me senté  en una roca por un  tiempo, en que  intente reflexionar acerca de lo sucedido…
 Durante días, yo diría semanas, no me acerque a la rabera del Chorrillo para pescar al pez limón, todavía había de  transcurrir algunas semanas más para volver a esperar la llegada  de estos peces.
 Sin embargo, si bien es cierto que volví a  esta actividad  y a este mismo lugar, que  llenaban mi necesidad primigenia de la pesca y de la aventura;  no puedo negar, que de reojo, siempre  vigilaba alguna sombra de alguna alga que se moviese,  o algún destello que el sol trasmutase  en  el agua transparentada de azul, que  allá en el fondo tuviese lugar…
 He aquí el pequeño relato de las almadrabas  y Ceuta. Ambas han coincidido durante milenios, desde la época que los fenicios  eran dueños de nuestra tierra y nuestras aguas. Pudiera pasar   que el  ceutí que nace y crece sin conocer la estampa de la almadraba fondeada en la  Bahía Sur, nunca sentirá como nosotros, los mayores, la nostalgia y la belleza  esplendorosa, de la lucha  épica, de  siglos, sin cuartel, que pescadores abrasados de sol, mantenían  con los atunes… Atunes de piel de plata y  bronce, atunes que agonizaban en la “levanta” de la redes del matadero, coma  ofrenda lírica a la terrible e inevitable esencia de la vida…
 
 Algeciras,  22 de octubre de 2012.
 
 Pepe Fortes Castillo – ceutaenelcorazon.es
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 *  Almadraba.- Arte fijo: Para la pesca de atunes, se emplaza oportunamente al  paso de aquellos, con calamento firme ó sedentario en el mar y á corta  distancia de la costa, por medio de anclas, piedras, cabos y corchos que  aseguran el todo del arte, formado con grandes armazones de redes, y valiéndose  de embarcaciones apropiadas para su manejo y resguardo.
 Las almadrabas se dividen en tres clases,  que son: la almadraba  de vista ó de  tiro, la almadraba de monteleva y la almadraba de buche.
 La almadraba de vista ó tiro no tiene  calamento ó armazón alguna puesta en el mar, sino que las embarcaciones, con  sus correspondientes redes, se hallan listas para cercar a la pesca que  avista de tierra un vigía elevado, que les  avisa por medio de señales, según las cuales conocen el rumbo de los atunes, al  cual se dirigen rápidamente  para calar  sus redes, cerrándolas y llevándolas hacia tierra, á donde llevan los cabos de  halar para sacar la pesca sobre la playa.
 Este arte, aunque clasificado por lo  genérico del nombre y por la índole del calamento entre los artes fijos, es, por su empleo, una  combinación de rodeo y de tiro.
 La almadraba de montelevase arma de firme al aproximarse el  tiempo de paso de los atunes, y se levanta ó recoge cuando concluye la  temporada de sus viajes o migraciones
 La almadraba de buche consta de una  parte  firme con anclas y cabos, como en  la anterior, y otra de redes sueltas para calarlas con embarcaciones destinadas  á acorralar los atunes á medida que su mayor número va entrando en el recinto  que alcanza la rabera ó cola  de las almadrabas  por la parte   de la venida de ellos, que, obligados por las redes que calan las  embarcaciones, entran en el buche, donde se cogen por medio de la sacada, y se matan para llevarlos a tierra-
 Además de estas tres clases esenciales de  almadrabas, hay variedad hay variedad en ellas respecto a su forma y al tiempo  y disposición en que se emplean, llamándose de paso las que sólo se  arman en dicha época, es decir, para el viaje anual  de los atunes de Poniente á Levante, ó se  mantienen caladas sólo durante el período   de semanas ó meses en que el atún   pasa del Atlántico al Mediterráneo, por ejemplo.
 Por el contrario, llámanse de retorno las que se arman   exclusivamente  para coger los  atunes  en su viaje de regreso de Oriente  á Occidente. Existen también algunas que utilizan en ambas épocas, y se llaman  de paso  y retorno, calándose al derecho y al revés, como vulgarmente  se dice; pero la mayoría son de paso, porque la estación de entrada del atún es  en la que éste se presenta más numeroso y compacto en sus columnas ó golpes, y  hasta más próximo á la costa algunas veces.
 Existen también almadrabas de sardinas,  que son de igual forma que las empleadas con el atún, aun cuando son  de menores dimensiones y de malla más  pequeña.
 Siempre esta formado el conjunto de la  almadraba, cualquiera que sea su clase, por una crecida porción de redes de  esparto y algunas de cáñamo, corchos, pesos, anclas, rezones, cabos,  embarcaciones, etc., con todo lo que se forma en la mar, sin el auxilio de  estacas ni perchas, un gran corral ó parada con diversos comportamientos,  colocado de manera que, calado á poca distancia de la costa , é interrumpido  además el paso entre ésta y el arte  por  una línea de redes independientes de la almadraba, propiamente dicha, al pasar  los atunes  inmediatos á la tierra y  encontrar aquel obstáculo, para ellos insuperables, que  los hace retroceder, se dirijan  instintivamente hacía  fuera, y se  internen así en la almadraba  sin darse  cuenta de ello, donde se les encierra.
