Tribuna Libre


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Tribuna abierta - Carta de una madre... - He vuelto a pisar aquellos patios... - Carta al padre Pedro - Aminatu  -  Mustafa Mizzian, "In Memorian"- Ceuta, no la toquen más... - Miguel Delibes -

- El sueño del emigrante - Un día emprendimos... - El pastor poeta - Dejá-vú - Día Internacional del Libro - La crisis - Emigrantes - 16.Huida del mundo rural - 17. Sindicalista hasta la muerte... -

- Ellos dejaron su país... - Meditación - Mecánica de emociones - Los 426 euros... - Nuestra voz - Del lado del corazón - Al Archivo H. de Ceuta por la publicación "Ceuta mi niñez perdida..." -

- Hemos regresado - Un libro, un barrio y un sentimiento - Nunca se muere... - Crimen en la Redacción. D'Alacant - Mi amigo Antonio. J.Eloy del Río Bueno - Emigrantes y Bertold Brech -

- Un día señalado - Manifiesto: 25  Noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Genero - ¿Cómo es posible? - A su madre España - Mujer, trabajo y descriminación - El ayer y el hoy...-

- En memoria de Toby que murió feliz junto a su familia Llado - La verdad(Ghandi) -



 

 

TRIBUNA LIBRE

 

    Hoy, cuando el calor de agosto aprieta, nace el apartado de «Tribuna abierta» en nuestra Web, con el propósito de poner voz, a aquellos que tienen  alguna inquietud que les ronda por la cabeza, y desean de forma expresa que se exponga en  "www.ceutaenelcorazon.es". Y nace con el espíritu  del articulo 14 de nuestra  Constitución, en el que dice: que no habrá ningún tipo de discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Por tanto, nosotros, los amigos de esta Web, nos sentimos acogidos a este artículo, quizás el más hermoso de entre todos, tan profundamente que ya es imposible la vida sin participar de él.
Quede plasmado en este pequeño escrito, que nuestra Web está abierta a todos aquellos que deseen expresar sus inquietudes y se encuentren en cualquier latitud y longitud del planeta, por muy alejados que se encuentren de nuestra amada Ceuta. Para nosotros siempre será un motivo de orgullo y de consideración, el que otras personas alejadas de nuestra ciudad, tengan a bien el visitar e incluso participar con sus escritos y fotografías  en nuestra Web. Solamente existe  una recomendación propia en su naturaleza a los propios fundadores y amigos, que es el respeto y la tolerancia a los demás… Nada se pondrá en nuestras páginas que cause dolor de manera innecesaria a aquellos que tengan la gentileza a asomarse a ellas; podemos equivocarnos y cometer una torpeza, pero rectificaremos y pediremos perdón si ello fuese necesario…Ya  se encuentra el mundo demasiado dolorido para nosotros causar alguno más…
Escriban ustedes, sobre el pasado, el presente o el futuro; sobre el mar o sobre la montaña; sobre el cielo o sobre las nubes; sobre la tristeza o sobre la alegría; sobre el dolor o sobre la felicidad… Pero escriban rozando el alma de las personas, allá donde los sentimientos puedan ser compartidos al comenzar el alba de la mañana o al declinar las horas mágicas de  la tarde.

Escriban lo que su corazón les diga…


   Ceuta, 13 de agosto de 2009

 

                                                                                www.ceutaenelcorazon.es

 

 

 

CARTA ABIERTA DE UNA MADRE

 

    Soy madre de un “Guardia Civil”. Se  llama Roberto Carlos, es un chico sano, bueno, alegre, lleno de proyectos y de VIDA.
Desde muy pequeñito, cuando aún no tenia conciencia de lo que significaba ser guardia, ya lo era. Ahora, tiene 27 años, y desde que nos hizo participes  que su intención era ser guardia, intentamos  llevarlo por otros caminos..... No  porque no quisiéramos  a esta institución, no  porque no valoremos  el esfuerzo y  sacrificio que hacen por el bien común. ¡¡¡ NO!!! Era solamente, porque tuve a mi niño para la VIDA. “No-para-la-muerte…”
 
Pasado el tiempo, y viendo que toda sus energías  estaban   puestas en el día en el  que pudiera  llevar ese uniforme, sólo me quedó, animarlo y apoyarlo.
Roberto se preparó, y sus esfuerzos y sacrificios  tuvieron su recompensa ¡¡¡Ser Guardia-Civíl!!!
 
Hoy, estoy inmensamente triste, y sólo me queda rezar.... Rezar,  como hacen   las mujeres y madres de los guardias. Rezar para que un verdugo no se cruce en sus caminos y acaben  con sus vidas; unas vidas jóvenes  puestas al servicio de España por un sueldo poco retribuido, si lo comparamos al esfuerzo y al riesgo que entraña  su realización...

Te voy a contar una cosa: mirando a mi niño, veo a todos esos niños que han dado la vida por ti, por mi, por nosotros e incluso por ellos,  los verdugos de tantos inocentes…
 
Desde aquí, donde los que no tenemos voz....Tenemos voz, quisiera decir a las madres de Carlos y Diego,  que sus hijos  dieron sus  VIDAS, para que los demás tengamos VIDA. Que sus hijos,  SIEMPRE, SIEMPRE, estarán vivos,  en mi  mente y en mi corazón........
 
También quiero tener un recuerdo para las madres de los verdugos, esas que tan orgullosa están de sus hijos.... Decirle, que miren las  caras de Carlos y Diego, estaban  llenos  de vida....  Decirle, que mil veces,  prefiero ser madre de una victima,  a ser madre de alguien que entre sus objetivo a alcanzar, se encuentra el robarle –nunca mejor dicho-  la vida, que nos es dada por Dios,  a un semejante…

 ¡¡¡Viva-la-Guardia-Civil!!!    
     

En Madrid a 3 de julio de 2009

 

                                                             Mari Carmen Villanueva

 

 

 

 

 HE VUELTO A PISAR AQUELLOS PATIOS*…

 

    Yo he visitado los barrios del Pópulo, la Viña, Santamaría y el Mentidero en Cádiz. Yo he andado la Judería de Córdoba, aquellas calles que rodean a la Mezquita.  Yo he caminado por el barrio de Santa Cruz en Sevilla y su placita** de naranjos y su pequeña fuente con su surtidor de plata… Y aun sé del Albaicín de Granada, la ciudad que mejor guarda los recuerdos de otro tiempo y que aún, amorosamente, continúan, como ayer, perviviendo en el tiempo de hoy…Y en otros lugares, aquí, allá y acullá… han conservado sus calles como la mejor señas de identidad  que pudieran conservarse, a pesar de los años transcurridos y a pesar de que ya no existen las gentes  que habitaban en esos días sus casas… Nada queda de aquellos que vivieron, sin embargo el milagro se repite, y cada día, como el agua de un rió, que a cada instante se renueva, otros vienen y habitan donde aquellos habitaron…Y el Pópulo, la Viña, Santamaría y el Mentidero en Cádiz; la Judería de Córdoba; Santa Cruz de Sevilla y el Albaicin de Granada, vuelven a estar y a sentir lo mismo que han estado y sentido siempre…Y el tiempo se funde, y ya no hay pasado, presente y futuro…Y el tiempo se funde, y ya sólo hay en la curva del hilo de agua de una fuente, los destellos imperecederos del ayer, del hoy y del mañana… Ya dejaron de existir las horas…Y el recuerdo se escribe cada tarde en cada esquina, en cada puerta, en cada adoquín que cada generación, como una  noria interminable, habita, enamorado,  en sus calles…
    Las ciudades, como las personas, tienen alma, que son aquellas que a pesar  de la antigüedad y el peso de los años, aún continúan descifrando cada mañana el lenguaje de los actos que le pertenecen desde siempre. Tienen alma las personas  que se reconocen en sus arrugas; y tiene alma las ciudades que incluso con sus paredes desconchadas, no renuncian a  que la cal deje su  blancura cada año…
    Ceuta, aquella ciudad acostada entre las montañas del Atlas y el Hacho, ha ido cambiando a golpes de piqueta,  de derribo de sus patios más entrañables…Ya sólo están en la memoria de algunos: el patio Chue; el patio Fernández; los patios del Recinto y del Cebollino; los patios de la calle Simoa; los patios del Callejón del Asilo… y tantos patios que podía seguir enumerando. Patios donde la vida se sosegaba alrededor  de macetas de geranios y claveles rojos; o del jazminero con sus flores blancas llenas de fragancias; o de las matas verdes de yerbabuenas para dar sabor a menta al caldo de los domingos. Patios  donde en sus silencios se escuchaba el canto del jilguero en su jaula de palo y alambre. Patios encalados de cal sobre cal, y sabanas blancas tendidas al sol. Patios para sentarse al relente y oír las viejas historias que contaban los mayores…
    ¡Oh, «todo pasa y todo queda»!, como dice Machado… Razones tenía el poeta para afirmar esa frase. «Todo  pasa» sin apenas darnos cuenta; todo ha pasado sin que supiéramos que nuestras casas ya no son nuestras casas, ni nuestras calles tampoco son nuestras calles…Sin embargo, nuestra alma «queda», como un ancla con sus uñas de acero, cogida al fondo rocoso de los recuerdos. Y virará la cadena, pero el ancla, como nuestros recuerdos, estará  enganchada en las rocas y no podrá zafarse. Nuestra alma permanece apegada al fondo de la cosas, al tiempo, a las horas… Nada fluye en nosotros que haga desearnos alcanzar otros horizontes… Los nuestros, aquellos horizontes que dejamos en la lejanía de nuestros sueños, aquellos sí son nuestros horizontes… Son los horizontes que siempre han permanecido en nosotros a pesar del tiempo trascurrido; son los horizontes que han contemplado nuestros ojos; son los horizontes de ayer, de hoy y de mañana…
     El Pópulo, la Viña, Santamaría y el Mentidero en Cádiz; la judería de Córdoba; Santa Cruz en Sevilla y el Albaicín en Granada… seguirán, aunque transcurran los años, siendo habitados por sus gentes al pie mismo de sus calles; sin embargo, nosotros, los que nacimos en la calle Misericordia, los que habitamos los callejones*** y los patios de entre el Puente Cristo y Puente Almina, ya nunca más podremos visitarlos… Su recuerdo se ciñe,  a la mirada atenta y resignada de las viejas fotografías que aún nos quedan…
    Hoy, al atardecer, cuando la luna llena se dibujaba redonda y dorada en su alto balcón, yo, dejándome ir en la quietud del momento, con sólo cerrar los ojos, he vuelto, de nuevo, a pisar aquellos patios…

    En Cádiz, a  5 de septiembre de 2006

                                                                                     Manuel  Castillo  Sempere
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*  Algunos políticos creen que la modernidad consiste en derribar las antiguas calles y las vetustas edificaciones, y reemplazarlas por nuevas avenidas y nuevos edificios. Sin embargo, no saben, no aciertan a comprender, que en su afán modernizador se han llevado, como un viento exterminador, el alma de las cosas… Que tremenda irresponsabilidad  la de estas personas que no han sabido conservar lo que los siglos han ido construyendo año tras año hasta perfilar una identidad. No puede haber futuro si no  hay pasado; no puede construirse destruyendo el acerbo cultural de quienes nos preceden; no puede desandarse lo anteriormente andado… El tiempo, la historia, el pueblo, juzgará a los que no han sabido conservar el patrimonio que tan generosamente les fue entregado para su protección. Ellos, sin duda, estarán obligados a responder, cuando las nuevas generaciones les pregunten: «¿Qué ha sido de nuestro pasado?»

**    Placita de Dña. Elvira

*** Calle Sagasta de Ceuta, calle que iba de la calle "Larga"-Jáudenes- a la calle la "Muralla"-Paseo de las Palmeras-; junto a ella, una calle de la Judería de Córdoba. Puede observarse parecidas caracteristicas en ambas: piso empedrado; paso entre los muros de las casas estrecho, para evitar la solina; dos plantas; rejas; macetas de geranios en una, rosas y ramas del rosal que cae sobre el muro del pequeño huerto en la otra. Y cal, cal blanca para enjabelgar todas las paredes cuando mediaba ya la primavera...

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CARTA AL PADRE PEDRO

 

   Arrivó con la pleamar, con el flujo de la marea creciente…

   El padre Pedro  llego a Ceuta,  pleno de juventud y de ilusiones, al final de la década de los años sesenta. Llego a Ceuta  recién salido del seminario con la fuerza que da  sentirse tocado por las palabras que guardan los Evangelios. Y en la Iglesia de Los Remedios, la parroquia  del padre Arenilla, comenzó a darse a conocer a los feligreses. Y su labor y su generosidad entre los gentiles dieron su fruto… Su verbo, calido y sencillo, llegaba como un bálsamo al alma de  los que aguardaban a oír sus homilías…
    Pedro, transcurrido un tiempo,  pasó a acompañar al padre don Bernabé Perpén en la Iglesia de Nuestra  Señora de África; y allí continuó su labor pastoral y su relación con los jóvenes. Su verbo continuo siendo calido y sencillo. Y sus homilías estaban preñadas de buenas palabras que susurraban al oído lo mejor del mensaje de Jesús de Nazaret…. Yo le he  escuchado en innumerables ocasiones, y puedo apuntaros, que en ocasiones era tal el candor de sus palabras, que diríase que retumbaban en las bóvedas y cornisas, para luego descender, generosas, placenteras, hasta nuestras conciencias… No he conocido a nadie ser capaz de producir tal arrobamiento con sólo pronunciar unas palabras: sosiego, compasión, humildad, amor… tal vez fueran los sentimientos que despertaran esas palabras. No cabe duda, el presbiterio, las naves, las bancadas, semejaban   derretirse  al oírlo…   
    Corría el curso 69/70 y Pedro se presentó en el Instituto como el profesor de religión de Preuniversitario. Pedro, era un sacerdote diferente al uso, y traía un aire de cambio, de renovación… Era un cura de la nueva generación del Concilio Vaticano II. Sus clases eran sumamente agradables, y en ella nos hablaba de los problemas que reinaban en el mundo. La liturgia, los mandamientos, los pecados…  todo quedó en  los aburridos  textos de religión. Pedro nos transmitía otros valores más cercanos  a otro mundo que ya comenzaba a despuntar…Un mundo más abierto, sin trabas para expresar nuestros sentimientos y nuestras propias ideas….
    En  aquellos años sólo existía  un  Instituto  en la ciudad, y sólo se cursaba un curso Preuniversitario. Y se daba la paradoja que de los cientos de niños que comenzaban el bachiller solamente unos pocos llegaban al «PREU», sin embargo del colegio de San Agustín, la proporción era más elevada; y de tal manera se daba esta proporción, que  significativamente, los antiguos alumnos de nuestro Instituto éramos minoría en nuestro propio centro.
  Muchos de estos alumnos formaban parte del coro que los domingos, en la iglesia de África, cantaban, en misa de doce, el «Himno  a la alegría» que popularizó Miguel Ríos. Y así también, algunos de aquellos alumnos fueron pioneros en las «Casas  Estudios» que Pedro -alma máter-, ayudo  a fundar para que los muchachos ceutíes alcanzaran las universidades allende nuestra ciudad. Y, aún, algunos de los  muchachos de aquel «PREU», de aquel coro que cantaba en sus Eucaristías, han ido a su paso hasta ayer mismo…
   Hace ya muchos años, leí el Siddhartha de Hermann Hesse, y en él se narraba la historia de un joven Brahmán  que abandonó la seguridad de su entorno religioso y marchó a conocer el mundo… Y según parece, aquel joven cura que un buen día llegó a Ceuta a ejercer su vida religiosa, siguió el mismo camino que un día  el también joven Siddhartha  emprendió. Y como él, conoció: el poder, el dinero, la carne…en definitiva, el mundo. De seguro, que para Pedro, ya no debe he haber nada que desconozca. Incluso la traición. La traición del poder; y  la traición  de la carne servida en la lúdica metáfora del deseo de una mujer…
   Pedro, acaso nunca comprendiste que  todo es efímero, y que  todo se consume en el fuego de la hoguera de las vanidades, como bien dice el Eclesiastés 12,8: Vanidad de vanidades, todo es vanidad» Nada perdura, y todo se derrumbaba como castillos de arena a la llegada de la marea.  «Aquí mando yo» dicen que decías…y sin embargo hoy es ya solo un recuerdo. Ayer el poder llamaba a tu puerta y hoy sin embargo «nadie a acompañarte baja…», como dice el bello poema de  Río Duero, río Duero  de Gerardo  Diego. Son cosas del mundo, de la vida estéril con que todas la mañanas nos levantamos. En los días pretéritos hubo quien buscó su compañía pretendiendo la dadiva y el regalo; sin embargo, sin apenas transcurrir el tiempo que se tarda en contar los dedos de una mano, ya caído  en desgracia, son pocos los que se atreven a pronunciar su nombre…El poder, el deseo, ya perdieron en  el «Antiguo Testamento» a jueces y a  reyes. No cabe, por tanto, escandalizarse de las cosas que suceden, pues ya están escritas desde hace milenios en los libros sagrados.
    Un hombre ha recorrido su ciclo vital,  su camino, su karma… Ora estuvo, como un canto rodado que la corriente lo lleva río abajo, en la orilla placentera del reconocimiento y el prestigio; ora en las profundidades del lecho del desamor y el abandono. «Consummatum est», todo ha concluido;  Siddhartha, abandonó el mundo,  retorno al origen, a lo primigenio de su existencia y alcanzó finalmente la «iluminación»… De igual manera, yo espero, que Pedro, retorne también a las ilusiones primeras de su alma, y sepa encontrar la verdad definitiva en el sendero interminable de Dios...

  …Y partió en la bajamar, en el reflujo de la marea decreciente.

 

    En Cádiz, a 21 de noviembre de 2009    

 

 Manuel Castillo Sempere

 

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         AMINATU
                   «Tus ojos abiertos, abiertos aún a la vida…»

 

    ¡Oh, Aminatu¡
Las espigas de trigo se curvan, se inclinan al viento
sin oponerse a su terrible fuerza…
Las arenas se arremolinan, huyen, se esparcen  zarandeadas
en el aire, para de nuevo, en un milagro sorprendente,
pasada la tempestad, se yerguen unidas en una duna de luz.
    ¡Oh, Aminatu!
Los pueblos se visten de  espigas de trigo…
Se curvan, se inclinan, se dejan llevar para vencidos,
vencer a la fuerza de los vencedores.
    ¡Oh, Aminatu!
Los pueblos van y vienen como  las arenas en el desierto…
Huyen, se esparcen, se pierden  en el aire;
mas, al cabo, se agolpan en la unidad  de las dunas.
    ¡Oh, Aminatu¡
Espigas de trigo y arenas de la dunas son tus hijos…
    ¡Oh, Aminatu!
¡Tus hijos!, ¡tus hijos!, ¡tus hijos!
Tus hijos son: ¡los eternos hijos del desierto…!