 Las almadrabas procuran calarse en fondos  planos  y algares no muy distantes de la  costa, y en fondos inferiores á 40 ó 50 metros, calando las redes con pesos,  afirmándolas con anclas y cabos, manteniéndolas verticales con su extremo  superior a flor de agua, por medio de corchos, y uniendo todas las partes  entre sí muy solidamente,  para que pueda resistir el conjunto los embates  de las corrientes, del viento y de la mar, y  los esfuerzos violentos que hace la pesca por salir de su encierro.
 Instalada la almadraba y montado el  servicio de las embarcaciones ( Tres por lo menos: una para suspender el copo,  otra para abrir y cerrar las puertas de los compartimientos, y otra para  entrar, salir  y maniobrar), a medida que  van entrando atunes en la almadraba y llenando sus diversos  compartimentos, conocido cada uno por su  nombre especial, se van dejando caer sus puertas  para impedir que salga la pesca, encerrándola  así provisionalmente , para pasarla al último compartimiento, llamado de  ordinario cámara ó copo y  buche,siempre  que es menester cobrarla; operaciones que  sólo se verifican en las almadrabas  de  monteleva, pues en las de buche se levanta éste en cuento que en él  se ha encerrado pesca suficiente, y  en las de vista ó tiro se echa en  seguida  en tierra, cobrando las redes  cuanto se ha encerrado en ellas. En las de monteleva, la levada  se verifica   cobrando ó levantando desde una embarcación  la sacada (red que forma  el fondo de la cámara ó copo), para con  ella ir subiendo la pesca á flor de agua y cogerla  á mano, matando los atunes á palos,  clavándolos con arpones ó asegurándolos á fuerza de brazos, cosa que sólo puede  conseguirse con los pequeños. En estas levadas suelen cogerse más de mil  atunes.
 Por la extensión que ocupa el arte en otros  parajes, no debe establecerse en otros paraje   que en los no pueda padecer la libertad general de la pesca ni  entorpecer la libertad general de la pesca ni entorpecer la navegación. Es un  arte muy productivo y bastante empleado en nuestras costas meridionales. Su  pesca principal es  la del atún, sin que  por eso dejen de capturarse melvas, albacoras, bonitos, etc.,  y otras especies  finas, así como corvinas, peces de espada y  tiburones.’
 Los utensilios principales para formar una  almadraba son: Anclas de hierro. Cables de acero, cáñamo ó abacá. Cuerdas de  esparto. Piezas  de red de esparto para  formar las divisiones. Pedazos de red de malla más pequeña para cuando se  considerase propicio cerrar las comunicaciones de unas á otras divisiones.  Piezas de redes de cáñamo bastante delgada. Cordel para coser y unir  redes-Paquetes de corcho. Varias embarcaciones de diferentes tamaños para  armar  ó calar de firme; para  guardias  á la entrada ó  en las demás aberturas ó puertas de  comunicación en las divisiones, á fin de observar si se introduce pesca; para  dejar caer y cerrar y  levantar  las puertas de piezas de red; para la guardia  del día y de noche, etc. Para el servicio total del pesquero debe n de  emplearse inscritos.
 Por lo general,  las almadrabas de monteleva constan de las  siguientes partes: el Copo, el Bordonal, el Faratigo, la Cámara, el Rebote, el  cobaracho, el Cuadrillo del Cobaracho, el Espigo de Cola, la Cola, Puerta de la  Cámara, Puerta del Bordonal,  Puerta del  copo. El Traidor, el Calalar, Puerta de entrada de peces.
 El Atún que se pesca con las almadrabas se  presenta de Febrero a Marzo, suele acabarse en Octubre, cuando termina su  retorno. CARTILLA DE PESCA (Conocimiento  útiles á los pescadores) -Ángel Pardo Puzo-1907.
 ** El empleo de almadrabas (más o  menos perfeccionadas) data  en el Levante  y Sur de la  Península Ibérica de épocas  anteriores  a su romanización. Conocemos  el gran aprecio que sentían  fenicios,  griegos y cartagineses por los salazones   y los preparados  como la “Muria”,  “Alex”, y especialmente el “Garum” que no podía faltar como manjar  extraordinario en las grandes ocasiones. Posteriormente,  los árabes   fueron los grandes renovadores, propagadores e impulsores del arte  almadrabero en todo el Mediterráneo a una y otra orilla. Muchas de las mejores  técnicas y la articulación del arte se deben a la avanzada cultura árabe. Así  lo recuerdan todavía numeras voces y faena, desde el propio termino”almadraba”,  “arráez”, “almocero”…Este autor también nos define las tres  diferentes estructuras de almadrabas. Así las de Vista y Tiro se calaban en una  ensenada  de la costa con un saliente  próximo  en el que se emplazaban  un vigía que mantenía un permanente celo  sobre el mar. Al ver  acercarse un bando  de atunes daba la alarma, a fin de de que las tripulaciones se hicieran a la  mar.
 En este tipo de almadraba se calaban dos  redes la llamada “Sedal” que se halaba desde tierra por los designados con el  nombre de “aventureros” y la Cinta” que rodea la anterior a cierta  distancia para evitar que escapasen los  atunes.
 Una vez avistados los atunes partían las  embarcaciones que portaban “Sedal”, calándolo de forma similar  a la “Jabega Real”, esto es, trazando un  semicírculo en el que quedan envueltos los atunes. La “Cinta” situada  a mayor profundidad, aseguraba los atunes  que hubiesen escapado al calar el “Sedal”.  Halando desde tierra de los extremos de ambas redes  los atunes quedan a poca profundidad. Es  la hora de los “cloqueros”, que con sus  “cloques”, “benes” o “verres” (ganchos atados a las muñecas) se introducían en  la mar para apresar  las piezas y  conducirlas a las orillas. Las maniobras eran dirigidas por los “Mandones”,  especialista en cobrar equilibradamente las redes por sus extremos.  Este tipo de almadraba presentaba  como principales dificultades  el tener   que hacer frente  al estado  variable de la mar, corrientes, oleajes, etc.,  sin olvidar los temibles  golpes de los  atunes.
 La almadraba de “Monte  y Leva”, disponía por el contrario de partes  fijas (cuadro y Rabera de tierra) que se calaban asegurándolas con pequeñas  anclas, rezones  y piedras. En cambio el  copo era llevado diariamente  a tierra.  La almadraba tenía en la mar  una  embarcación (vigilante), cuya misión   consistía  en avisar  con trapos o banderas  blancas la presencia de atunes  en el cuadro... Se hacían las  embarcaciones  a la mar al mando del  arráez, llevando el copo para calarlo y efectuar la levantada de la pesca en el  cuadro.
 Finalmente, durante el siglo XIX va  extendiéndose –pese a los conflictos y prohibiciones-   progresivamente el uso de  almadrabas de “Buche”, llamadas también “Artes  de Ancla”.  Sin embargo, terminaron por  consolidarse en el último tercio del siglo, convirtiéndose en el único empleado  en el siglo XX y en el actual.  Este tipo  de almadraba consta, en síntesis, de un cuadro central y dos raberas (de  “tierra” y de “fuera”), verdaderas paredes   de malla que se dirigen en sentido opuesto, como los brazos de un  compás.  El proceso que tiene lugar  en la almadraba es el siguiente: los  atunes  desde mediados de abril  arriban masivamente  al Mediterráneo para efectuar el desove,  aproximándose  a las costas  al encontrar las aguas más calientes. Al  llegar a las proximidades  de la  almadraba  chocan con la rabera de tierra  que está calada   a escasa distancia de  la costa  y siguen dicha pared vertical  hasta desembocare en el “cuadrillo” y la “boca” de la almadraba. En  caso de no penetrar por dicha boca y  escapar  del cuadrillo, irá  encontrándose  con una serie  de redes ( “legítima”, “contralegítima”),  encaminadas a hacerles desistir de su huida y obligarles  a retornar   hacia la boca. Aun evitando ambas redes, los atunes  tropezarán   a continuación con un nuevo muro, ahora fuertemente  inclinado   que es la “rabera de fuera”. Esta actúa a modo de larga y empinada  escalinata por la que es muy difícil avanzar e induce a los atunes a regresar  hacia la entrada del cuadro.
 Las dimensiones de las almadrabas son impresionantes,  pues se extiende a lo largo de varios kilómetros y hasta una profundidad de  50metros, calada hasta el fondo y sujetas por medio de anclas, plomos y cables.  Mantienen a flote su relinga de boyas y flotadores. Las raberas desembocan  en un rectángulo  de redes, llamado “Cuadro”, que forma un  extenso compartimiento, que se divide en “Cámara, “Buche” “Copo” o (Cámara de  la muerte), este último de malla reforzada.
 El perfeccionamiento de la almadraba llevó  a idear un nuevo compartimiento en el cuadro entre el buche y el copo para  impedir la fuga de los atunes ya introducidos en el mismo. Este departamento  recibe el nombre de “Bordonal”, y pasó de las almadrabas mediterráneas  a las atlánticas, empleándose sobre todo en  las de mayores dimensiones. Hoy la única almadraba española que cala  el “bordonal” es la de Barbate.
 Las redes utilizadas en la almadraba eran de  esparto y sobre todo de cáñamo, y se denomina “Pilola” el tipo de hilo (de  distinto grosor) manejado para la construcción de las diferentes redes.  En la década de los 60  se generaliza el nylón en la fabricación de  redes, sustituyendo al cáñamo. ALMADRABA,  SALAZÓN  Y COCINA. Carlos LLorca Baus, y  Norberto Jorge-1988.
 ***Agradecemos a Pepe Gutiérrez,  su colaboración en la elaboración de este artículo, pues las fotografías que  nos ha cedido para documentar este trabajo, son de una belleza extraordinaria  que ilustran a la perfección algunas de las faenas de la “levanta” de los  atunes, que se dan en las almadrabas de Ceuta.