 

En la ladera de un monte, vencido diciembre, 2009

 

Elma

 

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MUSTAFA MIZZIAN "IN MEMORIAN"
                                                          «Y tras el silencio, habitarás la estancia más allá                                                 de donde vuelan los pájaros…»

       

    ·"Entre la duermevela, oí  el parte de las siete de la mañana de la cadena Ser, que de manera impersonal  apuntaba las últimas noticias: «Mizzian, político de la ciudad autónoma de Ceuta, acaba de fallecer tras una rápida enfermedad…» Yo, entristecido  por el anuncio,  elevé una oración en su nombre y le deseé que una paz inmensa viniese a acogerlo en su nueva morada…"

    Cursaba primero o segundo de bachiller, no me acuerdo del todo bien, allá al principio de los ya lejanos años sesenta. Habían concluido las clases de la mañana y los alumnos se desparramaban alborozados por las escalinatas caminos de sus casas. La salida del Instituto era algo verdaderamente extraordinario. Los chiquillos se alborozaban, y era como un torbellino de idas y venidas que hacían de este momento algo  verdaderamente peculiar y digno de recordar.
Y en este torbellino de niños, iba yo inmerso, como una barca que la marea en su fluir constante llevara a la orilla. Y era tanto este flujo y reflujo de esta marea de colegiales, que en un repunte de la corriente, el compañero de detrás, se abalanzo sobre mi, y la pelota  que llevaba  en alto, como un tesoro a proteger, brincó, libre ya de mis manos,   sobre las cabezas de mis compañeros, alejándose dando uno, dos, tres…innumerables botes, hasta detenerse a los pies  de un niño.  Yo salté de las filas, y corrí  -como es natural en un crío- con ansiedad tras ella; sin embargo, al llegar junto a aquel niño, este con una tranquilidad  fuera de lo común para su edad me apuntó:
    -La pelota ha llegado a mis pies, así que ahora debo de jugar con ella…
A continuación,  la recogió del suelo y se puso a darle vueltas con las manos delante de mis ojos. Yo, como comprenderéis, comencé a alterarme un poco, bueno, más bien, diría que bastante.  Y la verdad, no sé como hubiese acabado aquello, si no hubiese pasado a recogerme José Luis Pacheco, un amigo-vecino de un curso superior, que al ver la situación, le convino a que me devolviese la pelota.
Y por fin, este niño algo insolente, se avino a razonamiento, pero antes de devolvérmela, dijo:
    -Bien, “rico”, aquí tienes tu pelota, no sabes que lo único que deseo es jugar con ella y contigo….
    Y extendiendo  las manos me la devolvió, no sin antes repetirme:
    -¡Adiós, rico…!
    Y sin más, tranquilamente, sin haberse alterado lo más mínimo, principio a andar   la larga cuesta del «Morro»… Yo, desconcertado, con la pelota abrazada, aún lo seguí unos instantes con la mirada…
    José Luis y yo, quedamos un tanto desconcertados ante  la respuesta tan insólita de este niño también insólito. Y camino abajo, por el jardín de las “Puertas del Campo” primero y la vieja estación de trenes después, fuimos comentando el acaecimiento que habíamos acabado de tener.
    José Luis, siempre dado a la reflexión me decía:
    -Qué muchacho más atrevido y que forma tan peculiar tiene de decir las cosas…
    Efectivamente, este niño, estaba dotado de una cierta audacia y desparpajo en decir las cosas. Tenía una cierta insolencia y a la vez una naturalidad que te dejaba desarmado… estaba dotado, sin lugar a dudas,  para el arte de la oratoria.  Este niño, con los años iba a ser un líder  carismático  del pueblo de Ceuta.
    Este niño se llamaba, Mizzian, y hace unos días nos ha dejado para siempre… Ahora de seguro, que en el lugar donde su alma repose, estará convenciendo a un coro de ángeles que se apunten al PDSC –su partido- , o quizás,  les enseñe a cambiar monedas, como antaño hacia en la “Plaza Vieja”…
    En los últimos años, cuando iba a Ceuta, me acercaba a saludarlo a los cafés de la margen izquierda de la nueva avenida del Ayuntamiento*, y tomándonos  un té con yerbabuena, charlábamos un rato de las cosas de la vida y naturalmente, era obligado,  recordar  aquellos años del Instituto. ¡Qué años aquellos, ¿verdad…? Ya nunca más podré volver a saborear un té contigo; sí, ya no volveremos a sentir, juntos,  el olor y el sabor del té y de las hojas verdes de la menta;  sin embargo, cuando retorne  a sentarme en el mismo café donde solíamos encontrarnos, yo pensaré en ti, y sin poderlo evitar, lleno de una cierta tristeza,  recordaré aquella frase que hace cincuenta años me dijiste:
    -Bien, “rico”, aquí tienes tu pelota, no sabes que lo único que deseo es jugar con ella y contigo….

 

    En Cádiz, a 11 de febrero de 2010

                                                                                  Manuel Castillo Sempere

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*    Esta nueva avenida que acaba en el Ayuntamiento, se ha construido sobre la antigua calle Misericordia, su nombre originario y a la vez imposible de igualar entre los valores del amor, aunque más tarde, durante algunos años, se llamara Sánchez Navarro. También, esta nueva avenida, se ha edificado sobre aquel barrio tan entrañable del “Callejón del Asilo”, donde algunos, aún, a pesar de los años transcurridos, nos empeñamos en recordar…

 

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CEUTA, NO LA TOQUEN MÁS…  

 

    Cuando voy a Ceuta y paseo por sus calles, mis paisanos siempre me afirman la misma cosa, a saber: «¡Has visto lo bonita y lo limpia que está Ceuta!?». Y yo, resignado ya de antemano, a esta frase mitad pregunta, mitad afirmación, contesto -sin contestar- con la misma respuesta mitad pregunta, mitad afirmación, y apuntamos: ¡He visto ya lo bonita y lo limpia que está Ceuta?
   Pareciera que Ceuta, como una niña de domingo, sólo ahora, en estos días presentes, y no antes, pudiera estar “bonita y limpia”; sin embargo, Ceuta, siempre estuvo “bonita y limpia”, siempre, siempre… Incluso desde antes que se levantara del mar para formar el más adelantado de los rompeolas de África, ya existía de esta manera en los sueños inabarcables  de Dios…
    A Ceuta no hay que tocarla, déjenla como es, como son las vírgenes: exultantes en su sencillez. ¡No, no la toquen más, déjenla como ella es...!; porque  ella nos devolverá, en sus espejos azules de antaño, el mejor de sus nostálgicos  recuerdos.

  

En Cádiz, a 21 de febrero de 2010

                                                                    Manuel Castillo Sempere

 

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                                          MIGUEL DELIBES
                                                                “A tu recuerdo hombre de letras, descanse en paz”

 

    Ochenta y nueve primaveras han sido testigo de la vida de un hombre de letras, hombre sencillo y merecedor de numerosos premios y reconocimientos. Criado en una buena tierra; nació de las entrañas de su madre y la España pretérita, que ha dado tanto que hablar a consecuencia de una guerra entre padres e hijos, hermanos, primos y vecinos. Este hombre castellano que con su pluma nos contó historias que hizo arrancar lágrimas de los ojos de las dos España de antaño, en años difíciles, y en tiempo de democracia, también supo deleitarnos con sus obras.
Hombre sencillo, y de espíritu libre, como así eran sus personajes que plasmaba con una exquisitez que solo él sabía hacer. En su libro “los Santos Inocentes”, donde describía un mundo que a nuestros abuelos y padres les tocó vivir. Conocedor de su tierra, y a ella le dedicó parte de su obra, siempre rayando  entre la censura de años difíciles de libertad.
La metáfora era su fiel compañera en sus libros, que describía finamente y a la vez con tanta realidad que sus personajes tenían vida; sabia emplear los adjetivos con tanta gracia que sus escritos describían las escenas con un realismo tal que al leerlos la imaginación volaba hacia el lugar descrito. Sus libros son joyas que la historia agradecerá por siempre, porque ayudaran a generaciones futuras a conocer muchos acontecimientos de una época importante de nuestro país.
Miguel, hombre de letras y poetas, hablaba de hombres nacidos de las entrañas de una tierra castellana, hombres desdentados y con surcos en la cara, bebedores de vino de la tierra, y con lágrimas en los ojos, hombres de tertulias en las tascas y plazas de los pueblos. La España de la postguerra, la España profunda, con sus carencias de alimentos, bajos salarios, pero sobre todo la falta de libertad de hombres y mujeres, que solo podían ser libre en sus sueños, y con mucho cuidado de no soñar alzando la voz.
El año 20 del siglo pasado le trajo a la vida, sufrió la pérdida de su amor; la madre de sus siete hijos; ella llenó su vida, y cuando murió aún joven, con ella se fue parte de la suya. Amante del amor, de los niños desprotegidos, de la injusticia. Amante de la vida, del campo y montes, de su tierra castellana.
Un día de él quiso saber la enfermedad; el cáncer traicionero, que como un enemigo le clavó su espada, y desde ese día Miguel Delibes desfalleció, luchó y ganó alguna batalla, pero quedó herido, y su pluma dejó de escribir, y nosotros sus seguidores sentimos su ausencia; y hoy, que ya no está entre nosotros físicamente, lo tenemos en cada página de sus libros, y siempre la historia lo tendrá presente como uno de los mejores escritores del siglo XX Y XXI.

 

    En Cádiz, a 12 de marzo de 2010

                                                                    Fini Castillo Sempere

 

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                                     EL SUEÑO DEL INMIGRANTE
                                                                                                   “A todos los que luchan por una vida mejor”

 

            La noche está dando sus últimos suspiros esperando con ansias la claridad del día. Desde mi ventana puedo ver la fila incandescente que producen las cientos de bombillas que con resplandor alumbran un pueblecito anclado en el país vecino. Castillejos, se despierta de su sueño nocturno y poco a poco se abren puertas y ventanas para recibir el nuevo día naciente.
Vuelvo al calor de mi lecho, cierro los ojos e intento adormilarme un ratito más, pero mi mente empieza a trabajar y se me vienen las imágenes de tantos inmigrantes que tienen que dejar su tierra, a sus seres queridos y empezar una aventura; aventura difícil y llena de calamidades. Sólo hay que ver algunas imágenes de inmigrantes en la televisión cuando llegan ateridos de frío, después de luchar con el mar; sus ojos reflejan el miedo a lo desconocido, y sus cuerpos temblorosos, envueltos en alguna manta proporcionada casi siempre por la O.N.G. Cruz Roja, me producen una sensación de impotencia, incluso de rebeldía, y siempre me pregunto lo mismo: por qué, por qué, y sin darme cuenta mi mirada siempre se dirige al mismo sitio… 
Esas imágenes, hablan por sí solas, es la diferencia del norte y el sur, del tener y no tener, y siempre me pregunto ¿por qué, por qué?... Si todos somos iguales ante Dios, si las personas amamos con pasión nuestra tierra: ¿por qué? no hay mas igualdad en el mundo; de quien depende esas diferencias absurdas, que hacen que las gentes de los pueblos  abandonen sus raíces, su día a día, y tengan que buscar un paraíso que casi siempre se convierte en un infierno.
Cada mirada, cada suspiro, cada petición de ayuda de seres humanos que sólo quieren otra mirada de consuelo, un suspiro de compresión, y una mano tendida. Ellos y ellas  sólo buscan una puerta abierta para poder vivir una vida, que en su tierra no pueden vivir, porque la hambruna, la falta de trabajo, los conflictos bélicos al final destruyen todo lo que se ponga a tiro. Sólo hay que pararse un instante y mirar esos ojos negros y profundos, y transportarse en ellos y ver a unos hombres y mujeres que lo único que quieren es poder alimentar a una familia que ha quedado atrás, con la esperanza de encontrar un mundo nuevo lleno de solidaridad y comprensión, han quedado atrás esperando las buenas noticias, y me pregunto ¿Llegará esa carta algún día?
El norte y el sur, ¿se invertirá alguna vez este concepto?, mejor sería que se complementaran en igualdad, porque en definitiva los seres humanos nacemos iguales, bien es verdad que el destino nos marca muchas cosas; el lugar de nacimiento también, pero hoy día con tantos adelantos podríamos si queremos, complementarnos, el norte es un poco más sur, y el sur un poco más norte; sólo se necesita buena voluntad, y pensar más en los hermanos del mundo, todos somos hijos de la madre tierra y una madre debe querer por igual a sus retoños; sean altos o bajos, blancos, negros o amarillos.
Hoy me quedo con el recuerdo de esos ojos brillantes, quizás por las lágrimas de aquellos inmigrantes, que han sido rescatados de las aguas frías, y ahora empieza de nuevo su caminar por una senda llena de obstáculos y vicisitudes, para llegar en muchas ocasiones al punto de partida. 

    Ceuta, 13 de Marzo 2010

Fini Castillo Sempere.

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                                UN DÍA EMPRENDIMOS EL CAMINO
                                                                      "A los hombres y mujeres del presente y futuro”

 

            Esta mañana, día ocho de marzo he sido testigo de numerosas acciones positivas a favor de la celebración del día de la Mujer Trabajadora, día de reivindicaciones y celebraciones a favor de la lucha que a lo largo de la historia las mujeres y una parte mínima de hombres, han llevado a cabo. El camino se inicio por parte de un grupo de mujeres que reivindicaban derechos  que les pertenecían porque ellas al igual que los hombres son seres humanos, con la única distinción: “EL SEXO” por lo tanto nadie es más ni menos que nadie, el hombre y la mujer, cada uno con sus características personales son susceptibles de los mismos derechos y obligaciones, porque ambos forman parte de la sociedad.
Dicho así todo parece muy sencillo de entender, pero la realidad ha sido otra, hasta hace pocos años, la mujer casi era propiedad del hombre; en un principio pertenecía al poder del padre, para pasar una vez casada al amparo del marido. Quizás sea un poco exagerada la expresión de “Propiedad” pero la realidad era que la mujer no tenía derecho al voto, ni a disponer de su dinero, ni podía viajar sin el permiso paterno o del marido, no sé qué nombre más apropiado podríamos ponerle a estas situaciones; o mejor si, se podría conceptuar como discriminación por razón de sexo.
Nos trataban como a tontas, como si nosotras no pudiéramos disponer de nuestro destino; el hombre era el que   marcaba la pauta, el denominado “cabeza de familia” y ella siempre  al capricho, y con suerte si el carácter del susodicho era afable, era todo una suerte, porque si encima de la falta de derechos tenían  un marido violento, o de malas maneras, pobres de las mujeres, que  se encontraban con un  entorno familiar  que enmarcaba con el mayor de los secretismos cualquier circunstancia. ¡Claro! de las puertas para dentro, el hombre era el dueño y señor, la mujer bastante tenía con atender las tareas domésticas tareas que estaban hechas solo para ellas. Además, la mujer perfecta debía estar «en casa, con la pierna quebrada» era el estado ideal según decía, por supuesto, «la sociedad machista», mientras él se pasaba el rato en las tertulias con los amigos; ante esto pienso que poca cosa tendrían que hablar con las que se decían sus compañeras.  Pobre  del hombre que consideraba a la mujer de igual y se le ocurría compartir alguna tarea doméstica, porque de “calzonazos” no lo bajaban; así estaba marcada la sociedad de aquellos tiempos pretéritos, y aún así, habían  hombres con la cabeza bien amueblada, y mantenían su rol, sin abusos; hombres respetuosos dentro de una sociedad encorsetada y sin derechos para el género femenino.
Vienen nuevos vientos favorables para la mujer, Se inicia el siglo veinte, y es a partir de los años treinta, cuando mujeres valientes y valerosas mantienen una lucha reivindicativa: Victoria kent y Clara Campoamor, entre otras proclamaban el derecho inalienable para la mujer. Cuanto ha llovido desde aquellos días, cuantas luchas hemos emprendido tantas y tantas mujeres; el camino se ha hecho interminable, se han conseguido avances importantes, pero todavía queda camino para llegar a la meta de la igualdad, algún día se conseguirá, claro que se conseguirá.
La lucha de la mujer no es una lucha solo de la mujer, es la lucha de una sociedad democrática; donde debe prevalecer los derechos humanos, la dignidad de las personas y la justicia, por lo tanto todos somos responsables de conseguir la dignidad de hombre y mujeres que habitan en un país, yo diría más, que habitan en el mundo, hecho que se constata en la «Declaración Universal de los Derechos Humanos»
Que difícil ha debido ser educar a los niños y niñas sin rosas y celestes, que difícil ha sido educar en la igualdad, ¿tan difícil es permitir que los niños jueguen con muñecos?,  algún día serán padres y deberán cambiar pañales junto a sus compañeras. ¿Tan difícil es dejar que afloren los sentimientos? y dejar de emplear una frase tan ridícula como: “los hombres no lloran” o “las niñas tienen que ser señoritas educadas” como si la educación no fuera un valor del ser humano. Cuantas cosas absurdas, cuantas discriminaciones encubiertas que tras generaciones y generaciones se han ido trasmitiendo, siempre en perjuicio del ser humano, porque el hombre debe llorar cuando así su corazón lo quiera; la represión de sentimientos no es buena compañera  y hace daño en lo más profundo del alma, porque tocan las fibras más sensibles del ser humano;  los sentimientos no tienen sexo ni género, son la esencia por antonomasia y   engrandecen el alma.
Hoy día se educa en la diversidad, en lo diferente; los niños y niñas comparten aula, mesas, juegos, incluso los padres comparten horas de divertimento juntos a sus hijos y compañeros y compañeras del colegio. Los cumpleaños son de colores, de niños y niñas que comparten los deseos a la hora de apagar las velas; todo es tan diferente de aquellos años de mi infancia.  Vamos por el camino correcto, por la senda construida por hombre y mujeres que miramos al futuro con esperanza, con ilusión, y sobre todo por un mundo donde la igualdad sea la seña de identidad.

 

    En Ceuta 19 de Marzo 2010 

Fina Castillo Sempere.

 

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El PASTOR POETA
                                                                      “A los que sufren las injusticias de los hombres”

 

    Cien años ya, cien años que en Orihuela nació un pastor de ovejas, y allí bajo el cielo de un pueblo  que roza el rio Segura y besa la Vega Baja con esas aguas cristalinas, propia de un rio de aquella tierra, nació hace un siglo un poeta. Nació para deleitar al mundo con sus versos, con su arte, con su profundidad. Cantó a la libertad, a los hijos, a los niños, cantó con su fuerza y con su ternura al mundo…
Miguel, ese era su nombre, él supo desafiar al destino, y se preparó, leyó todos y cada uno de los libros que caían en sus manos, y con la avidez de un águila engulló todo lo necesario para aprender lo justo para volar, subir a las estrellas y desde allí escribir los versos más hermosos que mis ojos han podido leer, versos llenos de amor, pasión, melancolía. Miguel también compone sus versos inspirados en los más desprotegidos, en los llamados desheredados de la tierra, y por ellos lucha; por ellos canta con fuerzas aquellos versos plasmados de gritos desesperados por un mundo más justo.
Hombre de Sonetos y Elegías, hombre  de izquierdas comprometido a una causa, lucha sin cesar por un mundo de iguales, donde los derechos humanos se reconozcan, donde las diferencias se diluyan, y donde los pobres dejen de ser menos pobres. Las ilusiones son sueños, y los sueños,  a veces se truncan. Él soñaba con un pueblo libre, pero los vientos venían con fuerte ráfagas de halos negros, venían con aires dictatoriales; donde no cabían los derechos fundamentales, donde no se podía expresar en libertad los pensamientos, ni las ideas políticas, venían vientos muy malos, venia la represión. 
La guerra, como una lengua negra lame la península Ibérica, y Miguel fiel a sus ideas republicanas, es perseguido por los que no pensaban como él. En ese tiempo de idas y venidas, dio rienda a su amor y se casa. Sufre una pérdida terrible, su pequeño hijo muere a edad muy temprana, y a él, a su pequeño vástago ya sin vida, le canta su poema que escribe en su memoria, “Hijo de la luz y las sombras”.  Al poco tiempo nace la luz en su corazón de nuevo con la llegada de su segundo hijo. Vienen tiempos de hambres y miserias y ella su amada, en una carta le cuenta las necesidades y carencias de alimentos, le cuenta la realidad dura y triste de sus vivencias; básicamente se alimentan de pan y cebolla, y de ahí nace la nana más triste y sensible que se ha oído en los tiempos de los tiempos:

 

                                   LAS NANAS DE LA CEBOLLA
                                                   
   "Dedicado a su hijo, cuando su mujer le                                                                    envío  una carta, en la que le decía que se                                                                    alimentaba sólo con pan y cebolla..."