 
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  APUNTES DE HISTORIA DE LA PESCA EN CEUTA V. EL SALAZÓN
        La  pesca fue una de las actividades más antiguas que realizó el hombre y, paralelo  a esta,  como sistema orientado a  conservar el producto de esta pesca, el salazón le acompaña en su actividad. De  las especialidades gastronómicas existentes en España, una de las más remotas,  pues hablamos de milenios,  es sin duda  el salazónLa sal ha ocupado siempre un lugar de  vital importancia en la historia del hombre. Algunos autores rememoran su  utilización para la conservación de la carne y el pescado en la antigua  Mesopotamia dos milenios a C. Otros nos trasladan al antiguo Egipto, donde se  preparaba la carne y el pescado en salazón, incluso se consumían las huevas  secas de mújol -lisas-, tras su salado, prensado y secado    El salazón es un método que se utiliza para  preservar carnes y pescado, con el fin, de que estén más tiempo disponibles  para el consumo, en buenas condiciones higiénicas. A través de la sal, se  consigue la casi totalidad deshidratación de los alimentos, a la vez que se  elimina un gran número de bacterias.
 El salazón en el sur de España se debe a  los fenicios. Esta enseñanza se remonta al siglo VII a C. El topónimo de  Málaga, proviene de la palabra fenicia “sal” y significa “lugar donde se salan  los peces”.
 Más  tarde, los griegos fueron los maestros en las costas levantinas y catalanas.
 Restos arqueológicos encontrados  en Ceuta, parecen demostrar que la presencia de los fenicios fue un hecho y la  dedicación  que profesaron a la industria  del salazón. Más tarde fueron los romanos los que se establecieron por toda  esta zona del norte de África y con ellos, el salazón vivió una de las épocas  más esplendorosa. En mi escrito anterior “Las almadrabas y Ceuta”, hago saber  que desde este lugar, se remitía a todo el Imperio Romano el famoso “garúm” que  se elaboraba con caballa y atún y que tanto gustaba a la alta sociedad romana.  El “garúm” era un producto caro, lejos del alcance de los bolsillos de la  mayoría de los súbditos romanos. De Ceuta se transportaba a Roma  en ánforas y sus bocas eran selladas y  precintadas con barro. En las grandes bacanales romanas, era un producto  estrella, de los que nunca podía faltar.
 Como principal materia prima para fabricar  el “garúm”, la caballa -scomber scombrus-, adquiere notable importancia, de tal  manera que Escombrera debe su nombre a scombro o caballa.
 No he encontrado indicios de que los  visigodos, fueran muy amantes del salazón. Esto me hace pensar que desde la  dominación romana, esta industria en Ceuta queda aparcada hasta al menos el año  1415, que es reconquistada para la cristiandad por los portugueses.
 Desde los romanos hasta la invasión árabe,  existe un gran vacío por parte de los historiadores y estudiosos del tema. Se  sabe que los musulmanes eran grandes marineros y pescadores, pero nunca se  inclinaron por el salazón. Gustaban de consumir el pescado fresco; frito, asado  o en guis. Cuando los árabes fueron expulsados de la Península Ibérica, la  industria de la salazón llevaba abandonada cientos de años.
 Con la llegada de los portugueses a Ceuta,  los continuos intentos de los árabes por recuperarla y de los ceutíes por  defenderla, no ayuda en nada a que se recupere de nuevo esta industria.
 En la costa gaditana, no es hasta el año  1285, cuando rehacemos la historia y encontramos al Rey Sancho IV concediendo a  los duques de Medina Sidonia, las salinas de Manzaneque y las almadrabas de  Conil y Zahara de los Atunes.
 En el siglo XVI y paralelo a las  almadrabas, resalta de nuevo la industria del salazón. En estas fechas, algunos  autores escriben que el trabajo de las chancas, se reservan a las mujeres y  otros trabajos -me imagino que sería el troceado y traslado de los atunes- a  esclavos incentificados.
 En 1850 haciendo referencia a Ceuta, se  poseen datos, en los cuales dice que para las albercas o chancas en las que se  hace el salazón, se emplean marineros procedentes la mayoría de la provincia de  Alicante. La temporada dura desde junio hasta septiembre, fecha en la que estos  hombres, vuelven a sus lugares de origen.
 De nuevo se produce un vacío y no es hasta  1912, cundo con la arribada de tanta gente de la mar procedente de Andalucía  Oriental en su gran mayoría, el salazón vuelve a tener en Ceuta, nueva época de  esplendor. No es de extrañar, si comprobamos que el censo de Nuestra Ciudad, a  mediados del siglo XIX. La población totalizaba 6.896 habitantes, que se  repartían de la siguiente manera; guarnición 2.555, población civil 2.210 y  reos 2.131. Es curioso que de los oficios y profesiones de la población, entre  marinero, barqueros y pescadores, sumaban 16 vecinos -CEUTA Capitanía General  de África. (1847 – 1851) de Madoz-. No aclara el número de pescadores, pero  seguro que no llegaría a la media docena, los suficientes para tirar de una  jábega o faenar en un sardinal.
 Con la gran llegada de pescadores a partir  de 1912, la practica de salar pescado recobra de nuevo un gran auge, pero ya no  se sala a nivel industrial, más bien es una practica familiar.
 Aquellos marineros procedentes de la  provincia de Almería, como Cabo de Gata, Adra, Garrucha, Las Negras, San José,  etcétera o de Alicante como Santa Pola, fueron portadores de una técnica de  salado y secado de pescado, que caló tan hondo en nuestra tierra, que aún hoy  se sigue practicando.