                                       La cebolla es escarcha
                                   cerrada y pobre.
                                   Escarcha de tus días
                                   y de mis noches.
                                   Hambre y cebolla,
                                   hielo negro y escarcha
                                   grande y redonda.


                                      En la cuna del hambre
                                   mi niño estaba.
                                   Con sangre de cebolla
                                   se amamantaba.
                                   Pero tu sangre,
                                   escarchada de azúcar
                                   cebolla y hambre.


                                       Una mujer morena
                                   resuelta en lunas
                                   se derrama hilo a hilo
                                   sobre la cuna.
                                       Ríete, niño,
                                   que te traigo la luna
                                   cuando es preciso.


                                       Tu risa me hace libre,
                                   me pone alas.
                                   Soledades me quita,
                                   cárcel me arranca.
                                   Boca que vuela,
                                   corazón que en tus labios
                                   relampaguea.


                                       Es tu risa la espada
                                   más victoriosa,
                                   vencedor de las flores
                                   y las alondras.
                                   Rival del sol.
                                   Porvenir de mis huesos
                                   y de mi amor.


                                       Desperté de ser niño:
                                   nunca despiertes.
                                   Triste llevo la boca:
                                   ríete siempre.
                                   Siempre en la cuna
                                   defendiendo la risa
                                   pluma por pluma.


                                       Al octavo mes ríes
                                   con cinco azahares.
                                   Con cinco diminutas
                                   ferocidades.
                                   Con cinco dientes
                                   como cinco jazmines
                                   adolescentes.


                                       Frontera de los besos
                                   serán mañana,
                                   cuando en la dentadura
                                   sientas un arma.
                                   Sientas un fuego
                                   correr dientes abajo
                                   buscando el centro.


                                       Vuela niño en la doble
                                   luna del pecho:
                                   él, triste de cebolla,
                                   tú satisfecho.
                                   No te derrumbes.
                                   No sepas lo que pasa
                                   ni lo que ocurre.  

    Miguel, Miguel Hernández, poeta y hombre libre en pensamientos, te encerraron por defender derechos, por luchar por tus convicciones. Enfermaste en una mísera cárcel, por una dictadura que intentó callar tu boca, pero tu boca nunca calló, tu mano nunca dejó de escribir bellos y tristes Poemas, Sonetos y Elegías. Tu obra, tu lucha, tu nombre pertenecen ya a la historia de tu tierra, de nuestra tierra. Pastor de Orihuela, puedes estar tranquilo porque cuando tus versos suenan se nos hiela la sangre a todos los que creemos en la justicia, en la igualdad, en los derechos humanos, en la solidaridad, en la diversidad, en un mundo en igualdad entre hombres y mujeres. Se nos hiela la sangre solo el pensar el dolor de los que sufren injusticias, se nos hiela la sangre al oír esa “nana” de hambre y sufrimiento… Miguel, poeta, un día un hombre que también buscaba ser libre, canto, cantó tus versos, el se llama Joan Manuel Serrat, él sabe trasmitir como nadie, el mensaje que dejaste escrito en aquellos maravillosos versos:

    Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos…



Ceuta, 27 de Marzo 2010 

 
Fini Castillo Sempere.

 

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                                                          DEJÁ-VÚ
                                                                                      “A Rosa Rodríguez,  con la que paso horas meditando qué será de                                                                                          nuestras vidas, soñando despiertas y marcando una sonrisa a                                                                                          cualquier atisbo de libertad que nos pasa por delante”

      Salió por fin el sol en Sevilla a finales de marzo y quisimos ser diferentes al resto de los mortales. Polvorientos quedaron nuestros trajes de chaqueta de aquellos viernes de Dolores en el pueblo, impregnados en fotografías amarillentas en un cajón con apuntes de COU donde parecemos algo más mayores, que contraste, y sin ánimo de escanearlas para deleite de personajes estancados en los noventa.

    Esa mañana era perfecta, y lo sabíamos, lo sentíamos. No tardamos en llegar al Salvador como nunca antes habíamos hecho por circunstancias ajenas a la madurez que hoy afortunadamente profesamos. Tú me entiendes, no merecen ser recordadas en este espacio tan nuestro, en estas líneas llenas ahora de Vida. No sabíamos hacia donde mirar, adolescentes en un mundo por descubrir, risas sin lógica pero que nos hacían sentir tremendamente felices. Otro vino con un toque de sal, otro vino, que me deshidrato por favor, el cambio, un simpático guiño a unas pieles que pedían a gritos unos rayos que no fueran los de la luz artificial que acompañan nuestras noches silenciosas entre planos y hechos históricos.

    Los piropos nos llevaban en volandas por las calles, montadas en una nube de relajación mental que bien la merecían nuestros seis sentidos, que siempre los nombro, porque somos mujeres, y porque cuando nos sentimos plenas, hasta el sexto de ellos se llena sin saber ni siquiera dónde está oculto. Yo siempre digo que en el alma, porque ésta tampoco se ve, pero se siente tanto a veces que hasta duele de emoción o de tristeza.

    En mitad del puente, miramos hacia abajo, recordamos a Marta del Castillo, a la que tanto buscaron en aquellas aguas que nutren nuestra tierra y a cuya historia Rosa se siente muy unida por algo que le pasó mientras ojeaba en una tienda la portada de su libro. Un hecho, que solo tiene sentido para una misma y no si es contado a los demás, en el interior de su ser lo dejo.

    Nos sirvieron otro vino, ahora con sabor colombiano y  aromas de azahar que gustosas aceptamos. Una mesa decorada con una flor, miradas prohibidas, complicidad y más risas. Creo que se nos olvidó lo que hacíamos con nuestras vidas antes de ese momento y nos pareció lo mejor que nos había pasado en mucho tiempo. ¡Con qué poco nos conformamos! dijimos en voz alta. ¡Qué poco necesitamos para ser felices!

    Nos tumbamos en la orilla a ver atardecer, casi me quedo dormida mientras ella con la mirada perdida se preguntaba tantas cosas que jamás me contó y que nunca le pregunté. Divagaciones personales, pensé, era un buen momento para reflexionar sobre el instante que nos ha tocado vivir: el paro, las oposiciones, los proyectos fin de carrera, los miedos a lo desconocido, las experiencias laborales, las críticas por ser liberales y no seguir normas preestablecidas ni firmar contratos sociales.

Paseamos de vuelta a casa, compramos cuero que tanto nos gusta, una especie de souvenirs de aquella bonita tarde de viernes, charlamos con un chico senegalés, degustamos un helado con doble de caramelo y galleta, sonreímos a las autoridades, a las que luego días más tarde odiaríamos para siempre por la jugarreta que la Injusticia de este país profesa, y nos dispusimos a cruzar la carretera en un semáforo en rojo, un paso de peatones situado en la Torre del Oro, uno de los Bienes de Interés Cultural más preciado de nuestra ciudad. Bajo su mirada milenaria y embriagadas en nuestro mundo imaginario, una ráfaga blanca pasó por delante de nosotras cuando ya habíamos adelantado dos pasos, mientras una voz en grito alertó: ¡madre mía, ha faltado un segundo para que ese coche se llevase a esas dos chicas por delante!

    Una semana justa después, en el mismo lugar, han muerto arrolladas por un vehículo dos amigas, de 26 y 30 años, madrileña y sevillana, que atienden a las iniciales P.A.H y A.G.D según la prensa. He leído y visto la noticia en casi todos los medios de comunicación, no daba crédito. Allí estuvimos nosotras, podíamos haber sido cualquiera. ¿Por qué? Allí quedaron sus risas, sus últimas conversaciones como las nuestras, sus aspiraciones profesionales, sus amores, su pasado y truncaron su futuro, ¡malditos bastardos! No atienden  a nada, se lucran de las almas inocentes bajo efectos de sustancias  que no creo que superen a los de la verdadera droga que es esta Vida.
    Hoy, siete días después, como si de un Dejá-vú se tratase, leo las noticias y creo haberlo vivido antes, te llamo, no atiendes a razón, alucinas, flipas, como nosotras decimos y nos damos cuenta que hoy no podemos llorar por cosas absurdas, que no podemos divagar en miedos, que hay que seguir adelante con esos proyectos de vida y con la ilusión que da la edad y la juventud que se nos va casi sin darnos cuenta, como se fueron estas dos amigas, como nosotras dos, de la mano, compartiendo aventuras en una noche de  Pasión donde las calles de Sevilla se tornaron silencio y las despidió para siempre.
    Ahora, cuando pasemos por aquel lugar, haremos un guiño al cielo, de complicidad, de amistad, os recordaremos como a Marta al cruzar el puente y pensaremos que solo es un Dejá-vú, una sensación de haberlo vivido antes y que estáis en casa, o currando, o tomando vino en el Salvador como comenzaba aquella mañana que a Rosa y a mí nos ha hecho cambiar la senda de nuestras reflexiones…


     Carmona, a 3 de abril de 2010

Carpe diem - Amanda Eslava Martínez

gades81@hotmail.com

 

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  DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO
                                                    “A mi Jordi, en el día de su cumpleaños”

 

    El mes de abril como cada año nos trae rosas y libros, se celebra Sant Jordi y el día Internacional del libro; donde las ciudades se adornan con numerosos  stand repletos de libros  para el regocijo de los ciudadanos amantes de la lectura. Los libros ofrecen: la ilusión de conocer historias, viajar, aprender y deleitarnos con la lectura de autores reconocidos como: Pérez Reverte, Julia Narro, Matilde Asensi, Paolo Coelho, Maria Dueñas, Rhonda Birne, Jorge Bukay, Eduardo Punset, Miguel Delibes, y otros tantos…  Y como me iba a olvidar de ti, Juan Ramón Jiménez, ¿cómo podía olvidarme de Platero?, ese borriquito peludo y suave, con ojos negros y profundos como dos escarabajos, y de trote alegre, ¿cómo podría olvidarme de ti en este día?
    Desde muy pequeña me ha atraído el mundo de los libros, siempre me han acompañado, especialmente en mi soledad, en los viajes, en mis noches de insomnios, y en mi curiosidad. Siempre agradezco un libro como el mejor de los regalo; tengo tantos para leer y tan poco tiempo, que siempre me emplazo a la jubilación para poder dedicarme como a mí me gustaría, a mi afición favorita; aunque no creo que tenga esta circunstancia, porque ya el tiempo no sobra. 
    Me hubiera gustado tener  habilidad  para escribir, es como una vocación innata, pero Dios no me dio esa gracia, así que me conformo con poder disfrutar de los autores que Dios tocó con su mano y  les dio el don de la escritura e imaginación. Yo me aprovecho de la sabiduría del escritor y lleno mi biblioteca de libros. La narrativa me distrae y absorbe, los libros de autoayuda posan en la biblioteca, aunque solo tienen una visualización del primer día, quedando emplazados para algún momento que seguro me hará falta. No soy entendida en poesía, pero algunos poetas me embelesan.
    Que puedo decir de Lorca, me emociona cada vez que me recreo en su lectura; sus poemas abren mi corazón:


Mi corazón oprimido
siente junto a la alborada,
el dolor de sus amores
y el sueño de las distancias…


Y cuando leo a Antonio Machado mi alma la siento triste y contenta según sus versos:


Abril florecía
frente a mi ventana
entre los jazmines
y las rosas  blancas ,
de un balcón florido
vi la dos hermanas,
la menor cosía,
la mayor hilaba…
entre los jazmines,
y las rosas blancas…


    Mi conciencia se despierta y se subleva ante la poesía comprometida de Miguel Hernández, donde con su habilidad artística describe el hambre, la miseria de unos años difíciles para el pueblo:

Aquí estoy para vivir
mientras el alma me suene,
y aquí estoy para morir,
cuando la hora me llegue,
En los veneros del pueblo
Desde ahora y desde siempre.
Varios tragos en la vida,
Y un solo trago es la muerte.

    Y  así podría seguir nombrando a otros poetas que han deleitados mis días y mis sueños con sus poemas de amor, especialmente recuerdo a Neruda:

                                       Me gustas cuando callas porque te siento como ausente…

    Cuanta belleza, cuanta tristeza, cuanta nostalgia recogen los versos de cualquier persona que se atreve a poner sus sentimientos sobre un papel, incluso sin hacer caso a la métrica, porque los sentimientos son sentimientos, adornados con el arte, la pena, alegría, la ausencia, el amor y el desamor  de quien los escribe:


            Hoy siento mi alma enloquecida,
            esperando al alba, un nuevo día.
            Amor de mis amores, eres tú,
            en la noche y en el día,
            por ti yo muero, y mil veces  
           moriría…

                                                     

    En Ceuta, 25 de Abril 2010    

                                                                                                                    Fini Castillo Sempere

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                                                               LA CRISIS

    Estamos viviendo unos momentos de angustia, miedo y desconfianza, no podía ser de otra manera cuando  un número elevado de países, entre ellos España país al que pertenezco, está sumido en una profunda crisis económica. Estados Unidos fue el primero que dio la voz de alarma, y el resto de países casi sin darse cuenta se sumaron al fenómeno;  la inflación como denominador común entre otros factores causantes. Algunos entendidos llaman a la crisis “el Efecto JAZ” precisamente por nacer desde el centro de Estados Unidos  y expandirse al resto de los países afectados.  
    Según el INEN España ya cuenta con más de cuatro millones de parados, rozando los cinco; la cifra es escandalosa y muy preocupante.  Seguro que en casi todas las familias hay algún miembro que no tiene trabajo; en mi casa hay dos, y viendo como están las cosas, si lo encuentran será un milagro, claro siempre contando que la remuneración será bien escasa, no más de 1000 euros, después de cinco años o más estudiando una carrera universitaria, suponiendo un elevado coste económico y un gran sacrificio para los padres, que no pueden dejar de ayudarlos porque con esos ingresos y como está la vida, es casi imposible volar por si solos y formar su propia familia. Con esta situación se está creando un alto grado de desilusión en los jóvenes que ven su futuro sin esperanzas, acarreando  consecuencias colaterales que les pueden afectar en su desarrollo tanto físico como psíquico.
    Entiendo que ante esta situación el país tenga que tomar medidas drásticas y urgentes, entiendo que se rebajen los sueldos y entiendo que se bajen según ingresos, no solo lo entiendo sino que lo comparto. Pero lo que no entiendo es que no se controle a los que usan como medio de vida la economía sumergida, aquellos que van a ejercer cualquier oficio, cobran un dineral y no están controlados por Hacienda, ¡ah! y posiblemente también estén cobrando el subsidio de desempleo. No, realmente no comprendo porque a las profesiones  que no están controlados por nóminas, no le afecte esta situación de crisis en sus emolumentos, y enciman no colaboran con el fisco como debieran;  claro siempre hay excepciones. A mi entender una medida efectiva entre tantas, sería más control a las profesiones liberales, y a los trabajadores por cuenta propia, con el fin de medir la obligatoriedad del abono a la Hacienda  Pública con el mismo instrumento que a los funcionarios, o trabajadores controlados por nóminas.
    Los funcionarios y los pensionistas van a poner el hombro, y estaría bien si ese peso se compartiera con otros recortes, como la reducción del gasto público, y la supresión  de tantas cosas  innecesarias en estos momentos. Todos y todas debemos  apoyar medidas justas, donde el recorte sea más suave para cada uno de los afectado, claro eso sería si dentro de las medidas se hubieran eliminado y/o menguado otros gastos que en situación de crisis no son esenciales.
    No sé qué pasará en los próximos meses, no sé si las medidas adoptadas son las mejores, si se han tomado en el momento preciso, realmente no lo sé, pero de lo que estoy segura es que los vientos ahora no son favorables para nadie; pero menos para la cantidad de parados que hay. Familias enteras que solo viven de un sueldo, ahora no cuentan ni siquiera con eso, la única cartilla que tienen en su poder es la tarjeta del desempleo; Aquellos jóvenes que ya les toca empezar una nueva vida con su pareja, esposa o compañera, por el momento tienen que esperar, y posiblemente aún más para ser padres; porque ¿quién se atreve a emprender el camino de la paternidad, maternidad? si no se cuenta con los ingresos adecuados para poder mantener a la prole en unas condiciones óptimas de vivienda, vestido y alimentación. Si, realmente esta crisis me preocupa notablemente como a tantos otros padres que de momento ven un futuro difícil para sus hijos.
    Ahora solo nos queda poner todo el empeño posible para superar esta crisis, y no esperar que la crisis nos supere a  nosotros. No es el momento de reproches, eso se verá en “las urnas”, ya que cada cual valorará lo que estime oportuno;  unos estarán de acuerdo y otros en desacuerdo, ese es el juego democrático. Ahora es el momento de aunar fuerza y sacar este país para adelante, porque  todos y cada uno de nosotros nos jugamos nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos; ahora debemos luchar por mantener el “Estado de Bienestar”  ya llegará el momento de las campañas electorales, y ahí que cada cual haga su campaña, por supuesto siempre debe ser desde el respeto.


     Ceuta, 17 de Mayo 2010 

                                                               
Fini Castillo Sempere




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LA EMIGRACIÓN

 

     Hoy me ha tocado coincidir con el desembarco de subsahariano en un muelle de Algeciras. La verdad es que no es agradable presenciar el espectáculo. El miedo que se reflejaba en las caras de esos pobres desgraciados, donde algunos no se podían ni mover y tenían que ayudarles a caminar. Te hace reflexionar y pensar: ¿Para que sirven tantos acuerdos internacionales al objeto de paliar el hambre en el mundo? Todo es mentira. Los acuerdos se firman para que los políticos de turno, salgan en los medios que dan la vuelta al mundo, pero a sabiendas que al final no se cumplen.
    ¿Qué posibilidades tienen los países pobres de salir de esta situación tan calamitosa?: ¡¡Ninguna!! A los países ricos, les importa un bledo que tantos seres humanos mueran de hambre. Como está actualmente el problema, estos países africanos, asiáticos o hispano americanos, serán cada vez más pobres. La situación es fácil de reflexionar; la riqueza determina la salud y la salud determina la riqueza. Los pobres enferman, su enfermedad no les permite salir de la pobreza, originando así, que se debilite más si cabe la economía tanto familiar, como de su país.
    Cada día es mayor el índice de desigualdad entre los países ricos y pobres. El promedio de natalidad en los países ricos, es de dos hijos, mientras que una mujer africana o sudamericana trae al mundo entre siete o nueve hijos. En estos países, los hijos son considerados como un bien económico. Realizan trabajos útiles para la familia a partir de los cinco años y cumplido los diez, se considera que produce más de lo que consume. Es la fórmula  que poseen de asegurarse la vejez. Pero siempre con el hambre como fiel compañera. Compañera, de la que tratan de huir. Compañera que felizmente no conocemos, pero que tampoco sabemos agradecer nuestra situación, volviendo la espalda a estos pobres, que solo han cometido el grave pecado de nacer en un país sin recursos.
    Deberíamos de ponernos por un momento, en el lugar de alguno de estos desgraciados. La de mil y una calamidades, que habrán soportado hasta llegar a nuestras costas. Exponiendo todos sus ahorros y el mayor patrimonio que posee el ser humano ¡¡la vida!! para una vez alcanzado el objetivo, ser capturado por la guardia costera y devuelto al lugar de origen. Allí de nuevo, volverán a ser espectadores de la misma odisea, la falta de alimentos, el raquitismo y la muerte. Cada año mueren en el mundo, doce millones de  niños menores de cinco años, de  hambre o enfermedades derivadas de la desnutrición. Los que sobreviven a la infancia, tampoco lo tienen demasiado bien, en Sierra Leona o Afganistán, la esperanza de vida es de cuarenta y tres años. ¿No huiríamos  también nosotros de ese infierno?, ¿es justo que los recibamos con hostilidad?
    ¿No harían nuestras autoridades una labor mucho más loable y noble, controlando más de cerca a verdaderos desaprensivos como esos presidentes de comunidad, alcaldes  y concejales que se enriquecen con el dinero público y que nunca han pasado hambre?
    Voy a poner punto y final, porque me estoy calentando, puedo escribir algo fuerte y luego la censura -mi primo Manolo-, no me publique el escrito.

 

Algeciras, 6 de junio de2010

José María Fortes Castillo

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    HUIDA DEL MUNDO RURAL

 

     Las últimas lluvias torrenciales acaecidas en Rio de Janéiro, ha originado diversos  corrimientos de tierra, ocacionando decenas de muertos y desaparecidos. Es triste comprobar como casi siempre, los más humildes, son los que sufren las consecuencias de la falta de infraextructuras en sus zonas de residencia.
    Nuestra generación, está siendo testigos de una revolución urbana. Desde hace unos pocos de años, existe la tendencia por parte de los pueblos de todo el mundo, de concentrarse en grandes y pequeñas ciudades, huyendo de las zonas rurales.
En 1800, solo el 5% de los habitantes que componían la tierra, vivían en grandes ciudades. En este momento, la proporción está en el 55%. En la actualidad, cuatro de cada cinco latinoamericanos viven en áreas urbanas, como tres de cada cuatro en Asia y uno de cada tres africanos.                                                    
    Ciudades como México con 29 millones de habitantes y Sao Paulo con 41 millones, están supersaturadas y sus respectivas poblaciones se están duplicando cada 20 años.
No hay posibilidades de atender la gran demanda de los servicios más elementales y en particular viviendas, lo que obliga que en muchas grandes ciudades, se vean obligados a vivir en arrabales abrumadoramente superpoblados y en asentamientos ilegales. De esta forma viven 4 millones de personas en Rio de Janeiro las famosas “favelas”, o las “bustees” de Bombay donde malviven 6 millones de hindúes. También en Chile es conocida como “callampas” y “gourbevilles” en Tunez y más claramente en Argentina donde las llaman “villa miseria”.En Madrid, la Cañada Real empieza a ser otro ejemplo semejante.
    Todos los años y de esta forma, se asientan decenas de millones de personas en las ciudades, procedentes del campo en la mayor migración de masas de la historia. Agobiados por la pobreza rural y atraídos por las ciudades, con la esperanza de una vida mejor, descubren que no hay alojamiento, ni abastecimientos de agua o electricidad, ni alcantarillado, ni asistencia médica, colegio, etc.. Construyen sin dirección técnica y en lugares inapropiados, teniendo como consecuencias estos lamentables sucesos. Además no son bienvenidos, dado que los ciudadanos adaptados y con más o menos poder adquisitivo, se sienten molestos con su presencia. Es incuestionable que de algo tienen que vivir y si no disponen de trabajo renumerado, su única salida es el pillaje.
    A principio del siglo XX, Ceuta no fue ajena a este fenómeno. No tan acusado, pero sí parecido. A partir del año 1910, en nuestra ciudad se originaron unos acontecimientos, que tuvo como resultado, la gran invación  de gente venida del sur de la península. La construcción casi simultánea del puerto, palacio municipal, via férrea hasta Tetuán, con estaciones incluidas. Trajo consigo una gran demanda de mano de obra. Algo que escaseaba en nuestro pais. El ejemplo lo tenemos, que en 1910, el censo municipal era de 13.843 habitantes y en diez años llegó a 35.000. fue un éxodo en el campo de Gibraltar y provincia de Málaga. Casi triplicamos la población. Las consecuencias inmediatas a este fenómeno, es en lo que se asemeja al artículo en cuestión. Mas de 20.000 personas llegadas en poco tiempo, se tuvieron que buscar refúgio de la mejor manera posible. Se fueron instalando en varios puntos de la ciudad, que no fueron suficiente y llegaron a crear un arrabal, entre las murallas reales del Angulo y la vía férrea en construcción, que se conoció como Foso de San Felipe y popularizado como “barrio chino”. En este caso, tenemos que hacer la salvedad, que la gran arribada, fue como consecuencia de la demanda de mano de obra en la ciudad, por lo que nunca tuvieron que delinquir  y sí llevar una vida honesta. A principio de los años sesenta, las autoridades ceutíes, atajaron el problema y construyeron barriadas con viviendas dignas, que dieron solución al problema, de toda aquella buena gente.
    En el futuro, cabe la esperanza de paliar la huida hacia las ciudades, invirtiendo las prioridades nacionales y concentrar más recursos en el campo. Este sería un mecanismo que probablemente frenaría la emigración a las grandes urbes. Para esto sería necesario, que los políticos -que para eso son los listos que elegimos para que nos gobiernen-, no prioricen el rápido enriquecimiento personal a la labor de gestión. Si cada vez hay menos gente que trabaje el campo y cada día 250.000 bocas más que alimentar, algo falla en este sistema.

    Algeciras, 15 de junio de 2010.

José María Fortes Castillo

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                                      SINDICALISTA HASTA LA MUERTE
                                                                                           "¡Descanse en paz por siempre...!
"

    ¡Ha muerto! ¡Marcelino Camacho ha muerto!, y con él se van muchas historias, algunas tristes, muy tristes, de la etapa dura de lucha por los derechos de hombres y mujeres. Dicen que las estrellas de vez en cuando brillan de manera especial y su luz llega a algún alumbramiento, y el hijo que es tocado por esa luz brillará con luz propia, y estoy segura que Marcelino, sintió el resplandor de alguna estrella y su luz le guió en la lucha que emprendió por decisión propia para la defensa de los derechos de trabajadores y trabajadoras de este país.
    Marcelino Camacho, hoy tu vida se agotó, te has ido caminando con el paso lento de un anciano de noventa y dos años;  toda una vida, una vida llena de vicisitudes y de lucha. Siempre llevaste en lo más profundo de tu corazón a tus compañeros y compañeras, luchaste incansablemente por la justicia social, y fuiste padre de Comisiones Obreras, el sindicato que con orgullo día a día te recordará.
    Hombre de izquierdas, comprometido hasta la médula, la dictadura no se lo puso fácil, ni a muchos hombres y mujeres que creían en la libertad y en la democracia. El tesón, el esfuerzo y el compromiso de personas que buscaron entre la sin razón, la palabra más grande: ¡La Democracia! La cárcel te invitó a que la vivieras junto a muchos más compañeros de fatigas, pero no importo porque la lucha era justa,  porque cuando se gana, merece la pena el esfuerzo. A cambio tu lucha, ha quedado prendida en el alma de hombres y mujeres que a ti te despiden hoy con lágrimas y mucho sentimiento.
    Andaba yo por Sevilla en el 1974, y en mi Escuela me encontré con compañeras entrañables, me hablaron de un proceso,   de un sindicato y de sus líderes, y de la grave situación en la que se encontraban, dos de  ellas era las novias de unos jóvenes   procesados, era el proceso 1001. Allí me hablaron de ti, Marcelino, y de los 20 años que tendrías que estar sin ver la luz; cuantas cosas han pasado desde aquello, cuantas…
    Fueron años muy difíciles, el final de la dictadura, los demócratas lucharon duro para cambiar un país donde la dictadura había echado raíces rancias, pero al final y gracias a la lucha de personas comprometidas, se llegó a conseguir señor Camacho, lo que ansiabas.
    Marcelino Camacho ha muerto un día de otoño, en el mes que los arboles se desnudan y dejan ver sus intenciones; te vas Marcelino Camacho, pero no dejes de mirar hacía tus gentes.

    ¡Descanse en paz por siempre...!

   
     Ceuta, 29 de octubre de 2010

                                                                    Fini Castillo Sempere

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     Lo leí en el País o en el Diario de Cádiz, la verdad es que no acierto a acordarme en cual de ellos tuve la fortuna de leer el bello párrafo que a continuación apunto. Y si bien la cita  viene referenciada a los emigrantes, la verdad es que puede añadirse para cualquier situación de injusticia que pueda darse en las actuaciones diarias del ser humano, y que por   cobardía o por algún  interés bastardo, no acertamos a ponernos  del lado del compañero que ahí, junto a nosotros, sin atrevernos a levantar la voz, en nuestra presencia, sufre el terrible dolor de la humillación

  Y ella, cuyo nombre tampoco recuerdo, envío al apartado “De cartas al Director”, lo siguiente:
   
     Ellos dejaron su país  jugándose lo único que tenían: su vida.
    No podemos, ni debemos ignorarlo. Su único delito es haber nacido al otro lado del Estrecho y querer vivir con dignidad. Lo escribió Bertold Brech: «Primero se llevaron a los negros, pero a mí no me importó, porque yo no lo era; enseguida se llevaron a los judíos, pero a mi no me importo, porque  yo tampoco lo era; después detuvieron a los curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importo. Luego apresaron a unos comunistas, pero como no soy comunista, tampoco me importo. Ahora me llevan a mi, pero ya es demasiado tarde.»
 

    
    En Cádiz, a 4 de noviembre de 2010

                                                                    Manuel Castillo Sempere


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    …Aplícalo ahora a cualquier imagen que la gente tenga de ti y que te haga ver que eres un genio, un sabio, un santo o algo parecido; siéntete alagado, y en ese momento habrás perdido tu libertad, porque en adelante no dejarás en esforzarte por conseguir que no cambien de opinión. Temerás cometer errores, ser tú mismo, hacer o decir cualquier cosa  que pueda dañar tu imagen. Habrás perdido la libertad de ponerte en  ridículo, de ser objeto de bromas y chanzas, de hacer y decir lo que a ti te parezca, en lugar de lo que parece encajar con la imagen que los demás tienen de ti.
¿Cómo se acaba con esto? A base de muchas horas de paciente estudio, con concienciación y observación de lo que tan estúpida imagen te proporciona: una emoción mezclada de inseguridad, falta de libertad y sufrimiento. Si logras ver esto con claridad, te desaparecerán las ganas de ser especial para nadie  o de que nadie te tenga en una elevada consideración, no temerás  andar con pecadores y personajes de dudosa reputación y harás y dirás lo que te plazca, sin importarte lo que la gente piense de ti. Conseguirás ser tan falto de auto-conciencia como los pájaros y las flores, demasiado ocupados en la tarea de vivir como para preocuparse lo más mínimo de lo que los demás puedan pensar de ellos y de si son o dejan de ser algo especial para otros. Y, al fin, lograrás ser libre y audaz.

 

     Anthony De Mello -Una llamada al amor-.

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                                   MECÁNICA DE LAS EMOCIONES

 

      En el frenético pulso que la vida nos echa a cada instante, después de la pavorosa tempestad, aparece de modo inexplicable, como un contrabalance cotidiano, la calma. Deben ser las fuerzas que gobiernan nuestro cuerpo, también nuestra mente, las que buscando el equilibrio total –homeostasis se le conoce en términos científicos- necesario para la supervivencia psicofísica y la continuidad de las funciones vitales, encaren día a día el sendero que nos hace avanzar, desarrollarnos, crecer, madurar y morir, al menos, de acuerdo con la concepción finita de las cosas percibida por los estados ordinarios de nuestra mente. Pero hay mucho más en el complejo cerebral del ser humano: por ejemplo, algo que da la impresión de estar concéntricamente situado alrededor de dicho núcleo básico, aquello que el sistema emocional, sostenido por sinergias intuitivas, alejadas en cierta medida del espectro de la racionalidad, nos dicta e informa de manera subconsciente. Ese otro cerebro, el que guía nuestras fantasías movidas por la plástica de la imaginación, trabaja igualmente de forma subrepticia, a la manera de un iceberg que guardase en clave de oculto potencial, casi nueve décimos de su volumen sumergido, frente a uno sólo aflorando en la superficie.  
     Qué extrañas inercias nos impulsan a crear utopías, cuasi de la nada; qué inusitados poderes sostienen los marcos de valores de la ética y la moral más altruista; quién sabe explicar el origen de las oscuras fuerzas que recrean la maldad en el mundo y la mantienen hegemónica sojuzgando todo lo bueno que hay en el ser humano. Si pudiésemos hallar solución a dichas preguntas, seguramente adquiriríamos un sentido más coherente de la existencia; pues tal sentido, el de la vida, parece desplazarse a través de un fino hilo por el que tenemos que transitar, casi nunca, como expertos funambulistas: es fácil que nos desequilibremos cayendo a un vacío para el que no tenemos muchas veces red que nos soporte.
     Más que procurar explicarnos de entrada las sinergias intuitivas, profundamente ligadas a la imaginación y su poder de fabulación y fantasía, sería muy conveniente que nos dedicásemos a su experimentación emocional; ya que contienen un terreno abonado para intentar extraer algún tipo de leyes que, a nuestro juicio, sólo pueden ser alcanzadas por la vía de la inducción: a este conjunto de acciones y reacciones orgánicas-espirituales podríamos denominarlo -acudiendo a un cercano símil de la Física-, Mecánica de las Emociones. Pero… ¿cómo lograríamos hacer de tan ingobernable panorama un camino de vida y perfección?

     Málaga, 14-11-2010

                                               José Luis Pacheco   Díaz 
          

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                                              LOS  426 EUROS…

  
    Hay cosas que por más que uno quiera ser templado, comprensivo y respetuoso con el Gobierno que rige actualmente los destinos de  nuestro país, no podemos callar nuestras bocas por más tiempo. Y esto de  derogar a través de un decreto la ayuda de 426 euros  a los parados que han agotado la prestación por desempleo, es a todas luces, entre todos   los despropósitos que pudiera cometer el Gobierno, el mayor y el más difícil de entender.
    Cómo pueden cebarse entre la población desempleada, con mayor penuria y falta de los recursos necesarios para acabar y comenzar, de nuevo, cada día. Cómo pueden a los más menesterosos quitarles la exigua ayuda que hasta ahora recibían. Esos 426 euros, para muchos, eran lo único que poseían para sobrevivir en está jungla en que se va convirtiendo, poco a poco, pero de manera inexorable nuestra actual sociedad de consumo.
    Nunca podía imaginar que un Gobierno Socialista dictara un decreto de tal naturaleza. Pareciera que el mundo se ha vuelto loco, y ahora los socialista son más de derechas que la propia Derecha. Ahora los socialista ya no protegen y luchan por los proletarios del mundo;  no, ahora los socialistas protegen y luchan por seguir, a pies juntillas,  los dictados y las reglas desnaturalizadas de los Grandes Mercados Internacionales. Ahora los socialista ya no luchan por los derechos humanos; no, ahora, como ha dicho Zapatero en relación a los violentos sucesos ocurridos en los campamentos de los saharauis, los socialistas luchan por los intereses  exclusivos del país, dejando en la cuneta cualquier otra consideración, por noble y altruista que ésta se  considere.
    Me siento avergonzado por los cambios que se producen en el mundo de las ideas hacía posturas tan faltas de solidaridad hacia los más  necesitados, que nos es del todo imposible reconocernos en ellas… Parece que todo vale en esta insensible sociedad que nos a tocado vivir; parece que los sueños han caído en desuso y ya no podemos ni debemos soñar… ¿Para qué vale soñar?, si todo es pragmatismo, y sólo se atiende «lo políticamente correcto», si ahora, más que nunca, «poderoso don dinero», es la única filosofía y la única religión que  debemos entender y obedecer…
     Sin embargo, no podrán destruir el alma del Hombre ni el alma de las cosas. Pasaran estos días  de vergüenza y de deshonor, y volveremos a sentirnos cercanos de los que sufren, de los menesterosos, de los humillados, de los que tienen sed y hambre de justicia…Volveremos a sentirnos Hombres de verdad, de aquellos que tienden la mano del que solicita  una ayuda, un ruego, una sonrisa…
    Nada nos es ajeno, y no podemos renunciar a los valores que con tanto esfuerzo y voluntad ha costado a la humanidad labrar años tras año. No podemos renunciar, porque si renunciamos perderemos el sentido trascendente de la historia, y como consecuencia inmediata perderíamos también el propio sentido de nuestra existencia.
    Hemos dado algunos pasos atrás, pero ya hemos de pararnos y no retroceder más. Está escrito en nuestra Constitución el derecho al trabajo, y si no se pudiese obtener este derecho, no a lugar para que los ciudadanos de este país, no reciban de lo recaudado, lo básico, lo imprescindible para poder vivir dignamente. No es una limosna, ni una dádiva, ni un regalo de lo que nos sobra; no, no es eso, es un derecho, una derrama obligatoria que debe de estar al alcance del que lo necesita.
    No hay nada más triste, más doloroso, más amargo, que columbrar a otro ser humano olvidado de su condición y al albur de la generosidad del que pase…Y por tanto, no hemos de resignarnos con la actitud de este Gobierno Socialista, que pone desamparo a los más menesterosos, y desanda lo que a otros le ha costado tantos años caminar…
    Rebelémonos, pues, y demos al  necesitado lo que precise; y al que no lo merezca, la infalible papeleta de despojarlo del poder... Rebelémonos, y pongamos voz a nuestras conciencias,   lo que los sindicatos, perdidos en su burocracia y en su indolencia,  ya no saben o no quieren decir… Rebelémonos, y gritemos en la calle lo que es estar sin trabajo, lo que es estar sin una ayuda de aquellos poderosos que nos gobiernan…

    En Cádiz, a 6 de diciembre de 2010

                                                                Manuel Castillo Sempere

 

Nota Aclaratoria:
                           El que suscribe, a pesar de las críticas al Gobierno y a los Sindicatos, es y se siente socialista, porque el socialismo no es patrimonio de ningún Partido u Organización, sino que es patrimonio de todos los Hombres, allá dónde se encuentren…

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                                            NUESTRA VOZ…

 