 El secado de pescado como el  bonito, volador, jureles pequeños, agujetas, bacalaillas, marrajo y cazón, fue  una gran novedad, convertida en costumbre al cabo de los años y aunque la  palabra “industrial” suene un poco fuerte, sí existen en Ceuta familias que se  dedican a este menester, con el que obtienen algunos beneficios económicos.
 No quiero confundir a mis amigos lectores y  debo aclararle que el salado de pescado es una cosa y el secado es otra  distinta. Aunque la sal sea la gran protagonista en ambos casos, hay  especímenes idóneos para el secado, que detallo en un párrafo anterior, por el  contrario otros, se adaptan más al salado, como son la melva la albacora y la  gran “vedette” de esta especialidad, el boquerón.  También tenemos el caso del atún rojo, que  los romanos conservaban en salazón y en la actualidad se seca en la costa  gaditana, donde Barbate es la que más destaca en esta especialidad, con el  producto estrella: “la mojama”. Hace pocas fechas llegó a mi poder, un folleto  publicitario de una fabrica de salazones y secado de pescados de la provincia  de Murcia y en ella se ofrecía entre otros productos, “bonitos secos al estilo  de Ceuta”.
 Otra variedad dentro de la salazón y de la  que soy un gran adicto, es el oreado -oreao-. Este sistema consiste en  deshidratar al máximo el pescado, exponiéndolo a los rayos del sol, de manera  que en el momento de asarlo el agua que contiene la hallamos eliminado en su  mayoría. Pongamos por ejemplo un jurel de entre 600 a 1000 gramos de peso. Le  cortamos la cabeza y limpiamos. Luego se abre como si lo hiciéramos a la  espalda y lo enterramos en sal durante media o tres cuarto de hora. Luego lo  enjuagamos y lo tendemos al sol. El tendido al sol se suele hacer en un aro,  que contiene una red en su interior a modo de raqueta de tenis, donde se  depositan los jureles. El aro posee cuatro hilos equidistantes que se unen en  un nudo que se engancha a un tendedero. Luego se cubre con un velo de tul para  evitar le pique -“el bicho”- la mosca verde.
 Esta operación se suele hacer por la  mañana, y después de estar todo el día al sol, el jurel estar casi seco. En una  barbacoa de carbón vegetal y a la parrilla está como dijo mi tía Fina; con olor  y sabor al patio. Efectivamente en aquel entrañable patio donde nos criamos,  rara era la tarde, en la que no se asaba este pescado en la puerta de casa de  mis abuelos, con un pequeño hogar fabricado con un envase  de hoja lata y tierra de arcilla.  Además es un plato muy ceutí. En casa de mi  primo Manuel Castillo en Cádiz y de su hermana Fini en Roche, lo hemos  degustado alguna vez y como dice Pepe Gutiérrez, acompañado de un buen  vino.
 En casa de mis abuelos paternos esta  actividad estaba a la orden del día. Además se secaba el bonito y sobre todo  sus huevas. También recuerdo con añoranza el lomo seco de marrajo, que me  encantaba. En una tina de madera de roble nunca faltaba la melva al salazón. La  melva en salmuera es un bocado exquisito y como aún recuerdo el proceso para  elaborar tan rico manjar, mis párrafos siguientes, lo dedicaré a detallarlo de  manera que también ustedes lo puedan llevar a la práctica.
 El primer paso es proceder a la limpieza de  las melvas enteras sin cortar. Después le quitamos la cabeza y seguidamente la  abrimos en canal -se pueden hacer dos lomos-. Se limpia muy meticulosamente la  cavidad donde se alojan las vísceras. Es importante quitar las raspas. El  pescado ya no se debe de enjuagar y no limpiar la sangre que suelte. Si la  melva es de buen tamaño, es conveniente hacerle una serie de cortes en los  lomos, para que la sal penetre bien por todo el pescado. En un recipiente de  madera -aunque hoy se utiliza más el platico-, se deposita una capa de sal,  seguidamente una de pescado, que previamente se ha cubierto de sal especialmente  por los lugares que consideremos le cueste más penetrar. De esta manera se van  alternando capas, finalizando siempre con una capa de sal. Esta debe ser marina  y de grano grueso.  La mezcla de sal,  sangre y el agua que suelta el pescado, va creando un “caldo” que penetra por  todos los huecos de las melvas.
 A partir de este momento, una vez al día,  se controla el exceso o carencia de “caldo”. El nivel debe ser el justo para  cubrir el pescado. Si le supera, se la extrae y si falta, se le agrega una  mezcla de agua y sal hasta cubrirlo. El agua con sal que se le agrega, es agua  corriente o de mar y el grado de salinidad que debe poseer esta salmuera, lo  determina la flotabilidad de una patata. Al agua se le agrega sal y cuando la  patata flote, la cantidad de sal es la idónea.
 La melva se puede consumir a partir de los  cuarenta días. Se saca la cantidad que se vaya a consumir y se enjuaga en agua  dulce, para eliminar el exceso de sal, Luego se seca con papel de cocina y se  consume directamente acompañando un buen “potaje”
 Otra forma es, después de enjuagado, se  corta en filetillos y se deja en agua dulce durante un par de horas, de manera  que el fuerte salado, se debilite en gran medida. Luego se seca y se prepara en  ensalada. A mí especialmente, me encantan estos filetillos en ensalada de  pimientos asados y cebolla picada. Vuelvo a recordar a mi amigo Pepe Gutiérrez  porque vuelvo a recordar, que se debe de acompañar con un buen vino o cerveza.  Si lo hacéis, no os vais a arrepentir, además este pescado en salazón, dura  años.
 
       Algeciras, 15 de diciembre de 2012.
 Pepe  Fortes Castillo
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 ÚLTIMA SIGLADURA DEL GUADALETE
     La tarde del 25 de marzo de 1954,  pasará a la historia de nuestra ciudad como una de las más trágicas vividas en  el siglo XX. El dragaminas Guadalete con base en Ceuta se hundía trágicamente  en aguas mediterráneas, a 19 millas al este de Punta Almina y 30 al sur de  Marbella.
 Esta tragedia que costó la vida a 34  marineros, hasta hoy, no se ha terminado de aclarar, a pesar de haber  transcurrido más de medio siglo. Los días siguientes a la tragedia, en Ceuta no  se hablaba más que del Guadalete. Ceuta es una ciudad que siempre ha vivido muy  de cara al mar y todos los acontecimientos acaecidos en nuestras aguas, han  impactado directamente en el pueblo ceutí. Esta frase la expreso en pretérito,  porque cada vez más, la juventud vive mas alejada de la dinámica que vivíamos  en mi juventud. .
 Antes, los correos de Algeciras atracaban  al principio del Muelle España. Esta cercanía nos hacía sentirlos como parte  directa de la ciudad. En nuestras idas y venidas en el Paseo de las Palmeras,  cuando veíamos que el Virgen de África o Victoria iba a atracar, casi siempre  nos acercábamos a recibirlo. Lo siguiente era el paseo por todo el cantil del  muelle. Todo esto hacía inevitable que nos familiarizáramos con los barcos que  más frecuentemente solían estar atracados. Preguntar a cualquier ceutí de los  años cincuenta o sesenta por el Guadalete, Capitán Parra, Cala Bonita, Santa  Teresa, "El Melillero", etcétera. Sería igual que si hoy preguntas a  cualquiera de nuestros vecinos, por el Parque Marítimo, la Gran Vía o la playa  de la Ribera.
 Este "modus vivendis" que  teníamos, hizo que el hundimiento del Guadalete -como la tragedia del  "Lobo" ocurrida cinco años antes-, nos doliera en lo más hondo de  nuestros corazones. Fueron varias las familias que perdieron un ser querido,  otros perdieron amigos y por que no decirlo, se perdió también un barco que  bien atracado en el Muelle Alfau -haciendo carbón- o en el Muelle España, era  una silueta del paisaje ceutí.
 Se comentaba entonces que, la noche de su  salida, el fuerte temporal de levante era lo suficiente importante, como para  que la autoridad militar competente hubiese prohibido la salida. Máxime cuando  ésta se originaba con el objetivo de efectuar una singladura rutinaria, sin  ningún objetivo específico.
 El Guadalete era un componente más de las  siete unidades de la clase "Bidasoa", con las que contaba la Armada  Española. Este tipo de barco, era de diseño alemán que la Kriegsmarine encargó  a la Factoría Bazán, para que operaran en el Mar Báltico, que entre Finlandia y  Suecia, se caracteriza por  la  tranquilidad de sus aguas. España quiso aprovechar  la infraestructura y experiencia que la  Empresa Bazán había adquirido fabricando los barcos alemanes, así que encargó  las siete unidades, sin pensar que el Báltico se parece al Estrecho de  Gibraltar en lo mismo que la Tundra Siberiana a la Sabana Africana.
 Desde que fue botado, el Guadalete y sus  seis hermanos gemelos, eran ya obsoletos, como lo eran todos los barcos de vapor.
 Si analizamos que la Compañía  Trasmediterránea sustituyó el Teodoro Llorente -vapor-correo que hacía la  travesía Ceuta-Algeciras-, por la moderna motonave Miguel Primo de Rivera,  propulsada por dos motores diésel en el año 1926. No es de recibo que la Armada  Española, bote 18 años después siete barcos propulsados a vapor.
 Para más "inri" estos barcos  poseían dos calderas Yarrow de tiro forzado y diseñadas para el consumo del  carbón alemán, de primerísima calidad y no el nefasto carbón que en los años  cincuenta, utilizaba la Armada Española.
 El Guadalete es botado el 18 de octubre de  1944 y diez años después, cuando su hundimiento, hasta los barcos de pesca eran  propulsados por motores diésel. Este hándicap, originaba problemas a la Armada,  a la hora de contratar fogoneros, que como es sabido, era un trabajo obsoleto y  altamente penoso.
 Teóricamente, el barco estaba diseñado  para una tripulación compuesta por 90 hombres, El Guadalete solo llevaba 78  marinos a bordo.
 Con mucha y mediana mar, el barco hocicaba  excesivamente de proa, embarcando gran cantidad de agua. Diseñado y construido  para aguas tranquilas, no poseía el suficiente franco-bordo o borda libre ni  los imbornales suficientes, que pudieran evacuar el agua que embarcaba.