   Hoy es 31 de diciembre, sólo quedan unas horas para que se acabe este año terrible de 2010. Un año terrible para lo trabajadores de este país. Un año de confusión e incertidumbre   para las conquistas sociales que con tanta lucha y esfuerzo se habían ido consiguiendo a través de los años. Los que tenemos una cierta sensibilidad social nos encontramos llenos de tristeza. Los que hemos sentido el socialismo como una vía de liberación del ser humano, nos encontramos desolados con esta forma de gobernar errática y de apoyo a los mercados internacionales. No podemos estar de acuerdo con este Gobierno pusilánime que es débil con los poderosos y feroz con los necesitados. No; no podemos estar de acuerdo, y lo gritamos fuerte y claro para que no haya dudas de lo que pensamos y sentimos.
    Si hace falta ayudar y arrimar el hombro para que el país salga adelante, aquí estamos nosotros para ayudar y ser solidarios; dígannos lo que tenemos que hacer y muchos de nosotros nos pondremos manos a la obras al momento; dígannos,  sí, dígannos… pero no traten de embaucarnos con medías verdades y falsas palabras. Díganos la verdad de lo que ocurre para que situemos nuestro corazón del lado que siempre lo hemos situado. Dígannos la verdad porque es nuestro derecho y porque queremos ser hombre libres…
    Hoy es 31 de diciembre, sólo quedan unas horas para que se acabe este año terrible de 2010.  Un año terrible para lo trabajadores de este país; sin embargo, no nos queda más remedio que pedir que vuelva la cordura a quienes tienen la  responsabilidad de gobernarnos,  y no nos retrotraigan    a la precariedad de los tiempos pretéritos de falta de libertad y de derechos sociales. Hemos asistido asombrados y apesadumbrados a la anulación de las prestaciones a los más menesterosos; y no debemos de callarnos por más tiempo, porque el grado de valoración  y de dignidad de una sociedad se mide por la sensibilidad  y la atención que pone en los más débiles.  De tal manera, que no vamos a consentir el olvido de lo que nada tienen y lo vamos a gritar tan alto, tan alto, que no quedará casa ni pueblo a la que no llegue nuestra voz…


    En Cádiz, a 31 de diciembre de 2010

                                                                Manuel Castillo Sempere

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                             DEL LADO DEL CORAZÓN…  
                                                    «Cinco horas  antes de venir…»


    Miren, cualquier actividad literaria, cualquier creación artística, siempre lleva un lado oculto, esotérico que no se muestra  a primera vista;  en este caso que nos ocupa, también internamente lleva una carga que no se aprecia de una primera lectura, pero que, sin embargo,  esta detrás de cada palabra  y de cada párrafo de “Ceuta mi niñez perdida…” Y lo que esta detrás de cada palabra y cada párrafo es la búsqueda de las raíces, la búsqueda de nuestro origen en un tiempo determinado y un lugar geográfico concreto llamado Ceuta. Quizás los que habitualmente vivís en Ceuta no sentís un cierto síndrome de extrañitud o de ausencia que nos alberga a los que vivimos en la diáspora; sin embargo, aquellos que estamos alejados del Estrecho si sentimos una cierta soledad y un cierto desamparo de nuestra tierra. Ser natural de Ceuta es algo que marca carácter de una manera extraordinaria. No lo digo en un sentido chovinista, o localista de sentirnos mejores que los demás, sino que nacer en Ceuta nos hace sentirnos de una manera  diferente. Ceuta es África, pero también nos sentimos europeos; y somos hijos de una cultura cristina, pero con nosotros conviven también otras culturas; y nuestra mirada comienza en la piedra gris y cárdena de la Mujer Muerta y termina en los abruptos acantilados del Hacho y el faro de Punta Almina, lo demás es mar, es mar azul que nos rodea hasta el infinito. Y díganme ustedes, si con estos mimbres se puede construir un cesto diferente a como es, a como son  nuestras almas…
    Los que hemos nacido en Ceuta, llevamos en nuestro interior, en nuestro corazón, una cierta tristeza, una cierta nostalgia de sentirnos marineros en aguas del Estrecho, navegando entre el Atlántico y el Mediterráneo. No, no es una licencia poética, ni un bello verso de un poema culto o anónimo, “es lo más necesario, lo que no tiene nombre…”, como diría Gabriel Celaya: es nuestra impronta. Sí, nuestra impronta es sentirnos marineros a medio camino entre el mar y el cielo transido de azul, o de nubes grises y blancas, de aguacielo- como decimos  de Ceuta-, en los vendavales y en los temporales de Levante… Nuestra impronta es eso: sentir la nostalgia como una herida en el costado; sentir las nubes, con el viento del vendaval,  correr por trozos de cielo añil, desde los montes del Atlas, la Mujer Muerta,  hasta perderse por el Hacho y luego el mar inabarcable… Esa es nuestra impronta: una cierta soledad, que aun se alarga, habitando en nuestras casas y en nuestras calles…Y que os podría yo contar si esa soledad se siente habitando otras casas y otras  calles lejos de aquí; que os podría yo contar, de esa cierta soledad, que ustedes al igual que yo, alguna vez habéis sentido  muy cerca del lado izquierdo, del lado del corazón…


    En Cádiz, a 10 de enero de 2010

                                                                   Manuel Castillo Sempere

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  Carta escrita al Archivo Histórico de Ceuta, agradeciendo su inestimable ayuda en la publicación del libro: "Ceuta, mi niñez perdida..." 

                                                                         

                                                             En Cádiz, a 27 de enero de 2011


    Estimados Rocío y José Luis:
                                                Efectivamente, es una agradable noticia que ya pueda ojearse el libro. Y qué os podría yo decir de este libro que vosotros no sepáis. Un libro costumbrista a medio camino entre la historia y la literatura. Y a medio andar entre la prosa poética y las descripciones de un niño de los años cincuenta… Sí; es verdad, me alegra que el libro haya terminado su impresión en la imprenta y se encuentre listo para editarse. Ha tardado quizás un poco, pero las cosas necesitan su tiempo para madurar y para saber valorarlas. Ha llegado cuando tenía que llegar: a su tiempo…
    Cuando se abre las  páginas de «Ceuta, mi niñez perdida…», hay tanto recuerdos, nostalgias, alegrías, tristezas…, que casi da un poco de temor releer sus párrafos y sentir de nuevos esas emociones  pretéritas que ya estaban algo olvidadas en la lejanía de aquellos años. Sin embargo, la deuda que de forma natural todos tenemos con nuestras raíces y con nuestra tierra, ha hecho que necesitara expresar, a la manera de un dibujante de cuadros, los diferentes retratos que un niño iba dejando salir desde el fondo de su alma…
    Y desde este trocito de mar azul que es Cádiz, uno se imagina a Ceuta: majestuosa y sola, navegando entre el mar y el cielo del Estrecho. Y en este instante uno se da cuenta que es prisionero de sus raíces y que no puede hacer nada por evitarlo. Ceuta es mi pequeña Arcadia, donde yo puedo atravesar el tiempo y alcanzar las horas, que aunque ya concluidas, aún puedo con sólo pensar en ellas, recuperarlas…
    Si bien el libro está escrito por mi, es una insensatez pensar que pudiera ser mío, pues es un poco de todos los lugares, de todas las horas, y de todos los personajes que se asoman a sus páginas. El autor bien pudiera ser anónimo, pues cualquier niño de aquellos callejones y aquellos patios y plazas, pudiera haber narrado mejor que yo, lo que acontecía en esos días… Y acaso los niños, no juegan todos a los mismos juegos, y tienen las mismas ilusiones y las mismas fantasías… Pues, entonces, dado que los niños juegan y tienen las mismas fantasías, podemos entender que  el niño que va relatando cada uno de los capítulos, es también a la vez, todos y  cada uno de esos niños…
    Quedo agradecido que el libro haya sido promovido por el “Archivo Histórico”, y naturalmente por vosotros, que dedicáis tantas horas a este menester de divulgar la historia y  la memoria de Ceuta; no puede haber estado en mejores manos lo contado en esta obra, para que quede constancia de lo acaecido en un tiempo y en un lugar a las gentes que  nos tocó vivir a mediados del siglo pasado en nuestra ciudad.
   Quedo, por tanto,  agradecido, y seguramente, algunos otros, también os lo agradecerán…

                                                 Manuel Castillo Sempere

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                                       HEMOS REGRESADO…

 

    Hemos regresado de Ceuta de presentar: "Ceuta, mi niñez perdida....", el libro que hemos escrito acerca de Ceuta y de la niñez... Dos palabras, únicas, mágicas: Ceuta y niñez. Y fue un día inolvidable, cargado de emoción, donde fuimos desgranando todos nuestros sentimientos que guardábamos, durante años, como el mejor de los tesoros, en nuestra alma... ¡Ah, que emoción! ¡Qué ventura ver a tantos vecinos y amigos llenar el aforo del Salón de Exposiciones de las Murallas Reales! ¡Qué dicha verlo a rebosar, repleto -sin que cupiese un alfiler- de gente sencilla y buena, gentes del pueblo…! ¡Un río de gentes prestas a sumergirse durante una hora en nuestra memoria, en nuestros recuerdos...! Y si el discurso que pronunciamos, tal vez, pudo ayudar a esa vuelta al pasado, la proyección de 400 antiguas fotografías de la ciudad, y de los presentes y familiares de los allí congregados, fue determinante para que el tiempo por un momento diese la sensación que se hubo parado, y el calendario fuera dando pasos hacia atrás hasta remontarnos al año 1958.
    Después fue soñar despierto, pero al fin y al cabo, soñar que el tiempo había roto sus barreras de horas, y podía de nuevo abrazar a aquellas paisanos, y oler el aroma imposible de los jazmines blancos que caían todas la noches del jazminero, que como un ángel custodio, se abrazaba a la puerta de mi casa...
    Pasada ya la emoción de aquellos momentos, he sentido la necesidad de reflexionar sobre lo acontecido en el Salón  de Exposiciones. Sin embargo, no es fácil explicar por qué aquellas personas, al filo del final de la tarde, cuando los luceros principiaban a encender sus candiles,  decidieron acudir a la cita que el cartel de la presentación del libro les anunciaba.
     Tal vez, fuera la nostalgia, o la necesidad de avivar la memoria, puedan decir algunos; o volver a  una época llena de gratos recuerdos, dirían otros… Pero, en verdad, si somos sinceros, no sabemos  por qué se llegaron a las Murallas Reales, por qué se llegaron al “Angulo”, al punto de las siete de la tarde.
     Podemos apuntar diversas razones, y seguramente todas estarían acertadas; mas nosotros nos inclinamos por decaer cualquier razón que apunte a una motivación concreta que nos resuelva la cuestión. En cambio, a nuestro parecer, son los sentimientos que se guardan allá, en lo más recóndito de nuestro interior, lo que hace que se muevan, que tiemblen nuestras almas, para recobrar nuestros mejores deseos y nuestros anhelados sueños…
    Y  porque como allí dijimos, y casi por instinto, sabemos:  «los pueblos que no recuerdan su historia, los pueblos que son desmemoriados y no tienen memoria, son pueblos que no tienen alma… y por tanto, más tarde o más temprano, están condenados al abandono y que el polvo del olvido los cubra…»
    Y Ceuta, nuestro pueblo,es claro, tiene memoria  y  tiene historia, y  un alma   grande, grande…inabarcable.


   En Cádiz, a 1 de marzo de2011

                                                            Manuel Castillo Sempere

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                         UN LIBRO, UN BARRIO Y UN SENTIMIENTO

        

    Nuestros viejos corazones, no están para soportar tantas emociones. Gracias a que estos momentos no se prodigan demasiado, porque en caso contrario, nuestros ritmo cardíaco se vería notablemente afectado.
    Viene esto a cuento, por la emotiva tarde que vivimos el pasado 25 de febrero, la mayoría de los asistentes, al acto de presentación del libro titulado “Ceuta, mi niñez perdida...”.
    El prolegómeno del señor Alarcón -Director de la Biblioteca de la Ciudad Autónoma de Ceuta-, fue impecable, como siempre. Alarcón posee el don de la dicción. Con ese saber hablar, nos fue introduciendo en el mundo de Manuel Castillo y su obra. Sabe llegar al oyente con tanta facilidad, que por momentos, pensé que conocía a mi primo mejor que yo.
    Seguidamente, tomó la palabra la hermana del autor, Fini Castillo. Todos conocemos a Fini y el cariño que le tengo. Por lo tanto, aquí me cuesta ser objetivo. La pasión me empuja a oírla embobado. Narró momentos de la vida de su hermano, con la dulzura que la caracteriza y finalizó, besándolo y abrazada a él. No sin antes definirlo como un gran poeta. Emotivo, muy emotivo.
    Llegado el turno al autor, este nos trasladó de nuevo al Viejo Barrio del Asilo. Entre jazmines, claveles y geranios rojos al sol, detalló el Patio de la Ramblilla. Aquel lugar, donde vio la luz por primera vez y fue escenario de sus primeras aventuras infantiles, lo lleva grabado a fuego, en su corazón. Nos dijo -como solo puede hacerlo alguien que ama la prosa poética -, la emoción que le embargaba, cuando por las mañanas, después de levantarse, al dirigir sus pasos a la cocina, tenía que atravesar un par de metros de aquel patio. Aquel suelo, siempre estaba teñido de blanco. Un jazminero empecinado en crear una alfombra blanca en aquel trozo de suelo, fue el gran culpable. Aquel arbusto, inyectó en aquel niño, conocido como “Manolín”, el amor a la belleza, una sensibilidad innata, que le ha llevado a convertirlo, en el  escritor y poeta que es hoy.
    Manolo me hizo derramar un par de lágrimas, cuando recordó “Al Chache”. Aquel viejo marinero era mi abuelo, al que después de cincuenta y dos años de su fallecimiento, aún sigo queriendo con todas mis fuerzas.
    Tuvo recuerdo para los Gaonas; para Manolito de Vitoria; para los Vallejos;  para los vecinos del patio de “Arriba”; y no le pasó desapercibido la presencia de Gabriel León, el más genuino representante de los pescadores Ribera. Así también, recordó a personajes como África la Macho; a los maestros y profesores del Instituto; a la Virgen  del Carmen y su paseo por las aguas del puertos; a los días de gira a las playas de Calamocarro, Benzú y Tarajal;  e incluso a mi épica pelea con los monos de San Amaro; y acabo,  citando con nostalgia, el paisaje urbano de entonces, como el  Muelle Comercio y San Amaro, y los espejos azules del Paseo de la Marina y Paseo de las Palmeras.
    Todo el salón de acto, estaba repleto y allí mismo pensé: ¿como es posible tanta añoranza de aquel barrio? Aquellos tiempos, eran momentos muy difíciles. Recién finalizado nuestro  maldito enfrentamiento civil, coincidió  que   Europa, a su vez,  comenzaba su gran guerra, la 2ª Guerra Mundial; y  nosotros, terriblemente doloridos  y exhaustos, quedamos abandonados, desamparados… No teníamos nada y si algo sobraba, era el hambre.
    Y al hilo de lo anterior, mi reflexión, mi necesaria  pregunta, pudiera ser: si fueron años tan penosos, ¿por qué lo añoramos…? Sencillamente, aquel barrio tenía embrujo. Nos impregnó de algo que corre por nuestra sangre.
El ejemplo más claro, está en el viernes pasado en el salón de conferencias de las Murallas Reales; un libro y un barrio, nos unió de nuevo a todos por un mismo sentimiento: la nostalgia. A la vez que,  por fin, el autor, recuperó su niñez perdida…

  Algeciras, 4 de marzo de 2011

                                                      José María Fortes Castillo

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    Querido amigo:

    Me dió mucha alegría hablar con Tely, y contigo, siempre es muy gratificante reencontrarse con los amigos, aunque sea telefonicamente.

    He reflexionado sobre   lo que hablamos. Quiero compartí contigo algo que escribí en esos momentos tan triste de mi vida.


    Querido diario:

    Te voy a contar lo que está sucediendo en mi vida. Mi hermana Loli, la tata, se encuentra muy enferma.
No voy a  contarte cuál es su enfermedad, solo quiero que sepas, que muchas veces a lo largo de mi vida, he escuchado, a familiares de personas que se fueron decir: Dios me tenia que haber  dado la oportunidad de haber estado junto a él- ella. Dios me tenia que haber dado la oportunidad de haberle demostrado lo que significaba para mi. Dios, Dios, Dios, siempre le achacamos todo lo que dejamos de hacer a Dios.

    Dentro del dolor que siento, considero una gracia de Dios, el concederme la oportunidad de esta cerca de ella, el demostrarle cuanto la quiero, el aliviarle con la palabra y las obras su pena. Ella es consciente de su enfermedad, siempre fué muy lista, lo que ocurre, que como buena madre y esposa que es, le preocupa más, el dolor de sus hijos y esposo, que el suyo, no quiere hacerles sufrir... pero está muerta de miedo.

    La tata significa para mi, mucho más de lo que yo creia. Tengo muy claro,lo que siempre digo: En vida hermano, en vida. Cuando se marche, ya no tendré más oportunidad de está con ella, ni decirle cuanto la quiero. 

    Quiero recordarle muchas veces, que está habitada, por el amor infinito  de Dios,ese amor suave, confortable,tierno y amable. 

   Que recuerde solo las cosas gratas y buenas que haya vivido, visto y experimentado. Si sus cinco sentidos contemplan solo lo bueno, su mente estará en paz, y cuando llegue el momento de partir, no será tan doloroso.

   Creo que al  estar arropada por el cariño por su familia, eso sin duda, le tiene que facilitar su transito a los brazos del Padre-Madre de Amor infinito que no cesa de cuidarnos.

     Y te lo digo con sinceridad (no podría hablar de otro modo) para mí la muerte no es una enemiga. Cuando Dios me llame, se que descansaré de este mundo de formas mutables , de este mundo de alegría-sufrimiento, y estoy convencida,  que será una bendición ( y sabes que tengo la fortuna de poder apreciar la Belleza de la Creación) y confió en que el miedo que no siento ahora, si apareciase que se que no, no podrá quitarme de mis labios ni mi pensamiento ni sentimiento su Santo Nombre.

    Y ahora, siendo realista, sin perder de vista que no puedo rechazar mis sentimientos tristes por el dolor, ni escaparme de ellos evadiendome a las alturas ( cosa que he repetido y en lo que soy experta) porque sé que eso no es estar con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo; la inteligencia infinita que Dios pone en las circunstancias, me enseña que tengo que está cerca de ella, de Juan y de los niños... Con ella, se sierra un ciclo de mi vida.  

    Querida tata, sigues paseandote por esa playa blanca de agua cristalina, sigues buscandolo, Él te lleva grabada en su corazon, y,no lo  olvides nunca: Quién a Dios tiene, nada le falta.

 

    "Si piensas en Dios como el más próximo de cuantos nos son próximos, serás testigo de muchas maravillas en tu vida." 
    
    Cuidaté con mucho Amor, cuidaté como si Cuidases a Dios así Dios que te habita siempre podra encontrar las condiciones que más deben gustarle las amorosas para manifestarse con más facilidad a través de tí.

    Creo firmemente en el Resucitado, creo que nadie muere.

    Te quiere...Tu hermana.

     En Cádiz, Enero-abril de 2011

                                                    Maricarmen Villanueva

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                            CRIMEN EN LA REDACCIÓN

                                                      "Julio César mientras recibía las puñaladas en el Senado:                                                         Bruto ¿tú también?”

                                                      "Si me lees te leo, si me nombras te nombro, si me elogias te                                                         elogio, si me aplaudes te aplaudo; si me criticas…" (Dialogo                                                         entre colegas)

    
    Uno de los gremios peor avenidos en este país nuestro es el de los escritores, periodistas, colaboradores, escribidores y otros subgéneros que pululan alrededor de la letra impresa, en cualquiera de sus formas. Solo rivalizan con ellos en contundencia la clase política en sus luchas filisteas y las pirañas en su voracidad. Hay quienes utilizan sus cumbres mediáticas, sus columnas y editoriales, para ajustar cuentas entre si, o atacarse los unos a los otros, con absoluto desprecio hacia los sufridos lectores a quienes aburren el espectáculo de estos reñideros de gallos con plumas. Otrora los clamorosos silencios ¡ese ninguneo tan español! … Y es que en esta actividad escribidora se crean las condiciones óptimas para aquello de: “Tirar la piedra y esconder la mano.” El lenguaje castellano posee muchos recovecos, pliegues y atalayas para francotiradores de la palabra, que urden utilizarlos (yo también). No desaprovechan ninguna oportunidad, hay gente de esta que vive en permanente estado de acecho, como recomienda el  antropólogo Carlos Castaneda. Cazadores cuya presa preferida es algún colega, o próximos de su misma especie que proporcionen la dosis semanal o diaria de sangre, a su público ávido que clama en las gradas del circo mediático; aparte la satisfacción personal, verduga, de quien ejecuta la agresión, sea esta merecida o gratuita.

     Por otro lado, no se entiende que un oficio de letras, en aparente oposición con el de armas (digo aparente porque ahí esta Cervantes que compatibilizó ambos ¿o fueron por etapas?), desate instintos tan primarios. Uno lo esperaría de la cofradía de los matarifes o los dinamiteros, pero no de ilustrados periodistas que se manejan a diario con pensamientos sublimes y lenguajes dorados, que se jactan de haber sido un cuarto poder en la democracia, por supuesto, cuando esta andaba en pañales, ¿siguen figurando en esa lista?  

     Periodistas, escribidores ¿Eclosión, implosión del Ego? De eso más a mas edad, como un tributo a una deidad invisible que acaba drenándoles todas sus energías, dejándolos secos y estériles, entre estertores de envidia espumeante, pantallas de ordenador en blanco, mentes en blanco, tinteros vacíos…

    ¡Que destino! ¿Cómo sospechar que entre las páginas de un periódico o las tapas floreadas de un texto, encuadernado con primor, se oculte una daga emponzoñada? ¿Qué el veneno viaje entre renglones? ¿Qué detrás de aquella oda a la tibia primavera emerja una amenaza o se levante un desafió? Mejor no personalizar: Lucha de clases ¡Si! eso de lo que nadie quiere hablar, que se considera superada (sic), como todo aquello que no se puede-quiere resolver, mejor considerarlo “superado.” O pasado de moda ¡Como si la historia, su motor fueran un asunto de modas y pasarelas! Como pueda que sea, persiste, es otro rayo que no cesa, otro relámpago que no se apaga. Ceniza en el cielo: justicia en la tierra. El oficio no está hoy para espíritus delicados y poetas que nos deleiten o duerman con las descripciones del temblor de su Ego, solo comparable a los lúgubres cementerios, amaneceres inciertos o al mar bravío. El Humanismo ha muerto y nadie sabe como ha sido. En su lugar se levanta la encumbrada competitividad ¡Darwin a la palestra! Guerra de simios. Rebelión en la granja. Un mundo feliz ya se han quedado cortos rebasados por la realidad circundante… ¡Para que seguir! todo está ya escrito: La mitad es nocivo, la otra mitad inútil.

    Aviso a navegantes. La advertencia esta pronunciada. Quien sufra estas debilidades del espíritu mentadas y sienta urgencias de comunicarlas por escrito que rebusque en otras partes: nada de periodismo. Mejor que escriba en el viento o en la arena, acaso en una piedra para que no se borre aunque la tiren al mar, atada al cuello de su autor; más juicioso sería que aprenda a tocar la flauta, bricolaje o se compre una consola interactiva, pero que no ingrese en la corporación de los hierofantes de la letra impresa o se podría morir del susto. Del susto o de una puñalada trapera al salir de la Redacción.

  
     Río Martín, junio de 2010 -Cronica redactada en un periódico de Tanger.-


                                                                      D'Alacant

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                              M I   A M I G O   A N T O N I O.

                                                          “Llevaba en una mano un loro de juguete, de esos que funcionan                                                             con pilas y que repiten lo que se les dice. Antonio lo miraba                                                             entusiasmado. Su cara cambiaba con cada palabra que el loro                                                             repetía”.


   Desde siempre me han interesado las personas que se salen de lo normal. Me refiero a esos personajes que encontramos en todas las ciudades y pueblos y que, bien por su forma de vestir o de comportarse, se salen del patrón estándar que la mayoría consideramos como "normal". Ya desde mi infancia me llamaban la atención ese tipo de personas.

   Ahondando en mi memoria, creo que la primera de estas personas que recuerdo es un hombre al que llamaban "el morcillero". Parece que lo estoy viendo. Era un hombre grueso, de unos cincuenta y tantos o poco más de sesenta años, que siempre llevaba unas gafas de  oscuros y gruesos cristales que le ocultaban los ojos. Nunca pude ver sus ojos. No sé a qué se dedicaba, si tenía algún  trabajo o alguien lo mantenía. Lo cierto es que los niños de entre doce y catorce años le llamaban "el morcillero" y contaban que se dedicaba a coger niños para sacarles "las mantecas y las morcillas". A mí, que entonces tendría siete u ocho años, me impresionaban y asustaban estas historias. Pero como nos juntábamos una pandilla de niños que iban de los cinco a los quince o dieciséis años, yo también participaba involuntariamente de algunos de sus juegos. Uno de ellos consistía en colocarnos en determinado lugar a una hora a la que los más mayores sabían que habitualmente pasaba "el morcillero". Cuando lo veíamos, alguno gritaba: "morcillero, morcillero" y todos salíamos corriendo. Automáticamente, "el morcillero" reaccionaba como si le hubieran metido el diablo en el cuerpo, corría como un desesperado y apedreaba sin ton ni son a quien tuviera o no algo que ver con el insulto. En más de una ocasión rompió lunas de escaparates o cristales de ventanas e hirió en la cabeza a algún viandante que pasaba por allí.

   Recuerdo a otro personaje, una mujer llamada Emilia que llevaba muchos años sin salir de su casa. Vivía con su madre, la señora Ana, la cual se encargaba de hacer los mandados a la tienda y otras pequeñas tareas que les permitían subsistir. Según yo oía contar a mi abuela, Emilia había estado casada, pero al poco tiempo de casarse estalló la guerra y su marido hubo de ir al frente, muriendo en una batalla. Dicen que, a raíz de esto, Emilia perdió la cabeza, se encerró en su casa y ya no quiso salir más. Algunas veces se la veía tras los visillos de la ventana de la puerta de la calle y su aspecto era bastante siniestro.

   Sin embargo, cuando hicieron unas casitas de planta baja (como eran todas las de mi barrio) frente a la casa de Emilia, a ésta le dio por querer trabar amistad con una de las familias que allí se fueron a vivir. Empezó a salir a la calle, siempre acompañada de su madre, y parecía querer recuperar a base de paseos callejeros todos los anteriores años de enclaustramiento.

   Se las veía a las dos cogidas del brazo, dando largos paseos de una punta a otra de la calle hasta altas horas de la noche, tuviera o no ganas de pasear la pobre señora Ana.

   Emilia quería, a toda costa, trabar amistar con unos de los nuevos vecinos. A pesar de su estrechez económica, les llevaba regalos, como galletas, botes de mermelada o chocolate. Llamaba a su puerta y los de dentro, que no querían ningún trato con Emilia, le decían que se marchara. Ella insistía con buenas palabras, volvía una y otra vez y siempre encontraba la misma respuesta. Hasta que un día, harta ya de tantos desaires, Emilia se cansó y decidió apedrear la casa de los vecinos, profiriendo a la vez toda clase de improperios contra ellos.
A los pocos días, a Emilia se la llevaron a un manicomio y a la señora Ana a un Asilo.

   Podría recordar a muchos de estos personajes, como Tobalo, al cual recuerdo con los pantalones remangados hasta un poco más abajo de la rodilla, una boina y una florecilla o una ramita de perejil sobre una de sus hermosas orejas y correteando tras los grupos de muchachas que salían a pasear. De Manolo, "el sardinita", que cantaba saetas al paso de las "procesiones" que organizábamos los niños por Semana Santa. De África, "la macho", mujer adelantada a su tiempo, de las primeras que usó pantalones y fumó en público. Competía en fuerza con los hombres transportando carretillas con garrafas de agua en las épocas de sequía, o descargando barcos en el muelle.

   Podría hablar de muchos más. Algunos de ellos tenían, o tienen, disminuidas sus facultades mentales, pero otros no. Simplemente son diferentes, incomprendidos, iluminados, adelantados a su tiempo o como se les quiera llamar, y no encajan en nuestro formato estándar. Mucha gente los mira con recelo e incluso con desprecio, pero yo siempre los he respetado y me han interesado.

   En esta historia me voy a centrar en lo que me ocurrió hace ya varios años con uno de ellos. No sé su nombre ni he querido saberlo. Podía haberlo averiguado con facilidad, pero he preferido mantenerlo en el anonimato como una especie de misterio conmigo mismo. Para identificarlo lo voy a llamar, por ejemplo, Antonio.

   Antonio era un hombre, calculo yo, de unos sesenta y pocos años, de complexión fuerte, grueso y calvo. Casi siempre cubría su calvicie con una boina o una gorra. El poco pelo que le quedaba era blanco y su piel, morena. A pesar de que yo llevaba viviendo once años en aquel barrio, a Antonio nunca lo había visto  por allí hasta entonces. No sé de dónde salió. Era verano, el mes de agosto, y apareció de pronto un día que yo estaba comprando en la farmacia que había frente a mi casa. Me encontraba  apoyado en el mostrador y de espaldas a la puerta cuando oí:

   - "¡Vaya lorito que tengo! Vamos a cantar una canción: ¡Que viva España! La gente canta con ardor. ¡Que viva España!".

   Me di la vuelta y vi a Antonio en la puerta de la farmacia. Llevaba en una mano un loro de juguete, de esos que funcionan con pilas y que repiten lo que se les dice. Antonio lo miraba entusiasmado. Su cara cambiaba con cada palabra que el loro repetía. Lo mismo se quedaba muy serio que soltaba una carcajada. En la otra mano llevaba unas tiras de papeletas para rifar al loro.

   - "¡Vaya lorito que tengo! A veinte duritos la tira. Esta noche por la Cruz Roja".

   Esa fue la primera vez que vi a Antonio, y me llamó la atención. Llevaba un pantalón de mil rayas, claro y fresco, de tejido veraniego, unos zapatos calados, una camisa de manga corta por fuera del pantalón y una gorra azul. No se podía decir, ni mucho menos, que fuera mal vestido.

   Salí de la farmacia y me quedé en la acera de enfrente mirándolo discretamente. Al cabo de unos minutos, salió y emprendió el camino calle arriba en dirección al centro de la ciudad. De vez en cuando se paraba, le hablaba al loro, lo acariciaba, soltaba una carcajada, mostraba contrariedad, continuaba andando, entraba en una tienda, salía, volvía sobre sus pasos, y así estuve un buen rato, observándolo, hasta que se perdió a lo lejos.

   Desde aquel día, Antonio se convirtió en un personaje bastante habitual en mi barrio. Lo veía con frecuencia, aunque había temporadas en las que desaparecía y no quedaba rastro de él. Al cabo de un tiempo, volvía a aparecer. Casi siempre rifando algo o vendiendo lotería de la Cruz Roja.

   Era muy corriente verlo en la puerta de la tienda de las hermanas, una tienda de comestibles regentada por dos hermanas, una viuda y otra soltera. Esta tienda tenía la particularidad de que siempre estaba abierta, desde las nueve de la mañana hasta las diez de la noche, todos los días del año: Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Jueves y Viernes Santo y demás fiestas importantes. Sólo cerraban algunos domingos por la tarde, pero no para descansar sino para ordenar y limpiar la tienda.

   Era una tienda que realmente nos sacaba a todos los vecinos de algunos apuros. Que era mediodía y hacía falta sal para la comida, allí estaba abierta la tienda de las hermanas; que eran las nueve y media de la noche y hacía falta pan para la cena, las hermanas siempre tenían alguna barra; que un domingo íbamos a freír patatas y no había aceite, las hermanas seguro que tenían.

   En la tienda de las hermanas entraban personas de lo más diverso. Lo mismo acudían a ella los domingos gente adinerada que vivían en el centro a sabiendas de que la encontrarían abierta, que personas muy humildes que tenían abierta una "cuenta" y se iban llevando los "mandados" que necesitaban diariamente para pagarlos a final de mes.

   Era muy corriente ver a Antonio en la puerta de la tienda de las hermanas. Cada vez que me lo encontraba procuraba observarlo sin que él se diera cuenta. Había días que iba magníficamente vestido con un traje marrón de finísimas rayas verticales blancas, unos zapatos negros relucientes, camisa blanca y corbata a juego con el traje. Y por supuesto, gorra marrón. Otras veces lucía un impecable traje azul con camisa blanca y gorra gris.

   Contrastaba esta vestimenta con los cupones de la Cruz Roja, el lorito con las tiras de papeletas para rifarlo o una muñeca vestida de militar con una trompeta en la mano que cuando se la acercaba a la boca sonaba un toque de diana o una marcha militar.

   ¿De dónde habrá salido este hombre? ¿Cómo es que viste tan bien y, sin embargo, rifa juguetes y vende lotería? ¿Dónde vivirá? ¿Está loco o es más listo que los demás? ¿Será feliz?. Todos estos interrogantes me venían a la mente cada vez que lo veía. Me daba pena verlo deambular por las tiendas o por la calle intentando vender los cupones de la Cruz Roja o las papeletas para rifar sus estrambóticos juguetes. Pero a la vez me fascinaba; parecía tan feliz, tan autosuficiente. Era muy raro verlo relacionarse con alguien más allá de la venta de sus papeletas. Parecía que para él eran suficientes las conversaciones con sus muñecos.

   Un sábado por la mañana fui a comprar el pan a la tienda de las hermanas y allí estaba en la puerta Antonio, impecablemente vestido con su traje marrón y un manojo de cupones en una mano. Mientras esperaba a que me despacharan lo oía cómo tarareaba una canción:

   - "Madrecita María del Carmen, hoy te canto esta bella canción".

   Discretamente me dirigí hacia un extremo de la tienda para poder observarlo. Lo veía de perfil. Estaba interpretando con gran sentimiento. Lo mismo ladeaba la cabeza que se le inflamaban las venas del cuello o cerraba los ojos, según lo requiriera la letra de la canción.

   "Este hombre es fascinante", pensaba para mí. "¿De dónde demonios habrá salido?".

   Me puse a inventar historias explicando su situación. Seguramente habría sido un hombre de negocios con mucho dinero, pero por los azares de la vida se había arruinado y ahora se veía en precaria situación. O quizás habría sido un bohemio, un artista, pintor o poeta, al que el amor no correspondido por una bella mujer le había hecho perder el juicio. O a lo mejor era un marino al que su barco lo había abandonado y no tenía medios para volver a su tierra.

   Aquel día me hice el firme propósito de intentar conocer su historia. Lo primero que iba a hacer era seguirlo para saber dónde vivía, dónde comía, qué hacía durante todo el día. Lo seguiría todas las veces que pudiera, siempre que me lo encontrara. Sobre todo los sábados y domingos. Esos días yo no tenía que trabajar y podía dedicar todo mi tiempo a conocer la historia de Antonio. Aquel mismo día comenzaría mi trabajo de detective.

   Subí rápido a mi casa, dejé el pan y bajé vertiginosamente las escaleras para que Antonio no se me escapara. Afortunadamente, seguía en la puerta de la tienda de las hermanas. Comencé a dar paseos de una punta a otra de la calle sin perderlo de vista. Mi trabajo de observación se simplificaba por el hecho de que Antonio apenas reparaba en lo que sucedía a su alrededor y mucho menos iba a fijarse en mí.

   Permaneció inmóvil durante una media hora. Eran ya las diez y media. Después comenzó a andar en dirección al centro de la ciudad. Su caminar iba acompañado de todo el ritual que desarrollaba: paradas, entradas y salidas de comercios, vueltas atrás, etc. Pero como esta vez no llevaba muñecos, su andar era más ligero.

   Llegó hasta la Iglesia de los Remedios y allí se paró delante del mosaico de losetas que representa al Cristo de la Buena Muerte  que está junto a la puerta principal. Se quitó la gorra, se santiguó y vi que pronunciaba algunas palabras. Seguramente le rezaba una oración. A continuación siguió su camino calle abajo hasta llegar a la Plaza de la Constitución, donde estaba el Mercado Central de Abastos y las paradas de todos los autobuses que partían en dirección a las diferentes barriadas. Eran ya las doce del mediodía. Se detuvo de espaldas a la fachada principal del Mercado, donde se colocaban diariamente los vendedores de lotería. Allí el trasiego de gente era enorme. Llegaban los autobuses y riadas humanas se esparcían en todas las direcciones, gente que entraba y salía del Mercado, las colas de los que esperaban otro autobús. La verdad es que era un buen sitio para vender lotería.
Compré un periódico en un estanco próximo y me senté en un banco para observarlo  con tranquilidad. De vez en cuando disimulaba hojeando el periódico.

   Los loteros vociferaban ofreciendo sus números, acompañándolos con los apelativos que cada uno de ellos tiene y que constituye el argot que todos los aficionados a las loterías conocen. Hasta entonces no había oído la voz de Antonio en toda su dimensión. Poseía un vozarrón potente, propio de cantante de ópera, que sobresalía por encima de los demás:

   - "El 51, la cabra. El 76, el agua. El 41, el carbón. El 26, el pollo. El 47, el mundo. El 91, el borracho".

   No sé si era por su voz o porque sus número eran más bonitos que los de los demás, el caso es que la mañana no se le dio mal. Eran muchas las personas que se le acercaban y compraban sus cupones.

   Eran ya las dos y media y el trasiego de gente había disminuido mucho. La mayoría de los loteros ya se habían marchado. A las tres menos diez empezaron a cerrar la puerta principal del Mercado y Antonio comprendió que era la hora de marcharse de allí. Emprendió el camino de vuelta, calle arriba. Ese momento era interesante, iba a averiguar dónde vivía. Se desvió del camino original tomando una callejuela que había a mano derecha. "¿Vivirá por aquí?". No.

   En la acera de la izquierda vi un letrero que ponía "Casa María. Comidas caseras y económicas". Allí se metió Antonio. Iba a comer. Yo ya tenía también bastante hambre, pero había que seguir al pie del cañón.

   Permanecí dando vueltas de un lado a otro de la calle, pero a una distancia de la casa de comidas más respetable que la que había mantenido hasta entonces. La calle era estrecha y poco transitada y temía que pudiera darse cuenta de que lo seguía. A las cuatro menos cuarto salió Antonio con un palillo de dientes entre los labios. Parecía que la comida le había sentado bien, pues mostraba un saludable aspecto con la tez más colorada.

   De nuevo se incorporó a la calle principal, camino arriba en dirección a la barriada de la cual procedíamos. Pasamos por delante de todos los comercios, que ya estaban cerrados, por la puerta de mi casa y siguió más hacia adelante, hasta donde se empinaba y terminaba la calle y a mano izquierda tomó otra más estrecha en cuyo final había una Pensión. Allí vivía Antonio. Abrió el portón con su propia llave y entró en ella. Comprendí que era el momento de reponer fuerzas para volver más tarde a la tarea.