 Todas las deficiencias del barco, se  pusieron de manifiesto esa trágica noche. El capitán de máquinas subió al  puente a quejarse de la imposibilidad de evacuar las cenizas de la caldera de  popa, dado que al estar ubicada la puerta del cenicero a barlovento, entraba  agua en cuanto la abrían. Se quejó también de que el carbón era prácticamente  tierra -el carbón de baja calidad origina mucha ceniza y escoria y hay que  deshacerse de ella, antes de echar de nuevo carbón-, y no podía crear la  presión suficiente, como para salir de aquel infierno y llegar a refugiarse en  la bahía de Alhucema, como era el objetivo.
 Del puente de mando se transmitían órdenes  que en la sala de máquinas no podían cumplir. El barco estuvo a merced de las  olas. Las calderas no alcanzaban la presión adecuada para cumplir las órdenes y  lo que es perceptible en estos casos, navegar con proa al tiempo fue imposible.  Unas veces golpeado por babor y otras por estribor, lo sucedido fue inevitable.
 Aquel triste episodio, fue mas comentado por  el pueblo llano -es el que más suele sufrir con estas tragedias-, que por las  autoridades, tanto de la Marina como gubernamentales.
 Analizando el suceso vemos que 34  marineros pagaron con su vida los errores de unos dirigentes  incapacitados.
 Comenzamos por el Ministerio de Marina,  que quisieron aprovechar el proyecto y planos de la Kriegsmarine, sin pensar en  que clase de escenario se movían los encargados por los alemanes y donde  destinaban al Guadalete. Seguro que la decisión fue tomada por uno o varios  miembros del Ministerio, desde sus despachos en Madrid y que solo veían la mar  cuando los veranos tomaban las vacaciones.
 Barcos estudiados y diseñados para  navegar por las tranquilas aguas del Báltico, que se construyan para ser  utilizados por la Marina Española, es lanzar un torpedo al sentido común. El  Cantábrico, costas gallegas, el Estrecho o el Mediterráneo, no son comparable  al tranquilo brazo de mar existente entre Finlandia y Suecia.
 Del carbón ya hemos hablado. Unas  calderas diseñadas para combustible de primera calidad, quemando otro de muy  baja, deja al descubierto, el poco nivel de las autoridades marítimas.
 La posguerra tuvo como resultado un gran  problema económico y España en esos momentos, probablemente, no se podía  permitir el lujo de utilizar como combustible para sus barcos, un carbón de  superior calidad, pero para eso, el diseño de las calderas corre paralelo al  tipo de combustible que has de quemar.
 Todo este cómputo de errores, originados  en los despachos de Madrid y el consiguiente ¡¡a sus órdenes mi ...!!,  continuados por las autoridades de Marina de San Fernando y Ceuta, llevaron a  78 hombres una dramática noche del 25 de marzo, a sufrir una de las mayores  pesadillas que ser humano puede vivir. Viento, frío, oscuridad, lluvia, olas de  diez metros de altura y como resultado; 11 fallecidos, 23 desaparecidos y 44  supervivientes que quedaron marcados de por vida. Todo eso mientras los señores  del Ministerio, dormían plácidamente en sus casas, pero el gran error -perdón  horror-, estuvo en las autoridades más cercanas, que no prohibieron la salida  para llevar a cabo una singladura de rutina.
 En el año 1997, falleció el último  superviviente de aquellos 44 que tuvieron la suerte de salvar sus vidas. Se  llamaba Don Ángel Dueñas, natural de Santander. Estaba casado con Matilde  Jiménez Segura, natural de Ceuta y de soltera vecina de mi barrio.
 Ángel, cuando el naufragio, ocupaba el  cargo de sargento mecánico. Posteriormente fue destinado a Rota, donde se  jubiló como capitán de maquina. Últimamente vivía en San Fernando.
 Fueron 78 héroes, 78 valientes que deseo  fueran reclamados por Nuestro Señor a su presencia y Este, les mandara bajo la  protección del Manto de su Madre, Nuestra Señora del Carmen.
 Para finalizar, hacer resaltar el  ocultismo con que se vivió la tragedia. Las pocas  declaraciones que se hicieron sobre el  suceso. Como si la muerte de 34 marinos, no tuvieran la menor importancia.
 
 Algeciras, 12 de junio  de 2012
                                                                      José María Fortes Castillo | 
  
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  EL  AGUA EN EL MUNDO
         Desde  el origen de la vida, los primeros asentamientos del hombre, han sido siempre  cerca del agua. El agua es esencial para la supervivencia de todas las formas  conocidas de vida. Visto el sistema solar, la Tierra es el planeta del agua o  planeta azul. El 71% de la superficie del globo terrestre está cubierto por  océanos. Menos del 3% del agua del mundo es dulce y de esta, más de las tres  cuartas partes está congelada. De esa cuarta parte restante, solo el uno por  cien es fácilmente accesible para la vida terrestre, incluido el hombre. A  pesar de estos números, en la tierra hay suficiente agua dulce para todos. El  gran problema es que está mal repartida.Sobre el planeta todos los  años cae entre 113.000 y 120.000 billones de metros cúbicos de agua dulce en  forma de lluvia o nieve. Suficiente para inundar todos los continentes hasta  una profundidad de 80 centímetros. Más que suficiente para satisfacer todas las  necesidades predecibles.