   Me dirigí con rapidez a mi casa, comí aún más velozmente y de nuevo me puse a montar guardia frente a la Pensión. Eran las cinco menos cuarto y desde esa hora hasta las diez de la noche tuve la santa paciencia de permanecer allí, esperando su salida como quien espera la de un torero por la puerta grande de la plaza en una tarde de gloria. Pero Antonio no salió. Probablemente un sábado por la tarde no era el momento más apropiado para su trabajo y se habría quedado descansando. Yo me fui a mi casa, cené, puse un poco en orden mis ideas sobre lo que había indagado, lo cual no era mucho, y me acosté. Pero a las nueve de la mañana del día siguiente, domingo, de nuevo estaba yo como un clavo frente a la Pensión de Antonio.

   A las nueve y media apareció mi enigmático amigo. A tanto llegaba mi afecto hacia ese desconocido que ya lo consideraba mi amigo, aún sin haber hablado nunca con él. Iba impecable, con su traje azul, camisa blanca inmaculada, corbata también azul, zapatos negros y brillantes y gorra gris. Llevaba en una mano una muñeca vestida con un traje militar y un manojo de papeletas en la otra.

   Repitió los mismos pasos del día anterior con la diferencia de que en lugar de los cupones de la Cruz Roja intentaba, sin mucho éxito, vender las papeletas de la muñeca. Esta vez me adelanté y me coloqué delante de la Iglesia de los Remedios. Si se paraba de nuevo allí, oiría lo que decía. Así lo hizo. Se quitó la gorra, se santiguó y pronunció estas palabras:

   - "Dios mío, Padre mío, ¡ayúdame!.

   Aquellas palabras me impresionaron. ¿Qué le pasaría?. ¿Por qué pedía ayuda de esa forma?. ¿Qué clase de ayuda necesitaría?. Desde aquel día dediqué todo mi tiempo libre a seguir y observar a Antonio.

   Prácticamente repetía todos los días las mismas cosas. Su vida transcurría solitaria, monótona y triste. Conforme iba conociendo su forma de vida, iba yo abandonando mi idea original de conocer su historia y un sentimiento de pena y compasión se apoderaba de mí. Ya no me interesaba saber de dónde había venido, ni por qué se dedicaba a vender lotería y rifar juguetes. Mi único deseo era ayudarle de alguna forma.

   Un sábado decidí entrar en la casa de comidas para observarlo. Pidió el modesto menú del día, que por cuatrocientas pesetas ofrecía una sopa, dos  huevos fritos con patatas, agua y una naranja como postre. Cuando ya terminaba de comer, vi cómo se le acercaba una mujer de unos cincuenta y tantos años, que era la dueña de local. Vociferando y gesticulando de forma que todos los presentes pudieran oírla, le dijo a Antonio:

   - “Se lo digo por última vez. Como el lunes no me pague todo lo que me debe, no se le ocurra volver a entrar aquí”.

   El pobre Antonio agachó la cabeza, se levantó sigilosamente y se marchó. Todos los presentes se quedaron mirándolo. Esta vez no lo seguí, me quedé un rato pensando y comprendí que el hombre lo estaba pasando realmente mal. Seguro que la misma situación se repetiría en la Pensión y de un momento a otro lo echarían a la calle. Tenía que ayudarle.

    Me fui rápido a mi casa y busqué el dinero que iba ahorrando poco a poco para darme un capricho de vez en cuando. Lo conté: treinta y dos mil pesetas. Lo guardé en un sobre y dediqué toda la tarde a pensar de qué forma se lo haría llegar a Antonio.

   Al día siguiente a las nueve en punto, de nuevo estaba frente a la Pensión esperando a que Antonio apareciera. A las nueve y cuarto hizo acto de presencia. Traje marrón de finísimas rayas blancas verticales, zapatos negros relucientes, camisa blanca, corbata a juego con el traje y gorra marrón. Como era domingo, en una mano llevaba un loro como el que ya había visto otras veces, y en la otra varias tiras de papeletas.

   Repitió los mismos pasos de siempre: parada en la tienda de las hermanas, saludo ante la Iglesia de los Remedios y parada larga delante del Mercado Central de Abastos. A las dos me adelanté y me dirigí a la casa de comidas. Localicé la mesa donde se sentó Antonio el día anterior, me dirigí a ella y con disimulo deposité el sobre con el dinero debajo de una servilleta. Luego me senté en una mesa próxima, pedí el menú y me dispuse a esperar la llegada de Antonio.

   Mi corazón latía aceleradamente, multitud de pensamientos desfilaban por mi mente. Mira que si hoy no viene. Y si otra persona se sienta en la mesa y se lleva el sobre. Los minutos transcurrían lentamente y con cada persona que entraba en el local me sobresaltaba y no respiraba tranquilo hasta que ocupaba otra mesa.

   A las tres menos cuarto apareció Antonio. Se quedó parado en la puerta, como dudando sobre qué mesa ocupar. Finalmente se dirigió a la misma mesa del día anterior, depositó el loro en una esquina y se sentó. Levantó la servilleta y vio el sobre pero no lo abrió; lo dobló con cuidado y lo introdujo con naturalidad en un bolsillo interior de la chaqueta.

   Durante la comida no dejé de observarlo. Me extrañó que no se interesara por saber el contenido del sobre. Cuando terminó, recogió su loro y se marchó. Tampoco durante el camino hacia la pensión sacó el sobre del bolsillo. Decidí no volver a mi casa y me quedé montando guardia por si Antonio salía aquella tarde. Así fue. Eran las seis y media de la tarde de un domingo del mes de enero y casi había anochecido. Se había cambiado de ropa. Ahora vestía el traje azul con la gorra gris. No llevaba ningún juguete ni cupones. Se dirigió con paso firme hacia el centro de la ciudad. Hizo el saludo frente a la Iglesia de Los Remedios, atravesó la Plaza de la Constitución y siguió hacia adelante. ¿Adónde iría?. Nunca lo había visto por aquellos lugares. Atravesó la Gran Vía, la Plaza de África y caminó hacia el Puente del Cristo.

   - "Va a darle las gracias al Cristo por el sobre que ha encontrado", pensé para mí.

   Se quitó la gorra, se arrodilló frente a la capillita y allí estuvo varios minutos. Creo que rezaba. Finalmente se santiguó, se puso de nuevo la gorra y emprendió el camino de regreso. Pero cuál fue mi sorpresa cuando vi que se introducía en un Bingo que había entre el Puente del Cristo y la Plaza de África. Idiota de mí. Ahora va y se mete en el Bingo para gastarse el dinero sin pagar las deudas. Lo echarán de la Pensión y tampoco le querrán dar de comer. Entré tras él en el Bingo para ser testigo de la tragedia. Mis ahorros tirados por un imbécil.

   No soy muy aficionado a los juegos de azar y, hasta entonces, creo que sólo había entrado un par de veces en un Bingo. Pero lo que allí sucedió nunca lo habían visto los que eran asiduos del lugar. Tras varias jugadas en las que perdió diez mil pesetas y yo me deshacía de rabia e impotencia, no hubo después una sola de las partidas en la que no ganara. Parecía que sus cartones estaban encantados y atraían, uno tras otro, a todos los números que los componían. La gente se arremolinaba a su alrededor. Algunos lo tocaban intentando contagiarse de su suerte. Nunca habían visto nada igual.
Al cabo de una hora de juego se le acercó discretamente un empleado del local, un señor muy bien trajeado y amable que le pidió educadamente que lo acompañara. Se introdujeron en un despacho en cuya puerta rezaba un letrero "PRIVADO". Salieron al cabo de unos minutos. El señor acompañó a Antonio hasta la Caja. Le entregaron tres grandes fajos de billetes de cinco mil pesetas, se dieron la mano y Antonio se marchó.

   Salí corriendo tras él hasta la calle, quería hablarle, explicarle que yo había sido su benefactor, que había tenido mucha  suerte pero que no debía haber actuado así. Pero no lo pude alcanzar. Vi cómo se introducía en un taxi que estaba en la puerta y se alejaba en dirección a la Pensión.

   Me fui caminando lentamente hacia mi casa. Pensaba cómo la suerte, que tantas veces es esquiva, a veces se te presenta de cara, como hoy había hecho con Antonio. Me alegraba mucho por él. Al día siguiente lo esperaría en la casa de comidas o iría a verlo a la pensión. Me identificaría. Él me daría las gracias y me explicaría cómo cambiaría el rumbo de su vida gracias a ese golpe de la fortuna.

   Al día siguiente, cuando salí del trabajo me dirigí a la casa de comidas. Pedí el menú. Eran las dos y media y Antonio aún no había aparecido; pero tenía que venir. No creía que ahora que tenía dinero no fuera a pagar sus deudas. Las tres y cuarto. Las tres y media. Las cuatro menos cuarto. Me levanté y me dirigí a la dueña del local:

   - "Por favor señora. ¿Ha venido hoy por aquí ese hombre que vende lotería y rifa muñecos?".

   - "¡Ah, es usted!. Estuvo aquí anoche. Venía muy alterado, me pagó todo lo que me debía y encima me dio una buena propina. Me dijo que hoy vendría preguntando por él un señor más o menos como usted. Me dio este sobre y me pidió que se lo entregara".

   No daba crédito a lo que oía. La señora sacó un sobre blanco del bolsillo de su delantal y me lo dio. Caminé vacilante hacia mi mesa. Intentaba poner en orden mis ideas sin conseguirlo. Con manos temblorosas abrí el sobre. En su interior había dinero. Lo conté. Treinta y dos mil pesetas. No lo podía creer. También había un papel. Tenía algo escrito. Lo saqué y lo leí:

   - "Dios me ha ayudado por medio de usted. Muchas gracias".

   Salí corriendo en dirección a la Pensión. Llamé varias veces con fuerza e insistencia, como si se tratara de una urgencia. Me abrió el dueño con cara de extrañado. Pregunté por él:

   - "Ah, el loco ese. Estaba a punto de echarlo porque me debía varios meses. Pero anoche apareció muy contento. Me pagó todo lo que me debía y me dio una generosa propina. Se ha marchado esta mañana muy temprano".

   Me fui a mi casa, me tumbé e intenté aclarar mis ideas. Durante todo el tiempo Antonio había sabido que yo lo seguía, que lo observaba, que le había dejado el dinero. Lo había sabido todo. Incluso parecía que sabía lo que yo iba a hacer después.

   Lo busqué por todas partes. Pregunté en la tienda de las hermanas, a los loteros que se ponían en el Mercado Central de Abastos, volví a la casa de comidas, a la Pensión. No había rastro de él. Todos sabían a quién buscaba, pero nadie sabía qué había sido de él. Nunca más he vuelto a ver a "Antonio”.


     Premio al mejor relato, Casa de Ceuta en Barcelona-2008-

                                                                      José Eloy del Río Bueno

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           LOS EMIGRANTES Y BERTOLD  BRECH

 

    Ellos dejaron su país jugándose lo único que tenía: su vida. No podemos, ni podemos ignorarlo. Su único delito es haber nacido al lado del Estrecho y querer vivir con dignidad. Lo escribió Bertold Brech: «Primero se llevaron a los negros, pero a mi no me importo porque  yo no lo era; enseguida se llevaron a los judíos, pero a mi no me importo, porque yo tampoco lo era; después detuvieron  a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importo. Luego apresaron a unos comunistas, pero como tampoco soy comunista tampoco me importo.
   Ahora me llevaron a mí, pero ya es demasiado tarde.»

         Anónimo (Una luchadora sensible a los que sufren...)

 

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                                    UN DÍA SEÑALADO

  

   Hoy veinte de Noviembre,  un día marcado por la historia. Hace ya años  España en un día como este respiro una bocanada de ilusión, se avecinaban  tiempos para la democracia. Siempre esta fecha me hace reflexionar y  evoco los años setenta y tantos, donde mi país iba a recorrer un nuevo camino, donde muchas personas mirarían el futuro con esperanza; se iniciaba una nueva etapa política, atrás quedaría una España de dictadura, donde el solo hecho de  pensar ya daba miedo;  miedo a las represalias de aquellos que con su carácter dictatorial ejercieran el poder de callar las voces de la justicia y la libertad.
    Cuanto tiempo ha pasado ya de aquellos días, hoy también es una fecha señalada, se celebran elecciones generales,  unas elecciones donde el partido del gobierno se enfrenta a un examen popular, el pueblo dirá en las urnas quién quiere que les gobierne en los próximos cuatro años. Esto es lo bueno de la democracia,  los ciudadanos están legitimado a decidir su futuro, así debe ser, ello es por lo que se luchado.  La libertad a elegir es el mayor de los tesoros que nos regala la democracia.
Ahora solo queda esperar  que las urnas decidan y los ganadores sepan ganar, y no se emborrachen con los resultados, porque ellos tendrán la responsabilidad de gobernar para todos y cada uno de los ciudadanos del país, sean o no de la misma ideología política. Esta es la regla de la democracia y nunca se debe olvidar. Todos los españoles tienen los mismos derechos civiles, todos y cada uno de ellos, a buen entendedor…
    Hoy día 20 de Noviembre, se celebra el Día Internacional del Niño, y no puedo dejar de pensar en aquellos niños y niñas que sufren las injusticias del hambre, de los regímenes políticos que no se ocupan de sus derechos y bienestar;  de aquellos que son maltratados por sus propios progenitores y personas cercanas. Todos los días del año serían necesarios para reivindicar los derechos de los niñ@s. Se me viene a la cabeza la imagen desnaturalizada y cruel que hace unos días vi en la televisión, una pequeña niña china atropellada por varias veces y los viandantes pasaban sin prestar atención al hecho horrible. Cada vez que lo recuerdo se me revuelven todas las células de mi ser; ¿cuantas acciones deleznables se llevaran a cabo al  día sobre los niños en situación del vulnerabilidad?
    En un día como hoy de elecciones, tengo presente a mi padre con una intensidad especial. Él, hombre demócrata, vivió una gran parte de su vida encorsetado en una dictadura, y fue feliz cuando el país se vistió de democracia; su voz se escucho, al igual que la de todos los demócratas en las urnas, alguna vez los resultados  no fueron de su agrado, pero  la aceptó porque así  son las reglas del  juego en un país sin dictadura. Hoy también hablarán las urnas y puede que me gusten los resultados o por el contrario no, pero sea cual sea el resultado lo acataré con la ilusión de que el país salga de esta crisis y se respire esperanza.

     Ceuta, 20 de Noviembre 2011
                                                             Fini  Castillo Sempere

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MANIFIESTO: 25  NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA                             VIOLENCIA DE GÉNERO

           

   Un día soñé que soñaba vivir en un mundo hecho a la medida de mis ansias, donde el sol alumbrara cada día a  cada uno de los habitantes de la tierra por igual, donde las mujeres y los hombres tuvieran su sitio en igualdad de condiciones.
  Soñé que los colores no diferenciaban a los niños y a las niñas, el azul y el rosa se fundían en el lazo de la igualdad.
  Soñé que el hombre y la mujer se unían exclusivamente por amor, y el respeto era la base de ese amor
  Soñé que en el mundo  no existía discriminación por razón de sexo. Las mujeres y los hombres vivían en la libertad de ser distintos y tener los mismos derechos.
  Soñé que la violencia no existía en el mundo, que los pueblos veneraban el respeto a lo distinto, a lo diferente.
  Soñé que mi madre era una mujer feliz, que su compañero, mi padre, la amaba y la respetaba, y que nunca haría nada malo en contra de ella.
   Soñé que era una niña alegre, que mi padre me quería y me respetaba al igual que a mi hermano.
  Soñé que mi sueño se desvanecía y se convirtió en   una pesadilla y cuando desperté,  la pesadilla era la pura realidad.
  Me encontré con un mundo lleno de desigualdades, donde muchas mujeres son víctima de la violencia de género, donde cada día en el mundo mueren, son vejadas y maltratadas a manos de las personas que deberían quererlas y protegerlas.
  Me encontré que la mujer en muchas situaciones es considerada inferior, y por ende está discriminada en la sociedad, en el ámbito laboral y en numerosas ocasiones en el doméstico.
  La violencia de género tiene un objetivo claro, ejerce un control de dominio sobre la mujer, destruir la autoestima, y en muchos casos hasta la vida.     
  Ya se han llevado a cabo muchas acciones positivas por parte de las administraciones para luchar con este lastre social, señalando la LEY ORGANICA 1/2004 de 28 de diciembre de Medidas de Protección  Integral Contra la Violencia de Género.  Las respuestas no han sido las esperadas, por tanto habrá que seguir luchando hasta conseguir la eliminación total de esta lacra social.
  La violencia de género, no es un problema solo de las mujeres, aunque ellas son las que la sufren, es responsabilidad de la sociedad en su conjunto, luchar para su erradicación.
Estas fechas son significativas porque  reivindica el sufrimiento de muchas mujeres y la  lucha para conseguir una sociedad más justa para todos, y especialmente para la mujer que padece la violencia de género en primera persona.
  Queda mucho camino por recorrer, porque en el mundo habita la discriminación, especialmente en países donde todavía se considera a la mujer inferior al hombre, existiendo en algunos casos  leyes y costumbres que castigan duramente a la mujer, como la ablación, lapidación etc.
  Mientras una sola mujer sufra  injusticias, abusos y discriminación, solo por el hecho de ser mujer, no podremos cantar el himno de la igualdad.
   Todos tenemos la obligación de llevar a cabo una trasformación social y conseguir que el día 25 de NOVIEMBRE deje de ser una fecha reivindicativa y si, de celebración de la erradicación de la Violencia de Género. Alcemos nuestras voces y algún día conseguiremos una sociedad igual para todas y todos.

 

            Poema:
Mujer, no llores, despierta
Abraza tus anhelos y lucha por ellos.
El mundo es tuyo, te pertenece,
Camina despacio, sobre la yerba verde  

Mujer no corras, no huyas,
Pide ayuda, no te avergüences
No es culpa tuya, tenlo presente,
Desenmascarar al canalla, es urgente.  

Mujer, no llores y sonríe,
A la vida y aleja la muerte,
Recorre tu camino con pasos firmes,
Lucha por tus sueños encarecidamente.

Mujer camina alerta, pero camina,
Que allá en el cielo, una estrella te ilumina
Ella es mujer, y ella te alienta,
A seguir en la lucha con fortaleza.       

Mujer, despierta, que el alba te espera
Escucha las voces de tus defensas,
La sociedad clama justicia plena
Para las mujeres de toda la tierra.

Mujer cojámonos de las manos
Unamos nuestras fuerzas
Y gritemos con el corazón:
Igualdad.
Respeto.
Amor.
Solidaridad.
¡No a la violencia de género!

                       
    Ceuta,  1 de noviembre 2005

                            Fini Castillo Sempere

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                 ¿CÓMO ES POSIBLE?


¿Cómo es posible recordar una montaña?

¿Cómo es posible, kilómetros tierra adentro, recordar el olor a salitre de una ciudad, de un puerto o de una playa?

Recordar años infantes, en los que una imagen queda grabada con fuego en lo mas hondo de la tierna memoria.

¿Quien puede saber donde esta la delgada línea que separa la realidad de un niño con el cercano recuerdo de un adolescente y el lejano de un adulto?

¿Como es posible seguir encontrando en la memoria tesoros que creía perdidos?

A veces, en sueños, me sorprendo de nuevo lanzado hacia el puerto de Ceuta, y escuchando, entre el rugido del oleaje del Estrecho, el susurro de mi padre al oído, ¿la ves?, ves el pelo, el pecho, la cara... ¡esa es la Mujer Muerta!