 Hay agua para todos, pero mal distribuida. Existen  zonas con mucha cantidad y otras con poca o ninguna. A esta última corresponde  la mayor parte de África y Oriente Medio, buena parte del oeste de los Estados  Unidos, noroeste de México y el 80% de Australia entre otros.
 Islandia con 331.000 habitantes, posee suficiente  lluvia como para que a cada uno de los islandeses, les corresponda 50.982  metros cúbicos de agua dulce al año. Kuwait con una población ocho veces mayor,  no cae prácticamente una gota que compartir.
 Más de 2.000 millones de personas perteneciente  a  80 países en todo el mundo, viven en zonas que sufren escasez crónica  de agua. Con el índice de crecimiento de la población en el mundo, la crisis  irá en aumento.
 Los cambios climáticos originados por el efecto  invernadero seguramente incrementarán este problema, dado que a la vez que  aumenta el calentamiento de la Tierra, cambiará el régimen de precipitaciones.  La verdad es que el futuro no nos lo pintan fácil.
 En la actualidad el consumo por habitante/día,  se ha incrementado en un 250%, desde el inicio del siglo XX hasta nuestros  días. Si a ello también sumamos el incremento de la población, más la ausencia  del tan “cacareado” plan hidrológico -que siempre lo están proyectando y siempre  lo están prometiendo, pero que nunca lo llevan a efecto-, el resultado es la  situación caótica que padecemos. Hemos sido rápidos en el consumo y demasiado  lentos en actuar.
 La consabida frase; “es un bien caro y escaso” es una  “chorrada” que alguna vez utiliza el político de turno para querer esconder sus  limitaciones e ineptitud.
 Cuando el hombre ha llegado a la luna, cuando  hemos sido capaces de instalar gigantescas redes de tendido eléctrico, vías  ferroviarias y de carreteras, no es de recibo que en el mundo mueran cada día  30.000 personas por el uso cotidiano del agua. El agua sucia es a la vez, la  mayor causa de mortalidad en el mundo. La falta de agua conlleva la falta de  higiene y esta la diarrea, que mata a más de 4 millones de niños en el mundo.
 Es curioso observar en algunos desiertos del  Oriente Medio, las redes de tuberías conductoras del petróleo, hasta los  puertos para su embarque. En cambio esos mismos pueblos se mueren de sed.
 Gastamos millones buscando agua en Marte, y en la  Tierra, no la llevamos a los que la necesitan. En el norte de Burkina Faso en  África, hay mujeres que tienen que caminar durante cuatro horas para ir a  buscar agua. En algunas partes del continente africano, pueden llegar a dedicar  hasta doce horas diarias en la tarea. Es un trabajo agotador y extenuante, que  consume las escasas calorías de su escasa dieta diaria, a la vez que les ocupa  un tiempo que podrían dedicar al cultivo de alimentos.
 En cierta ocasión, un alto funcionarios de las  Naciones Unidas, le preguntó a una mujer africana, si era consciente de la  importancia de educar a sus hijos para que se lavaran las manos después de  defecar o antes de ingerir algún alimento, ella le respondió: -Tengo que  recorrer todos los días 11 kilómetros con el agua a cuesta. Si pillara a  alguien desperdiciándola para lavarse las manos, le mataría-. Es curioso porque  en Bangladesh en el Centro de Investigación de Enfermedades Diarreicas, se  realizaron unos estudios donde se muestra que el ejercicio de lavarse las manos  en estos casos, reduce los episodios de diarrea en un 45% en los niños menores  de cinco años. Reitero, no pueden tener higiene, por falta de agua.
 España no es ajena a este problema. La zona norte está  bien servida del líquido elemento, al contrario que en el sur de la península,  donde escasea y algunos veranos  nos vemos obligados a racionarla en  distintos lugares.
 En los próximos años, será necesario invertir mucho  dinero, para equiparar a España en exigencias medioambientales al resto de  países europeos. En este campo, la vía de negociación de mayor envergadura es  el agua. Cabria preguntarse ¿qué se ha hecho en los últimos 30 años?. ¿Qué  podemos hacer ahora, que con la crisis económica, el poco dinero que poseemos,  es para engordar las cuentas corriente de un grupo de desalmados que se llaman  políticos?
 Hoy nos permitimos el lujo de ducharnos con agua  potable. Hecho, que probablemente no podrán permitirse nuestros descendientes,  a no ser que se apliquen con urgencia medidas correctoras. Está claro que  nuestros hijos no recibirán una buena herencia. Siempre me he caracterizado por  tener un espíritu libre, por lo tanto, no me identifiqué nunca con el régimen  dictatorial que precedió a esta pantomima de democracia, pero siendo objetivo,  he de reconocer la buena labor hidrológica que por entonces se llevó a cabo,  con la construcción de diferentes presas y embalses por toda la geografía  española, y que al dictador le valió el sobrenombre de "Paco  rana".  Gracias a aquel plan hidrológico y a "Paco rana",  hoy no tenemos el agua racionada.
 
      Algeciras, 6 de agosto de 2012                                                                                       Pepe  Fortes Castillo | 
  
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