    Sevilla, a 21 de diciembre de 2011

                                                           Joaquín Castillo Pérez


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A SU MADRE ESPAÑA


Navegando entre dos mares,
con rumbo fijo hacia España,
como queriendo huir
de las tierras africanas.

Romper quiere mi Ceuta,
las cadenas que la atan.
Al continente africano,
que la separa de España.

Maldice la madre a Hércules,
que la arrancó de sus entrañas.
poniendo un brazo de mar,
que a madre e hija separa.

¿Por que?, aquel dios griego,
siendo de tierras extrañas.
Vino a separar dos columnas,
dejando una hija aislada.

La niña mira hacia el norte,
fija puesta la mirada
en el majestuoso Calpe,
que parece esperarla.

¡Oh, Dios, Madre querida!,
cuando podré abrazarla.
Yo, muero de deseo,
de reposar en tus faldas.


Algeciras, 11 de enero de 2012

Pepe Fortes Castillo

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                             MUJER, TRABAJO Y DISCRIMINACIÓN


  Cuanto tiempo llevamos oyendo, leyendo e incluso predicando  el articulo 14 de la Constitución Española  que establece el Principio de Igualdad ante la Ley.  Se recuerda  para aquellos que todavía no lo tengan claro y  dice: «Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social»
    Realmente es un tema ya reiterativo y así será hasta tanto en cuanto no  contemos con una sociedad  donde la Paridad sea la seña de identidad, donde los hombres y mujeres se desarrollen y vivan en igualdad de condiciones, donde prevalezca  la persona, independientemente de sexo.
    Desafortunadamente las desigualdades existen, pero no es menos cierto que desde algunos ámbitos sociales, medios de comunicación y desde  las Administraciones Públicas; especialmente aquellas que tienen responsabilidades en el área de la mujer,  han impulsados medidas para evitar estos hechos y concienciar a la sociedad en general que tanto los hombres como las  mujeres, son parte integrante de la misma en Igualdad de derechos.  
    El modelo de sociedad y el papel de la  mujer en la misma, ha ido cambiando y evolucionando notablemente. Hace unas décadas las mujeres se dedicaban especialmente al trabajo del hogar, estaban totalmente definidos los roles: el hombre era el que llevaba los ingresos económicos al hogar y la mujer   la encargada de atender a los hijos, así como el cuidado de la casa, y si algunos se salían de estos roles, incluso estaban mal visto por la propia sociedad.
    Hoy día, la mujer acude a la Universidad en el mismo e incluso más  porcentaje  que el hombre, pero a la hora de trabajar en el ámbito público todavía tienen desventaja con respecto al hombre, por diversos motivos: En muchos casos  la mujer todavía tiene marcado socialmente el rol  de responsabilidad sobre el cuidado del hogar y los hijos, en desigualdad con respecto al hombre; socialmente parece que es más importante el trabajo del hombre que el de la mujer, y si alguno de los dos tienen que dejar de trabajar para conciliar la vida familiar y laboral, probablemente se sacrifique la mujer. Por todo ello se han puesto en marcha una serie de medidas, acciones positivas a favor de la integración de la mujer en el ámbito laboral y ofrecerles al hombre la posibilidad de ocuparse en igualdad de los hijos y el hogar, facilitando así  la conciliación de la vida familiar y laboral, tanto para la mujer como para el hombre( Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de las personas trabajadoras) Estas acciones positivas están favoreciendo la incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar.
    A la mujer se le han impuesto socialmente unos estereotípicos y por ende unas características en relación con el trabajo que le ha perjudicado notablemente a la hora de su empleabilidad, como ejemplos: que son  excesivamente emotivas, no disponen del tiempo suficiente para dedicar a la empresa, embarazos, carecen de capacidad de liderazgo, que  las  que triunfan no se relacionan con las demás etc. Todo ello hace que a la mujer se le considere en la empresa de manera distinta al hombre.
    La familia tiene un papel muy importante en la educación de los hijos, no se deben marcar diferencias a la hora de encomendar tareas a los hijos, independientemente del sexo. Los padres deben tener muy claro que las responsabilidades del hogar y las tareas domésticas son de todos y no cargar a las niñas en exclusiva de estas responsabilidades, ya que con estas actitudes  lo único que se consigue es mantener los estereotipos de una sociedad machista.
    Es fundamental que en los colegios se trabaje en valores con  niños y niñas desde edades muy tempranas, especialmente sobre el respeto y la igualdad. Tanto la familia como la escuela son esenciales para educar, trasmitir y poner en valor en la sociedad los principios de igualdad del ser humano, independientemente del sexo, con ello y sumando otras medidas de acciones positivas, conseguiremos una sociedad donde todos y todas vivamos en igualdad de condiciones.
    La igualdad entre hombres y mujeres es uno de los principios fundamentales de las sociedades democráticas  y unos de los objetivos de la Unión Europea en materia de igualdad  entre hombre y mujeres y  consiste en garantizar la igualdad de oportunidades y luchar contra la discriminación basada en el sexo. 
    La participación de las mujeres en el mercado laboral se debe considerar  como elemento fundamental para el crecimiento sostenible de la nación, contribuyendo   a la cohesión social de la misma. Hay mucho camino que andar y obstáculos que salvar hasta llegar a vivir una sociedad en igualdad;  vemos como todavía el número de  las mujeres en cargos de mandos o puestos de responsabilidad  es reducido. Por regla general el salario de la mujer en la empresa privada, es inferior que el del hombre desempeñando el mismo trabajo, siendo las   posibilidades de promoción también inferiores. Como ejemplo podemos decir que las mujeres están más expuestas a padecer situaciones de pobreza, estimándose un número importante  de familias mono parentales cuya cabeza de familia es la mujer, así como mujeres  mayores de 65 años.
Otros datos a tener en cuenta es que  58,9% de mujeres de la Unión Europea, son licenciados universitarios, sin embargo su nivel de educación no resulta representativo de su situación en el mercado laboral, ya que existen limitaciones en cuanto a su desarrollo profesional, remuneración etc. El porcentaje de mujeres que desempeñan funciones de liderazgo en la Unión Europa es del 30%, aunque esta cifra es más baja en algunos estados miembros.
    Conseguir la evolución hacía una paridad real  depende de varios factores, se deben  suprimir obstáculos que limiten el empleo y la evolución profesional de las mujeres; para ello hay que conciliar la vida laboral y familiar, haciendo hincapié en la distribución de los trabajos y responsabilidades en el hogar. De igual manera hay que eliminar estereotipos sexistas, mediante acciones de sensibilización; aumentar el número de mujeres en puestos de representación etc. 
    Las diferencias de salarios entre hombre y mujeres no es una realidad que solo se de en España, este fenómeno ocurre en el resto de la Unión Europea. Estas diferencias no obedecen a factores objetivos, las mujeres en todos los estados miembros obtienen mejores resultados escolares que los hombres y son mayoría entre los titulados superiores, resultando incomprensible  que no obtengan  condiciones más favorables en el mundo laboral, y no se les valore como un potencial productivo en igualdad al hombre.
    Ante esta situación la eliminación de la diferencia de retribución entre hombres y mujeres es uno de los temas centrales a tratar en la Unión Europea, afectando a todos los estados miembros. Se ha planteado un enfoque que sirva a todos los estados miembros, marcando unas pautas a seguir para la integración de la perspectiva de género a través de acciones positivas, en este caso en el ámbito laboral, tales como:
- Aplicar la legislación vigente
- Acciones de sensibilización
- Promover la igualdad salarial entre los empresarios.
- Fomentar el intercambio de buenas prácticas implicando a los interlocutores sociales etc.
    Las administraciones Públicas tienen  la responsabilidad de impulsar y poner en marcha los mecanismos pertinentes para crear una sociedad cuya base sea la igualdad y velar porque se lleven a efectos las pautas marcadas en conseguir la igualdad entre ambos sexo.  Las políticas de igualdad de oportunidades tienen como finalidad eliminar estas desigualdades, para ello se llevaran a cabo medidas  de acción positivas, que contrarresten los roles que se les tenían destinados a la mujer tanto en el ámbito social y doméstico.  En el ámbito laboral hay que seguir exigiendo la igualdad entre hombres y mujeres, valorando la capacidad, esfuerzo, etc. De igual manera se reivindica el mismo sueldo por el mismo trabajo, indiferentemente del sexo. Hablaremos de igualdad cuando no se tengan que tomar estas medidas de acción positivas a favor de la mujer, mientras tanto se seguirá luchando por  la Igualdad en todos los ámbitos de la sociedad.
    En relación al mundo laboral la implantación de políticas de Igualdad en las empresas más que recomendables, sería de obligado cumplimiento  por varios motivos: en primer lugar porque la  legislación vigente en nuestro país y en todos los países miembros de la Unión Europea reconocen la igualdad de derechos entre hombres y mujeres,  en segundo lugar se debe dar la igualdad de trato en el acceso al empleo y favorecer la promoción profesional de la mujer.
   La realidad actual es complicada, España está sumida en una grave crisis económica y por ende, este hecho afecta a numerosos personas que están abocadas a vivir situaciones de desempleo; este fenómeno afecta notablemente más a las mujeres. Actualmente en nuestro país la tasa de paro es aproximadamente del 24.44% ambos sexo y del 24.86% de mujeres. En relación a Ceuta la tasa de paro es de 35.51% ambos sexos, siendo la de las mujeres del 43.06% (estos datos están recogidos de la encuesta de población activa, 1º trimestre 2012).
   Sobre este tema habría mucho que hablar y más aún seguir con las acciones positivas a favor de la incorporación  en igualdad de la mujer en el  mundo laboral con respecto  al hombre y con  los mismos derechos. La sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad de conseguir la no discriminación de las personas por razón de sexo, mientras no sea así, no se podrá hablar de una sociedad justa e igualitaria.
    Los poderes Públicos en el ámbito de sus competencias tienen el deber  de velar porque todos los principios, acciones positivas y legislación vigente se lleven a efectos de manera satisfactoria a favor de la mujer.


                                               Josefina Castillo Sempere.
                                               Miembro Consejo Sectorial de la Mujer.     

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                                           EL AYER Y EL HOY
                                                          “No hay algo tan entrañable como la mirada nostálgica                                                               de unos ojos cansados por el tiempo”

 
  Ciertamente las sociedades van cambiando, lo que hoy es un proceso normal hace unas décadas sería ir en contra de las normas,  de los prejuicios sociales, y más cierto es que para llegar a los cambios,  las actitudes de los seres humanos han tenido que tejer el entramado de la evolución, del dinamismo dentro de sociedades encorsetadas en normas muy estrictas y donde la persona se movía principalmente con el temor, del qué dirán o qué pensaran los otros.
    Los siglos han ido pasando y con ellos la humanidad se ha ido adaptando a las circunstancias del momento. Hoy ya en el siglo veintiuno y mirando atrás somos consciente que vivimos en un mundo nuevo, el mundo de las tecnologías; se ha abierto una ventana grandiosa al mundo, donde cada uno tenemos la posibilidad  de asomarnos y descubrir a ciencia cierta lo que ya hace muchos años descubrieron aquellos hombres atrevidos, más bien calificados como  “locos” por la sociedad del momento, me refiero a los descubridores; hombres sabios donde los hubiera, y con el gran don de la inteligencia e intuición y, gracias a ellos , hoy estamos en este punto de sociedades avanzadas, donde las tecnologías están presente en cualquier lugar y sin barreras de edad. Los niños desde muy temprana edad manejan los nuevos métodos informáticos como no podía ser de otra manera, y los mayores viendo la necesidad de no quedarse atrás, están llenando las aulas de aprendizajes de esta metodología, con la máxima de que, aprender da el conocimiento y éste, la integración al mundo actual.
    Tiempo atrás,  a la personas de edad avanzada se le llamaba “viejo; hoy sin embargo se le llama “mayor, y yo me pregunto, ¿realmente existe la diferencia? Y después de pensar sobre la pregunta por un momento, me digo: ¡si las hay!  El viejo, era la persona con cierta edad  que había tenido un papel importante en la sociedad mientras podía trabajar.  La etiqueta de viejo le servía para dejar pasar la vida por delante de sus narices siendo protagonista pasivo, todo más se les daba el papel de cuenta historias; contaban lo que habían vivido en el pasado,  quedando esas historias en cualquier rincón del hogar, o en cualquier viejo café alrededor de una tertulia de hombres ajados por la edad y la experiencias vividas. En tiempos pretéritos no era el uso la participación activa en la sociedad a ciertas edades, hoy afortunadamente, nuestros mayores tienen otras posibilidades, tienen una puerta abierta al mundo, solo hay que traspasarla.  El viejo tenía un papel privilegiado en el entorno familiar de años pasados; donde la familia extensa existía por antonomasia, pero absolutamente pasivo y abocado a un buen sillón para dormitar sus sueños cumplidos en algunos casos, e idealizados en otros. El viejo  era el referente patriarcal, la palabra definitoria no era en sentido peyorativo en aquellos años. Se abandonaban al envejecimiento por la falta de ilusión en el desarrollo personal y social;  era como, si una vez que dejaban de pertenecer al mundo laboral  remunerado, se aislaran de la vida participativa en la sociedad, sin sentir que la participación activa de cada individuo es base fundamental para el desarrollo de los pueblos, y ellos en particular con más razón,  porque han sido los que han ido poniendo con sus esfuerzos los pilares para el presente. Que decir tiene que si hablamos de género, la mujer a cierta edad, ya quedaba relegada al ámbito familiar; hoy tiene un papel relevante, siendo las que más participan en las actividades propias de una sociedad desarrollada. ¡Si! Los tiempos cambian, también los roles de los seres humanos están condicionados por tantas circunstancias…
   Que sería de una sociedad sin la experiencia y el reconocimiento de las personas de más edad, tan sencillo como carecer de memoria histórica, de pasado. Siempre se ha dicho que las personas se definen por sus acciones, por lo tanto y trasladado a la historia de la vida, podemos decir que las sociedades que procuran el reconocimiento y el bienestar de sus mayores, son sociedades que gozan de buena salud, por lo tanto todos y cada uno de nosotros tenemos el compromiso de mantener un estado social donde los mayores al igual que otros colectivos, gocen de sus derechos inalienables inherente a la condición humana.
   Aquellos tiempos eran tan diferentes y a la vez tan entrañables, mi memoria está impresa de buenos recuerdos de mis abuelos, sus imágenes las llevo en el corazón gravadas con tinta de amor; que linda palabra ¡abuelos! ellos me enseñaron tanto, especialmente algunos valores, hoy olvidados por algunas razones…No hay que olvidar nunca que gracias a los menos jóvenes, el mundo ha ido avanzando hasta llegar al punto presente, y lo más interesante es que así será por los siglos…
    Los mayores, nuestros queridos mayores son la base fundamental de la sociedad, son los cimientos,  la experiencia, el saber de la vida,  la ternura de unos ojos llenos de nostalgia mirando al horizonte de su vida,  de sus recuerdos. Ellos son el presente mientras la ilusión albergue en sus corazones. Hoy han sabido recibir el mensaje de la vida, y han puesto stop al ostracismo social; han cogido la vida con todas las fuerzas  y, ahora toca vivir otra etapa, ¡si!, hay que vivirla con ilusión, con actividad intelectual y física, ello contribuirá  a alcanzar el bienestar, sentirse útil y parte importante de la historia de los hombres y mujeres, porque los pueblos deben tener historia y quién mejor que la voz de la experiencia para narrar las vivencias, costumbres, idiosincrasia, cultura, quién mejor que nuestros mayores como pilar fundamental de nuestra sociedad; sociedad que debe, por imperativo legal, cuidar, mimar y reconocer  a sus mayores y dotarlos de todos los recursos necesarios para su desarrollo integral, bien en el entorno familiar o institucional; ello, es el compromiso de sociedades democráticas.
    Hoy día, la palabra viejo para dirigirse a una persona de más edad, tiene un matiz peyorativo, no está bien considerado este adjetivo, quizás porque las personas ahora nos medimos con otros baremos, ajustados más a la nueva situación social y a las nuevas normas. Las personas mayores actuales han cambiado notablemente, se han ido integrando activamente en el entramado social, creándose entidades y foros específicos que defienden sus derechos, así como   otros órganos de participación en la sociedad. Los mayores son una parte muy importante de la vida comunitaria y cada vez más.  La longevidad en un denominador común en las sociedades actuales; la ciencia, la medicina y el promover el envejecimiento activo alarga y mejora  la vida de las personas, y por ende nuestras sociedades  cuentan con un colectivo más  numerosos de personas mayores, a las cuales hay que dar respuestas que favorezcan la participación social de los mayores y la potenciación del  envejecimiento activo. Este año 2012, está considerado como el año "Europeo del Envejecimiento Activo y la Solidaridad intergeneracional" que mejor reconocimiento para proclamar la importancia de los mayores como parte integrante y decisoria en el destino de su futuro.
    Nuestros mayores necesitan de lo más jóvenes, necesitan comprensión en un mundo donde la inercia se basa en el ir y venir, donde las familias extensas están desapareciendo, donde ciertos  valores se han ido difuminadnos; necesitan sentirse útiles, pero sobre todas las cosas necesitan sentirse amados por los suyos…

    Ceuta, 25 de Junio 2012             
                                                 Fini Castillo –Sempere.

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         EN MEMORIA DE TOBY QUE MURIO FELIZ JUNTO A SU FAMILIA



    Te has preguntado, alguna vez, ¿por qué los perros viven menos que las personas?
    He aquí la respuesta dada por un niño de 6 años:
    Siendo veterinario, fui llamado para examinar a un perro Irlandés de 13 años de edad llamado Belker. 
   La familia del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.
    Examine a Belker y descubrí que estaba muriendo. Les dije a su familia que no podíamos hacer ya nada por Belker, y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.
    Al día siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar.
    El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de los perros sea más corta que la de los humanos. 
    Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''yo sé porqué.''
    Lo que dijo a continuación me maravilló, nunca he escuchado una explicación más reconfortante que ésta. Este momento cambio mi forma de ver la vida.
    El dijo,''la gente viene al mundo para poder aprender como vivir una buena vida, como amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?''
    ''Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse por tanto tiempo como nosotros.''
   
    En la moraleja de este pequeño cuento, nos podemos preguntar: ¿Si un perro fuera tu maestro, quizás aprendieras cosas cómo?:

     1.-Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

     2.-Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

     3.-Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro          Éxtasis.

     4.-Toma siestas.

     5.-Estírate antes de levantarte.

     6.-Corre, brinca y juega a diario.

     7.-Mejora tu atención y deja que la gente te toque.
    
    8.-Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente.

    9.-En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas.

   10.-Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de          un  árbol.

    11.-Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo.
    
    12.-Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.
    
    13.-Sé leal.
    
    14.-Nunca pretendas ser algo que no eres.
   
    15.-Si lo que quieres está enterrado...escarba hasta que lo encuentres.
   
    16.-Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y           suavemente     hazles sentir que
estás ahí...

              Ceuta, a 10 de febrero 2013

                                                                           Los  Llado

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       Mucha gente, especialmente la ignorante, desea  castigarte, por ser correcto, por   ser tú. Nunca te disculpes por ser correcto,o por estar años por delante  de tu tiempo. Si  estás en  lo cierto y lo sabes, que hable tu razón.Incluso si eres  una minoría  de uno solo, la verdad sigue  siendo la verdad.

     Mahatma Gandhi

 

 

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